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12:00 p.m.

– ¡Maldita porquería! – gritó enfadada la pelirrosa, dándole un golpe con la palma al refrigerador.

– ¿Qué pasa? – preguntó Hinata a su mejor amiga.

– ¡Esta cosa no enfría! – Lo señaló – Estamos a 34 grados y se le ocurre dejar de funcionar. Mira... como esta todo por dentro.

La pelinegra miro hacia el interior del electrodoméstico y vio como todo estaba goteando por la falta de frío, seguramente algunas cosas ya se habían echado a perder como el queso, el yogurt de fibra, la carne y alguna que otra fruta. Ya llevaba así varios días pero como ninguna estaba todo el día en la casa a causa del trabajo no se habían percatado de la situación hasta el día de hoy que tenían descanso. Hinata chasqueó la lengua y volteo a ver a Sakura.

– Hay que llamar a una persona que sepa de estas cosas para que lo repare. – cerró la puerta del refrigerador – y tú querida, tranquilízate – sonrió – buscaré en el directorio telefónico a alguien que nos pueda ayudar.

La pelirrosa no estaba muy convencida, pues todo lo que todavía quedaba con vida en el aparato ya no iba a estar comestible para cuando lo arreglaran, pero ¿qué le iba a hacer? Ella no sabía componer electrodomésticos, así que asintió resignada.

30 minutos después

Sakura estaba rellenando unos papeles del hospital en la mesa del comedor con el ventilador a todo lo que daba en su dirección, ¡cómo se le antojaba ir a la playa! Pero era imposible para ella estar en aquel sitio paradisiaco, con su bronceado, su traje de baño, la fresca brisa del mar golpeándole la cara, mirando esculturales cuerpos de los muchachos que iban a refrescarse esa calurosa tarde. Todo por culpa del maldito trabajo y esos mugres papeles que necesitaban su firma.

Tranquila Sakura, el próximo fin de semana también puedes ir, no te desesperes. Intento tranquilizarse ella misma.

Mientras tanto, Hinata salió de su habitación y se dirigió a hacia su amiga.

–Buenas noticias – dijo y se sentó en una de las sillas del comedor – Encontré un numero de una agencia llamada Shinobi Company, la cual arreglan este tipo de situaciones en los electrodomésticos, me puse de acuerdo con el gerente de la compañía y dijo que inmediatamente mandaría a uno de sus trabajadores a componer el refrigerador – contó la pelinegra sonriendo – así que puedes estar tranquila que este mismo día queda arreglado.

– Perfecto – contestó la chica de ojos verdes

– Mientras tanto, podemos ir comprando comida para poder llenar de nuevo el refrigerador. ¿Vamos al super? El señor me dijo que llegaría en 2 horas aproximadamente. – invitó la de los ojos color perla – A esa hora ya estamos de regreso.

Sakura lo pensó un momento, si quería ir, despejarse un rato del trabajo y estrés que se estaba convirtiendo ese domingo pero tenía mucho trabajo.

–No puedo Hina, tengo que llenar estos papeles para poder llevarlos mañana al hospital, que daría por acompañarte pero en serio que estoy ocupada. – confesó cansada.

– No te preocupes, es más, de regreso te voy a ayudar a rellenar todos esos papeles, ¿está bien? – sonrió dulcemente a su amiga.

– Gracias. – contestó la pelirrosa sonriéndole amable, tenía una amiga caída del cielo.

Hinata era de las pocas personas en quien confiaba, la quería muchísimo, casi como una hermana, se conocieron en la universidad y de ahí no se despegaron jamás, incluso hasta viven juntas en un departamento en el que el papá de Hinata le compró cuando empezó a trabajar de Maestra de preparatoria.

𝙴𝚜𝚙𝚊ñ𝚘𝚕 || • ꜱᴀꜱᴜꜱᴀᴋᴜ •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora