Nunca fui muy creyente del amor a primera vista. Esa estupidez de elegir a alguien sin conocerlo me parecía de lo mas infantil, solo mirando su físico ¿Cómo te podrías enamorar de alguien con solo una mirada? Esas cosas están buenas para películas y clichés de libros para adolescentes nada más.
Pero cuando te vi la primera vez sentí ese algo, no lo quiero llamar amor, porque sé que así no se sentía el amor de verdad. Fue mas bien como una chispa, un fuego muy bajito, a penas una brasa. Creo que eso fue el inicio de todo. Fue ahí cuando me di cuenta de que te quería en mi vida. Quería conocerte, saber que te gusta, que te hace reír, que te hace llorar, que me cuentes tus sueños, tus miedos y saberlo todo sobre ti.
Así pasé días mirándote de lejos, buscando el momento para acercarme y decirte que desde hace tiempo esta cabeza no ha dejado de pensar en nada que no seas tú. Que tu sonrisa ilumina mis días y que desde hace tiempo nadie lograba este efecto en mí. Cómo es posible que no te hubiera visto antes, que haya ignorado tu presencia, si coincidimos en todas partes. Te imaginas lo distraída que estaba buscando Dios sabe qué. Y resulta que todo lo que buscaba estaba frente a mis ojos.
Nunca creí en el amor a primera vista, pero tu me hiciste dudar.
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Sin Destinatario
RomanceEsta es una recopilación de algunas cartas y escritos que he guardado desde hace tiempo atrás. Muchos de estos son de amor, otros tantos de desamor, y otros simplemente para desahogarme. Siempre encontré mi refugio en las letras, y creo que cada uno...