Capítulo 2 FINAL

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Los muros estaban hechos trizas, mero escombro. Gigantes, titanes colosales caminando y aplastando montañas. El cielo pintado de rojo, la tierra que ruge al paso de los titanes. Más allá de todo, una roca donde las olas reventaban. Eren está ahí con su larga cabellera cubriendo parte de su rostro, sosteniendo a Historia entre sus brazos. Pero algo andaba mal, muy mal, pues estaba más pálida que de costumbre. Sus ropas manchadas de sangre desde su entrepierna. Los ojos abiertos, peor opacos, sin luz, estaba muerta. Eren tiene la vista clavada al horizonte, donde un mar de cadáveres, y agua pintada en rojo se pintan a la distancia. En el agua flotan a pedazos los barcos de Marley, toda su fuerza de ataque. Pero entre los miles y miles de cadáveres flotando y ahogándose, hay caras conocidas. Mikasa, Levi, Hange, y más viejos amigos. Tras el joven Jaeger, está su forma titán, pero esta no desaparece. Aun así era muy distinta, era gigante, de más de 60 metros, cuernos, alas, garras de cristal, placas de coraza por todo el cuerpo, una dentadura sobre sus ya de por si pronunciados dientes. Era una mezcla total y final de los 9 poderes titán. Más eso, no lucía como un titán en lo absoluto, sino como un demonio gigantesco.

—Yo no pude salvarte... jamás puedo salvar a nadie. Pero ahora si puedo hacer algo... Tengo el poder de destruirlo todo. —Con un rostro deformado por la ira, labios estirados rígidos en direcciones opuestas, ojos brillantes, interesados y malignos. —Historia, mi amor... ¿puedes verlo? El mundo es nuestro, todo nuestro. —A sus espaldas, los titanes colosales aparecieron, marcharon a su alrededor adentrándose en el agua del mar, rompiendo su oleaje y cambiándolo. Un desfile de sombras, mientras con su mirada de loco, un cristal empieza a formarse a su alrededor, y de Historia. El titán demonio a sus espaldas se levanta, toma el cristal y lo introduce en su pecho. Sus ojos brillan en un tono verde oscuro sobrenatural. Sus titánicas alas se estiran, y de un movimiento se alza sobre su legión de gigantes, señalando con el dedo a donde debían ir.

Historia se levantó de golpe, se cubre su cuerpo desnudo con la sabana. Se sujeta la cabeza, se siente mareada, estaba sudando. Fue una pesadilla horrible, más que ninguna imaginada. Cuando Historia terminó de despertar, notó que Eren ya no estaba. Volvió temprano a los cuarteles para no levantar sospechas, además de tener que trabajar. Ese día fue cuando la gente de Hizuru se fue, y comenzaron la construcción de las vías del tren. El sol abrasador, las cargas pesadas, los chicos quejándose de que eso no estaba en el contrato cuando se unieron a la legión. Todo siguió hasta la plática cuando discutían quien heredaría el poder titán de Eren. Lo mucho que él dijo que sus amigos le importan, que desea que tengan largas vidas, a sabiendas que la de él está condenada. Esa tarde, aprovechó que todos estaban fatigados por el esfuerzo, que se fueron a descansar temprano, para ir nuevamente donde Historia. Caminó despacio para hacer tiempo, aprovechar ese momento para pensar. Nuevamente sus dudas salieron a flote ¿estaba haciendo lo correcto? Lo que ocurrió anoche, no niega el placer tan grande que sintió. Sus manos se estremecían al recordar la suavidad en la piel de esa chica. El aroma de su cabello que parecía drogarlo, poseerlo. Sin darse cuenta había adoptado aquello a lo que renunció, el amor. Siempre creyó, que si podía amar a alguien fue a Mikasa, era lo normal, siempre ahí, su amiga desde niños. ¿Por qué no? Quizás porque han pasado tanto tiempo juntos, que en cierta forma él no la ve con ese fin, al menos nunca sintió eso por ella. Pero siempre notó lo mucho que esta lo quería, eso lo hacía preguntarse ¿Mikasa siente algo por él más allá de la amistad? Entonces recordó aquella ocasión cuando lo salvaron de Reiner, cuando Eren descubrió la coordenada. Mikasa trató de besarlo, pero fue sólo por la situación en la que creía que no se salvarían.

—Demonios... ¿Por qué pienso esto ahora? —No era otra cosa, sino la culpa. Mas no se echaría para atrás, no. Porque ahora Historia es a quien él más le preocupaba. En esa preocupación estaba también ese miedo. Nuevamente es asaltado por lo de sus años restantes. Historia confesó amarlo, y no soporta la idea de cuando se despidan, de que ella en llantos reprimidos lo vea ser comido por alguien a quien él le pase su poder. En eso, otra cuestión más, si él y ella formalizaran una relación, y esta se hiciese pública. Si se casaban... entonces él se volvería el rey. —No... baja de las nubes Eren... Eso no es lo tuyo, ni siquiera es tu sueño. —Se dijo a sí mismo, y tras una larga calma, retomó su caminata a ir donde Historia.

Un último sacrificio +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora