Reina

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Me sentía como si mi cuerpo y mente se encontraran separados, caminaba ignorando lo que me rodeaba, ver que aquellas puertas se cerraban a mi espalda me mato por dentro, mi rostro reflejaba la tristeza absoluta y mi cabeza baja lo demostraba. Ante esto Hades tomó mi mano y yo ni siquiera lo regresé a ver, caminé junto a él por un largo pasillo donde sus espectros se inclinaban ante nosotros.

-Todos salgan. -ordenó el rey del Inframundo, el resto obedeció inclinando su cabeza y saliendo del lugar. -Pandora lleva a mi amada a sus aposentos, atiéndele como se debe y dale una vestimenta digna de una reina. -

-Como lo ordene. -la morena luchaba para que su voz no se mostrara disgustada, inclinándose ante su dios. -

- No te preocupes muy pronto te acostumbraras. -Me sonrió, para después acariciar mis manos. - ¿Veo que te has lastimado? O mi amor no sabes cómo me duele que hayas pasado por esto. -en ese momento beso mi mano, sus labios eran gélidos pero suaves al tacto me recordaban tanto a Dégel. - Pandora procura también curar sus heridas.

-Por favor acompáñeme, mi señora.

Hades me soltó para después seguir mi camino con la joven morena, el tramo fue en silencio ella jamás dijo nada y peor yo, lo único que nos acompañaba era el sonido de nuestros pasos en el mármol. Creía que esta era una de mis pesadillas que incluso aún estaba en la prisión de los sueños, quería tanto creerlo, pero esta es la realidad, tan ensimismada en mis pensamientos que había perdido la noción de cuánto tiempo había pasado caminando por el nuevo castillo de Hades.

-Hemos llegado. -su voz fue la que me despertó. -

Al alzar la mirada me encontré con una enorme puerta doble tallada en oro, plata y caoba, Pandora giro la perilla y abrió la puerta, en su interior se encontraba una habitación magnífica, los muebles eran hechos del mismo material, el piso parecía brillar con la luz que entraba por las enormes ventanas cubiertas con cortinas hechas de seda extranjera, alado de esta había también otra gran puerta la cual conducía a un balcón, según Pandora esta habitación tenía la mejor vista de todo el Palacio. Ingrese a la gran alcoba en dirección a la cama, era igual de enorme, su cabecera era adornada por grabados en oro y piedras preciosas, la tela que cubría el lecho era suave, nunca había sentido algo parecido era como tocar las plumas de una hermosa ave exótica. Seguí mirando el lugar paseaba, había un gran tocador donde reposaban algunos adornos flores, perfumes de los finos, joyas y un peine de plata.

 Seguí mirando el lugar paseaba, había un gran tocador donde reposaban algunos adornos flores, perfumes de los finos, joyas y un peine de plata

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-Y está... Será la habitación...-tragué saliva. -que compartiré con Hades. -la idea de que ahora yo era parte de su propiedad me asustaba, temía lo que iba a pasar de aquí en adelante, de algún modo tenía que saberlo para acostumbrar mi mente y cuerpo a lo que pasaría esta noche. -

-No. -la morena dibujo una sonrisa e inclinó un poco la cabeza. - esta habitación es solo tuya, el señor Hades así lo ha decretado. -Las palabras series y frías de la morena me impresionaron y a la vez me calmaron, sabía que nada malo me iba a pasar. - venga. -la morena ingreso a la habitación dirigiéndose a una puerta que se encontraba al fondo del lado derecho, al abrirlo me encontré con otro gran lugar, pero este era el cuarto de baño, este era iluminado por una gran cantidad de velas que se reflejaban en las cerámicas de marfil, en el centro había una gran bañera, llena de agua caliente y de pétalos de rosas, a su alrededor cuatro altas columnas se alzaban las cuales tenían enredaderas de rosas como un hermoso adorno, también había una enorme ventana en la cual se podía ver el lienzo que el señor Hades había creado. - Espero que no le moleste, ya que me tomé el atrevimiento de prepararle un baño. En un minuto vendrán las sirvientas obscuras para su respectivo arreglo.

La Estrella Agonizante (Terminada -En edición )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora