HADAS Y DUENDES

826 70 8
                                    


Había bosque antiguo lleno de magia al igual que las criaturas que lo habitan como son hadas, ese bosque era de grandes árboles, los cuales eran adornados por diferentes tipos y colores de hojas, los que más contrastaban eran los anaranjados como un atardecer y rojos cual manzana. En ese lugar Vivian las hadas, criaturas curiosas por naturaleza, de buen corazón, median no más de un metro treinta. Y la mayoría siempre en busca de su otra mitad pues ellas nacían con el propósito de mantener el equilibrio con el bosque y sus contrapartes pero también para encontrar a su ser amado que era la parte que los complementaba.

Al lado de este bosque se encontraba un prado no muy vivo como el bosque no tampoco muerto, sus flores eran moradas y azules, el cielo de ese lado parecía lúgubre lo cual creaba un ambiente perfecto para sus habitantes, eran duendes los cuales eran ligeramente más altos que las hadas, estos al contrario que las antes mencionadas eran seres traicioneros, timadores y avaros hacían casi cualquier cosa por dinero, no creían en el amor y solo se juntaban para poder reproducirse.

Dentro de las hadas había una es especial, era la más joven con tan solo 2000 años de edad, ella era especial pues su tiempo de encontrar a su pareja ya había pasado y es que era preocupante que en 500 años no encontrara a su pareja, busco entre las hadas de su misma edad, en los mayores a él e incluso a los pequeños pero nada, no había rastro de su otra mitad, cansado de esa soledad voló sin darse cuenta hasta los límites del bosque donde comenzaba el prado de los duendes.

-¿Qué haces aquí niño? – se escuchó una voz grave y esa mismo voz saco de sus pesares al hada castaña.

-HIEEEE- grito al darse cuenta de donde estaba, trato de volar de regreso pero era tarde, el duende lo tenía sujetado del pie.

-¿Q.QUE VAS A HA.CER CONMI.MI.GO?-le pregunto temeroso al mismo tiempo en que el duende se adentraba más al prado y lo jalaba a él como si fuera su globo (si me entienden).

-Eres un hada, te voy a vender al mejor postor- le respondió el azabache.

''que horrible vida tengo''- pensaba el hada.

.
.
.
Habían pasado 6 meses en las cuales pasaron muchas cosas entre ellas el que el duende aun tenía al hada en su poder ya que no pudo venderlo como había predicho, esto en 3 meses, durante el siguiente mes ambos se trataron más cuando un día el azabache había llegado herido a su casa y el hada (que hace tiempo pudo a ver escapado pero se quedó ya que ese duende le generaba mucha curiosidad y se quedó) así que salió de su jaula y trato las heridas del duende.

=N. Tsuna=

Vi a Reborn –en algunas ocasiones habían venido otros duendes y así lo llamaban - llegar herido, parecía que no quería mostrarse débil pero de repente se desmayó y jadeaba como si tuviera mucho dolor, eso me asusto demasiado así que Salí quitando dos barrotes que ya llevaba tiempo para poder escapar pero lo cual no había hecho porque simplemente no quería dejar a Reborn, tenía algo que me impedía volver a mi hogar.

Como pude lo arrastre a su cuarto donde con unas cuantas prendas y agua tibia limpie la sangre, busque por toda la casa hasta que encontré aguja e hilo para coserle el abdomen para que no siguiera sangrando, pase toda l noche cuidando que no le diera fiebre, no supe cuando me quede dormido hasta que sentí un toque en mi cabeza, no me moví, quería seguir sintiendo el calor de su mano, fue ahí que me di cuenta del por qué no me fui, era el, por eso no lo había encontrado durante 500 años porque no era del bosque y no lo sentía porque él no era un hada. En este momento era inmensamente feliz por lo que levante mi rostro para ver a Reborn claro que tampoco pude evitar la sonrisa que se me formo al verlo.

Después de ese día, Reborn me permitió estar fuera de la jaula y me ocupaba de los que aceres del hogar en ese tiempo me di cuenta que Reborn no es un ser frió como los demás duendes, él tiene sentimientos y los muestra muy tenuemente pero ahí están a fin de cuentas, me he propuesto conquistarle.

=Fin Tsuna=

Reborn poco a poco iba notando un cambio en su interior, desde esa vez que vio la sonrisa del hada, era la primera sonrisa que le dedicaban y si era sincero consigo mismo le había gustado por lo que le permitió hacer las cosas que quisiera siempre y cuando esta no huyera de casa pues le iría mal, era su egoísmo pues ya no se veía sin el pequeño Tsuna –le pregunto el nombre, quería saber cómo se llamaba esa hermosa criatura-.

Si, hoy a 5 meses de vivir juntos le preguntaran que cuanto costaba esa hada, le metería una bala en la cabeza por si quiera insinuar que es un objeto, prueba de ello era su amigo colonello pues él quería quedárselo y venderlo pero el tan solo imaginarse una vida sin Tsuna lo hacía enloquecer por lo que un día en que su compañero se distrajo le arrebato la vida aventándolo desde un peñasco.

Tiempo actual.

Hoy era el gran día, Tsuna estaba decidido a confesarse, quería pasa el resto de su vida con Reborn, creía fervientemente en que podrían unir a las hadas y a los duendes porque si él y Reborn podían estar juntos, ¿Por qué los demás no?

=N. Reborn=

Siempre pensé que era diferente a los demás, nunca me intereso saber pero ahora es diferente, sé que me gusta Tsuna y también supe que yo le gusto a él.

Cuando se declaró le puse peros, no estaba seguro pero él no se rindió y eso me gusto de Tsuna, siempre que llegaba de una caza o un trabajo el me esperaba en la entrada o hacia pequeños gestos que era imposible no adorarlo. Dos meses después de que lo rechace fue mi turno en declararme, le dije; ''si serás mi pareja nunca deberás engañarme o lo pagaras cao, yo no comparto lo mío, soy egoísta, está en mi naturaleza'' él se emocionó para después abalanzarse a mis brazos, yo lo recibí gustoso.

Hoy a 3 meses de pareja nos dimos cuenta de nuestra realidad, los demás duendes querían llevárselo lejos de mí, venderlo a quien sabe quién, como pude mate a varios para apartarlos de mi camino mientras con mí mano derecha sostenía la mano de mi amor, logramos escapar, Tsuna solo tenía algunos raspones pero yo tenía heridas más graves .

= Fin Reborn=

Se adentraron al bosque de las hadas, Tsuna ayuda a Reborn a recostarse bajo un árbol para que descansara pero le preocupo notar como sangraba y respiraba con dificultad.

-Reborn estamos en el territorio de las hadas, permíteme ir por ayuda con los míos.- le decía pero el otro ya no le escuchaba.

Entre hipidos y llantos Tsuna se dio cuenta que Reborn había muerto y solo lo haba escoltado hacia un lugar seguro, grito con dolor, su pareja se había marchado, sentía un inmenso dolor en su corazón, sentía como le desgarraban la piel, su otra mitad, la persona con la que pasaría el resto de su vida se había ido, a punto estuvo de quitarse la vida para acompañarlo en la muerte pero las demás hadas atraídas por el grito lo detuvieron y se lo llevaron, durante el resto de su vida estuvo bajo vigilancia para que no cometiera una estupidez, tenían que cuidarlo después de todo él era el siguiente sucesor del reino de las hadas y no podían perderle, ¿egoístas? Tal vez, pero si el gobernante llegaba a faltar en sus tierras todo en ese lugar moriría.

Mientras las demás seguían viviendo felices Tsuna se sentía muerto por dentro.

FIN.

El Dolor De TsunaWhere stories live. Discover now