Capítulo 1

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Una misteriosa mujer de cabellos ondulados color azabache caminaba por las calles de regreso a su apartamento, eran casi las diez de la noche, iba con prisa, sentía que algo o alguien la estaba siguiendo y su corazón se aceleraba a mil por hora, de pronto escucho que alguien dijo su nombre.
¿?: Kagome...
La voz le resulto sumamente aguda y extraña, un sentimiento de miedo de apodero de ella, a pesar de que la voz era de una mujer, sonaba chillona y extraña. Se giró lentamente sobre sus pies y con temor respondió al llamado.
Kagome: ¿Se le ofrece algo? *Temerosa*
¿?: ¿Qué haces caminando a estas altas horas de la noche chiquilla? Te puede atrapar gente extraña en el camino...
Kagome: ¿Quién es usted? *Asustada*
¿?: ¡No te asustes querida! Mira, mi nombre es Tsubaki... Y he visto algo muy extraño salir de tu mano...
Kagome: ¿De mi mano?... *Extrañada*
Tsubaki: Yo sé quién tiene la otra punta.
Kagome: ¿Punta de qué?
Tsubaki: ¡¡¡¿¿¿De que más va a ser???!!! *Su voz se agudizo aún más* el hilo rojo.
Kagome: Hilo.... ¿Rojo?
Tsubaki: Ya sabes, el de las leyendas… Yo soy una persona con grandes poderes espirituales y conocedora de muchos hechizos *Sonríe de lado* soy capaz de verlo...
Kagome: ¡¡Esas son puras locuras!! 
Tsubaki: ¡Te dijo que no niña! *Le toma la mano bruscamente* tienes suerte de que él este en la misma ciudad...
Kagome: ¿QUE? ¡Suélteme! *Zafándose de su agarre*
Tsubaki: ¿De verdad no te interesa saber quién tiene la otra punta?
Kagome: ¡No! Y aléjese de mí 
Tsubaki: Ve por la derecha *Viendo que se alejaba*
Kagome la vio de reojo mientras caminaba huyendo de ella, le pareció una mujer sumamente extraña. ¿El hilo rojo? Esos eran puros cuentos para ella, un chiste, una burla. Aunque si se lo pensaba bien... ¿Quién podrá ser el joven que estuviera en el otro extremo de su hilo?... Sacudió la cabeza alejando esos pensamientos, era una tontería. 

Entro al apartamento apresuradamente, ejercer un trabajo de ayudante de doctora no era fácil, especialmente si lo hacía forzosamente, ya que no encontraba un trabajo donde ejerciera realmente su título de doctora. Se sentó frustrada frente al televisor, lo encendió y escribio a su mejor amiga, Sango.
Kagome: ¿Puedes creerlo? Mujer más extraña.
Sango: ¿Y porque no lo intentas? No has salido con un chico desde que salimos del colegio.
Kagome: ¡Gracias por la humillación Sango! 
Sango: ¡Lo siento! Pero si vuelves a ver a esa mujer llámame, yo si quisiera saber quién tiene la otra punta.
Pronto se quedó dormida sin apagar el televisor pero se despertó a media noche porque tocaron a su puerta. 
Kagome: ¿Quién es?...
¿?: Soy yo, Koga...
Kagome: *Abre la puerta* Son las 2 de la madrugada... ¿Qué diablos haces aquí?
Koga: *La abraza* Te extrañaba...
Kagome: *Intenta apartarlo* ¿Estas borracho? Eres un idiota, ¡Vete de mi casa!
Koga: Pero Kagome *Llorando* Por favor, dame una oportunidad...
Kagome: Jamás estaría con alguien como tú, ¡lárgate!
Cerró la puerta dejado a Koga fuera, apago el televisor y se dirigió a su cama. Al día siguiente se levantó y asistió de nuevo a la clínica, transcurrió todo el día de nuevo pero al anochecer tomo un atajo para llegar a su casa.
¿?: No te servirá de nada... Siempre me encontrarás de camino a casa.
Kagome: ¿Que quiere anciana? Ya le dije que no me interesa lo del dichoso hilo...
Tsubaki: ¿Estas segura que no te interesa? ¿Tienes miedo de que se trate de Koga?
Kagome abrió mucho los ojos... ¿Cómo esta mujer sabía algo de Koga?...
Kagome: ¿Quién es usted y porque conoce tanto de mí? *Ella sonríe maliciosamente* Es... ¿Una bruja? *Con miedo*
Tsubaki: Así es... Se mucho sobre toda la gente con sólo verla... 
Kagome: Pues sé que está mal hablar con seres como tu... Y pensé que las brujas ya no existían en este tiempo...
Tsubaki: Soy una excepción... No pediré nada a cambio al decirte quien es tu destino...
Kagome: *Dudosa* No quiero saber mi destino... Quiero descubrirlo yo misma...
Tsubaki: No pasara nada malo si te enteras quien es...
Kagome: ¡Déjeme en paz señora! Sólo quiero ir a descansar a mi apartamento... *Empieza a caminar para salir del callejón* ¡Y deje de seguirme!
Tsubaki: Dejaré de seguirte una vez lo encuentres...
Kagome: *Se detiene un poco* ¿Qué?...
Tsubaki: *Le grita desde lejos* El hombre que buscas está en una cafetería contigua a la plaza en este momento... Lo reconocerás por su extrema belleza física y unos ojos que te dejarán asombrada... Sólo te aconsejo que vayas.

Cuando el hilo rojo se rompeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora