Han transcurrido treinta interminables días...
Treinta días en los que Jacobo sale y regresa dos días después, dejándome con suficiente comida para sobrevivir, como si de alguna manera eso pudiera compensar el infierno en el que me ha sumido. Cuando regresa, su presencia parece más sombría, más distante, más... Jacobo.
Pero yo no me dejo engañar por sus aparentes muestras de preocupación, sé que todo es parte de su retorcido juego, una forma de mantenerme bajo su control.
A pesar de sus intentos por mantenerme prisionera, no he dejado de buscar una salida. He recorrido cada centímetro de esta casa en busca de una vía de escape, pero cada puerta está cerrada con llave y cada ventana asegurada. No hay escapatoria sin las llaves que Jacobo lleva consigo en todo momento
—¡Ana, ¿Puedes venir?!— su voz me saca de mis pensamientos, y un trozo de pan cae de mis manos al suelo.
Mierda, amaba su sabor.
Pero ahora no tengo tiempo para lamentarme por la comida, las sirenas de la policía rompen el silencio de la noche, y mi corazón se acelera al escucharlas. Podría ser mi oportunidad de escapar, de dejar atrás este infierno y buscar ayuda.
Pero antes de que pueda siquiera moverme, las luces de la casa se apagan de golpe y Jacobo se materializa a mi lado, tapando mi boca con una mano mientras me rodea con el otro brazo.
—No lo intentes, no lo lograrás — susurra cerca de mi oído.
Con pasos rápidos y decididos, me guía hacia la puerta trasera, su mano aún cubriendo mi boca para evitar que grite. Intento resistirme, pero su fuerza es abrumadora, y me veo obligada a seguirlo sin poder hacer nada para evitarlo.
Es demasiado ágil para mi gusto.
—Te voy a soltar y vas a correr en esa dirección—Señaló el bosque.—Ana, sabes que no tienes oportunidad.
Corremos juntos, cada paso me lleva más lejos de la seguridad relativa de la casa y hacia el oscuro bosque que se extiende frente a nosotros, intento no correr rápido pero el se da cuenta de mis intenciones y me toma del brazo para tirar de él. El corazón me late con fuerza en el pecho, el miedo y la adrenalina corren por mis venas mientras intento encontrar una forma de escapar de las garras de Jacobo.
—¡No puedo más!—Logré susurrar casi sin aliento—Necesito descansar un poco.
Era demasiado estúpida para pensar que él me dejaría, que él me daría chance, pero mi cabeza no estaba funcionando bien.
Jacobo me dio una cara de "¿Es en serio?"
—Estás loca—Dicho esto me cargó como bulto de papas, en la posición en la que estaba subida de él podía mirar hacia atrás, se alcanzaban a ver aún las luces de los carros policiales pero nada más, de resto todo eran árboles y malezas.
Intento protestar, pero mis palabras se pierden en el aire mientras él me carga con facilidad, su fuerza es abrumadora y me siento indefensa en sus manos.
Me moví un poco ya que estaba bastante incómoda y Jacobo me acomodó de mejor manera, haciendo que mis piernas rodearan su cintura, me perdí de todo cuando olí su cuello, era un olor tan característico que me hipnotizó por completo, hizo que cerrara inconscientemente mis ojos para absorber más el delicioso olor.
Él me hablaba pero no podía escucharlo, estaba en mi trance, así que me sacudió y logré por fin prestarle atención.
—¿Podrías bajarte o quieres que escale esa pared contigo en mi pecho?—Pregunta cerca a mis labios ya que nos estamos viendo directamente.
Antes de poder responder se acercó lentamente a mis labios queriendo besarme, pero me separé rápidamente y me bajé de su tronco.
—¿Esta mansión también es tuya?—Pregunto algo incómoda.
Jacobo me miró con diversión.
—¿Crees que si fuera mía tendría que escalar por la ventana para entrar? — responde con una sonrisa irónica antes de desaparecer en el interior de la casa.
No sé cómo no logra cansarse, me trajo alzada hasta aquí, y no inmutó jadeos de cansancio, ahora se quiere subir por la pared sin nada, es el ser más hábil que conozco.
Incansable.
Estuve observando por largos segundos los alrededores, buscando por donde podría correr.
¿Por donde podría empezar?
¿Por donde él no pensaría que yo iría?
—Ni lo pienses, Ana—Como si me estuviera leyendo la mente, Jacobo apareció a través de la gigante puerta.
Observo a mi alrededor con curiosidad, tratando de encontrar una forma de escapar de este nuevo encierro al que me ha sometido Jacobo. Pero por más que busco, no encuentro ninguna salida, solo un laberinto de pasillos vacíos y habitaciones oscuras.
—Nos quedaremos aquí mientras se calman las cosas — dice Jacobo desde la cocina, interrumpiendo mis pensamientos—. El dueño de la casa no ha venido en mucho tiempo, así que creo que estaremos a salvo aquí por un tiempo.
Lo miro con desconfianza, preguntándome qué es lo que realmente está tramando. No me fío de él, sé que es capaz de cualquier cosa con tal de mantenerme bajo su control.
Pero también noto que su afirmación es cierta por las esquinas de las paredes con telarañas y la piscina llena de hojas.
¿Cómo sabía que era hombre?
Extraño, pero obvio a la vez; la decoración era tan básica que dudo que una mujer tenga tan mal gusto.
—¿No puedes volver por la comida y mis cosas? — pregunto, tratando de encontrar alguna forma de salir de esta situación.
Jacobo frunce el ceño, sus ojos oscuros brillan con determinación mientras me mira con intensidad.
—Compraré todo de nuevo, solo quiero asegurarme de que estés a salvo — responde con suavidad, pero su voz está llena de un fervor casi fanático.
Estúpido. ¿A salvo dice?
Allá está mi salvación, lo único peligroso que veo aquí es un hombre alto con cabello desordenado.
—¿Por qué comprar más cosas si allí tenemos todo?—Pregunto volteando mi cara hacia otro lado.
—Quiero lo mejor para ti, y si hay que comprar todo de nuevo, lo haré—Responde mientras enciende la tv.
Lo miro con incredulidad, preguntándome qué es lo que realmente está pasando por su cabeza. No puedo confiar en él, sé que es peligroso y que hará todo lo que esté en su poder para mantenerme bajo su control.
Pero por ahora, no tengo más opción que esperar y ver qué es lo que tiene planeado.
Lo miro con odio para luego dirigirme al sofá y prestar atención en el tv.
Quedo impactada con lo que veo, al parecer medio mundo me está buscando, ya que Fernando puso una denuncia, sé que fue el porque aparece declarando que me desaparecí frente a las cámaras, esto es alucinante y me va a causar problemas, veo que Jacobo tiene su mandíbula tensada más de lo normal, tengo miedo, siento que ahora sí me hará algo malo, que me hará sufrir más de lo que ha hecho, y no hablo de manera directa, él asesinará a Fernando...
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AnyiLi 🌻
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Obsesionado por ti ©️
Mistero / ThrillerTe ví por primera vez en una fotografía, quien diría, quien diría Anastasia que me enamoraría tan perdidamente de tí, que asesinaría a todas esas personas por intentar entrometerse entre los dos, tú estás por encima de todo y todos Ana, yo soy tuyo...