Finalmente tuvieron verdadera privacidad, era un recuerdo hermoso, desde lo alto de un edificio contemplaban cómo su mundo seguía en movimiento, sin embargo, había algo más llamativo que aquello, y se trataba de la forma en que se miraban y con cierta vergüenza se tomaban de las manos. No había nadie que interrumpiera, ni que les vigilase con la mirada, era un momento perfecto, notaba en el rostro de su salvador que realmente disfrutaba poder tener unos instantes de calma con ella como compañía. Le sonrió y fue capaz de dejar de lado esa timidez para poder atreverse a darle ese beso con el que ambos habían fantaseado.
-Sekkekkyū... Yo... Tengo muchas cosas que decirte... Pero no hay tiempo suficiente para expresarte todas y cada una de ellas.
-Podrías darme un pequeño resumen- habló ella a modo de coqueteo
-Tú... Haces mi vida muy interesante... Realmente has hecho la diferencia, siempre he sabido el propósito de mi existencia, y tú has sabido el tuyo de la misma forma, pero cuando me di cuenta que había encontrado algo nuevo... Me hizo realmente feliz pero fue tan difícil de expresar, si lo hubiera dicho mucho antes...
-Oye, no te preocupes, tendremos toda una vida por delante.
-Sí... Suena excelente- habló mientras le abrazaba.
Siempre fue muy curioso que se encontraran tan frecuentemente en el torrente sanguíneo, ella cuando supo que sus sentimientos fueron correspondidos lo atribuyó al destino, debían de estar juntos sin importar el que fueran tipos distintos de células. Desde los pequeños detalles hasta una entrega total, definitivamente sentía que estaba con quien encajaba a la perfección y se harían felices mutualmente. Cada vez que veían que tendrían una cantidad considerable de tiempo "libre" se disponían a confirmar una y otra vez esa entrega en cuerpo y alma, sentían que se fortalecía ese amor que habían comenzado a formar sin darse cuenta en sus inicios.
Adoraba que le tuviera en sus brazos, y que le llevara con todo el cuidado del mundo a su lugar especial donde perdían el tiempo hasta que este le recordara que era mejor que volviera a entregar el oxígeno o le reprenderían. En uno de esos días notó que un par de macrófagos estaban hablando con este, intentó escuchar lo que decían sin embargo no le fue posible, U-1146 terminó la conversación de golpe al verle, se notaba bastante nervioso e intentó distraerle preguntando una que otra tontería, algo muy raro en él.
-¿Has vuelto a ver a tu kōhai?- preguntó
-Nop... Supongo que está muy ocupada intentando llegar a ser la nueva jefa de su escuadrón.
-Ya veo... ¿Aspiras a llegar a ser la jefa del escuadrón AE?
-En realidad no, sé que terminaré causando que todo el mundo se pierda.
-Entiendo...
-Te portas raro ¿qué pasó entre ustedes tres?
-Nada más les pedí ayuda para fagocitar algo, era demasiado para mí.
-Oh... ¿Y donde estaba el cuerpo?
-E... ¡En la olla!
-Ah... En fin... Tengo que hacer una entrega... ¿Me acompañas?
-Con gusto.
Todo iba con normalidad, ya no se encontraba nervioso su querido neutrófilo, aunque ella seguía pensando que había algo extraño en todo ese asunto, pero lo mejor era no darle importancia, debía aprovechar que estaban juntos incluso cuando ella debía estar centrada en su trabajo. Mientras ella hacía la entrega notó que estaba hablando con varios conocidos que tenía, entre ellos se encontraba el kōhai de U-1146, que al principio era un estorbo y solía interrumpirles en momentos importantes, pero era un buen muchacho y tenía el afecto de ambas células sanguíneas.
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Hataraku Saibou - Fanfics
FanfictionTonterías que escribo sobre el ship Eritrocito y Neutrófilo, y otros personajes. Cada historia es independiente de la otra, no existe alguna conexión entre las historias que puedes encontrar aquí.