Suena mi alarma como todos los días a las 7. La única diferencia es que hoy me levante en otro lugar, se preguntaran por qué.
Bueno les cuento.Mi mama Graciela Cervantes abogada que siempre trabajó para una pequeña empresa en Mendoza, hace un mes le propusieron una oferta de trabajo en Buenos Aires, para una firma de abogados.
Al principio no me agradaba la idea, de solo pensar en cambiar de lugar, escuela y amigos. Al final acepte supuse que no va a ser tan malo después de todo y a parte de que nuestra vida puede cambiar y para bien aquí.
Llegamos ayer, nos instalamos en una casa alquilada por un tiempo hasta poder tener una propia.
Y hoy es mi primer día de clases.
Me levanto, voy al baño y me ducho. Salgo y me visto, intento peinar la maraña que tengo de pelo. No es que sea feo pero no tiene forma y por eso lo odio. No me maquillo, porque no siquiera se hacerlo.
Agarro la mochila y salgo, mi desayuno ya está listo cuando llego a la cocina.
- Buen día mamá- digo al entrar.
- Hola hija- deja de hacer lo que hace y me da un beso - ¿ Como amaneciste?
- Bien un poco extraña, pero supongo que es normal- le digo mientras unto mermelada en mi tostada.
- Así es hija, ya nos vamos a acostumbrar. Por cierto hoy te llevo yo, ya mañana te iras en bus- dice sentándose a desayunar.
- Ok- le digo.
Seguimos desayunando.
Les cuento de mi mamá, tiene 36 años, si lo sé es joven. Me tuvo a los 19, mi papá jamas apareció en cuanto lo supo. Ella estudiaba y trabajaba para poder mantenerme a mi, mientras yo me quedaba con mis abuelos. Es una gran mujer y luchadora, siempre le voy a agradecer jamas haberse dado por vencida.
Vamos andando por la calle y veo que nos acercamos a la escuela.
Nunca antes había venido, la verdad es grande, mucho mas a la que iba.
Ya en frente tuve un mal presentimiento, no sé por que.
Salude a mamá y bajé.
Varias personas me miraban, a de ser normal por ser nueva. Otras tipas me miraron de arriba a abajo, son las típicas que se creen dueñas del mundo.
No repare mas en ella y seguí. Algunos chicos me miraban. No me creo linda, soy una persona normal, solo un poco mas baja (bastante).
Mido 1,55 si lo sé soy un gnomo. Tengo el cabello hasta la cintura castaño. Soy blanca ( blanca teta dirían mis amigos), ojos marrones aunque no tan oscuros.
No soy precisamente delgada pero tampoco gorda, mi mama dice que mi peso esta bien.No digo ser fea, pero tampoco soy una modelo digna de admirar.
No soy tímida, si algo reservada. Aunque me importa un comino lo que piensen de mi.
Voy hasta mi casillero, el 481. Saco los libros, leo mi horario y ahora tengo matematicas. No soy una genia pero se me dan bbie
Voy concentrada en no sé que cuando me choco con alguien y cayendo al suelo.
- Fíjate por donde vas enana- dice despectivamente un chico, me levanto y lo miro. En otra ocasión habría dicho que es perfecto, pero no.
- Por que no te fijas tu idiota- le digo.
Me mira y se me acerca, tan cerca que hasta me da miedo con sus ojos llenos de furia.- ¿Como me dijiste?-
- Lo que escuchaste idiota- le contesto.
Me pega contra los casilleros ocasionando un eestruendo
- Estas acabada niñita- dice rojo de furia.
- Uy que miedo-
- No digas que no te advertí- me suelta y se va.
Todos me miran con cara de horror, o mas bien en la que te metiste niñita...
Hola bueno soy nueva en esto espero y les guste. Un beso Mai 😙
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Solo tú
Teen FictionÉl, mujeriego, mal hablado, aunque terriblemente guapo, el típico chico que toda mujer quiere tener. Su nombre, Bruno Martines. Ella, tierna, dulce, hermosa aunque lo quiere ocultar con toda esa ropa que usa. En fin una niña buena. Su nombre, Anabel...