—Bueno yo...— Ambar balbucea mientras mira a Simon, nerviosa. —No se si decirte sea correcto.—¿Hay algo que te lo impide?— Ambar se muerde los labios y Simon la mira mientras lo hace. —Bo...Bonita, no...No hagas eso.— Dice sin apartar la vista de los labios de la rubia, olvidando completamente el tema del que estaban hablando.
Ambar se sonroja y mete un mechón rebelde detrás de su oreja.—¿Por qué no?, ¿Tiene algo de malo?.— Pregunta curiosa.
—Si sigues haciéndolo no acabaríamos en nada bueno...Bueno, si sería bueno.— Susurra Simon y Ambar suelta una risita nerviosa.
Sus miradas se encuentran, Simon pensaba en lo bonitos que eran los ojos de Ambar y Ambar...Bueno ella estaba perdida en su profunda mirada café.
—Simon...Ayer desaparecí porque...— Comenzó a decir Ambar, Simon dejo de mirar sus ojos para concentrarse en ella pero le era imposible. Ambar era como esas pinturas que, son tan hermosas y bien hechas que simplemente no puedes dejar de mirarlas.
—¡SAIMON HEMOS LLEGADO..!— Nico y Pedro entraron, dejaron las bolsas que traían en el suelo y se cruzaron de brazos. —¿Qué esta pasando aquí y porque Ambar esta en nuestro departamento...Usando tu ropa, Simon?.— Él mexicano trago saliva y la rubia alternaba la mirada entre los tres chicos que tenia en frente.
—Les explicó después, ¿Vale?, ahora necesito que dejen la sala y...
—No se preocupen, la que se va soy yo.— Ambar se levanto del sillón acomodando los cojines, lo que causo que la camisa se le alzara un poco. Simon estaba apreciando las vistas pero después recordó que sus amigos también estaban ahí, así que simplemente tomo a Ambar de las caderas y la sentó en sus piernas.
Ambar abrió los ojos como platos y poso su mirada en Simon, quien le estaba bajando el dobladillo de la camiseta sin romper el contacto visual. Nico y Pedro sonrieron pícaramente, no había que ser adivinos para saber las ganas que esos dos se tenían. Se miraron entre si y salieron de la sala, dejándolos solos.
—¿Ya te vas?, ¿Tan pronto?, si nisiquiera has desayunado.— Dijo Simon mirándola a los ojos mientras hacia círculos en sus rodillas.
—Entonces...¿Quieres que me quede aquí?.— Tartamudeo y Simon sonrió, él sabia perfectamente lo que estaba haciendo: distrayendola. Subió su mano hasta sus piernas, acariciando sus muslos.
—Si. Quiero que te quedes aquí...— Se acerco a ella. —Conmigo.— Beso su mandibula y fue descendiendo sus besos hasta su cuello y Ambar apretó los labios mientras cerraba los ojos y ladeaba su cabeza.
—Si me lo pides así...— Ambar acomodo su cabeza de tal modo que sus labios y los de Simon rozaran. Simon gruño en protesta, él quería un beso, no un simple roce.
Ambar río y acaricio sus labios, a lo que Simon, ya molesto, dejó de acariciarla para sentarla de tal modo que sus piernas quedaban a cada costado de él, agarro sus mejillas con fuerza y paso la lengua por los labios de Ambar, torturandola como ella le había hecho.—Dale Simon...— Ambar hizo puchero.
—¿Qué es lo que quieres, bonita?.— Le pregunto él, mirando sus ojos.
—Que me beses...— Ambar se inclino y lo beso. Simon sonrió y gustoso abrió la boca para que Ambar metiera su lengua en ella. Ambar paso los brazos alrededor de su cuello, agarrando su nuca, profundizando el beso.
Simon gruño, mordió su labio y la pego más hacia él, había estado deseandola hace tiempo y ahora que la podía tener nada se lo podría impedir.—Simon para— Susurro Ambar pero Simon tomo él dobladillo de la camisa, subiéndolo un poco y acariciando las caderas de Ambar. —Espera Simon— Se separo de él.
—¿Qué pasa ahora?.— Le pregunto, agitado.
—Estan tus amigos.— Ambar se bajo de sus piernas y se paro, arreglándose la camisa y el cabello.
—Genial. Ahora gracias a ti tendré que darme una ducha fría.— Ambar se ruborizó y soltó una pequeña risita mientras Simon sonreía y se dirigía al baño.
Ambar quedo embelesada mirando la espalda de Simon, y pensó que algún tatuaje ahí estaría genial...
Sacudió la cabeza para dispersar todo pensamiento impuro que se le había juntado y camino hasta el comedor, donde ayudo poniendo los tapetes, los vasos y las servilletas.—No les molesta que me quede a desayunar, ¿Verdad?.— Preguntó mientras servía jugo en los vasos.
—¡Por supuesto que no!— Respondió Pedro. —Ahora, ¡deja ahí y sientate mujer!, eres nuestra invitada.
Ambar sonrió y ocupo un espacio en la mesa, jugando con el mantel que estaba encima de esta.
—Y bueno...Ya que estamos, ¿Qué onda vos y Simon ah?, ¿Ya son novios?.— Pregunto Nico sonriendo y a Ambar se le borro la sonrisa al tiempo que miraba hacia el suelo.
¿Qué eran exactamente?, ¿Novios, amigos con derecho o simples amigos?. Era confuso, Simon no le había pedido ser su novia pero demostraba todo lo contrario. ¿Al menos lo que sea que estaban haciendo tenia un nombre?.
—Eh Ambar— Pedro chasqueo los dedos enfrente de su cara, lo que la hizo reaccionar. —¿Todo bien?, te quedaste colgada.
—Eh...Si si si, todo...Bien.— Sonrió y alzo la vista para encontrarse con una mirada café que la veía fijamente y con una sonrisa.
Ambar quedo embelesada mirándolo, y es que simplemente era delito ser tan guapo: sus ojos mieles, sus finas facciones, la forma de su cara, su cabello suave...
Simon tomo asiento a un lado de la rubia y acaricio su muslo, a lo que ella volvió a pensar en lo que había dicho Pedro y quito la mano de Simon. Él la miro confundido, sabía que algo le pasaba, pero prefirió no decir nada hasta terminar el desayuno.(...)
—Gracias chicos, estuvo muy rico todo pero ahora tengo que ir al Blake, así que los dejo, y nuevamente, gracias.— Ambar se levantó de la mesa, recogío su plato, lo frego, y fue directo al cuarto de Simon.
—Si quieres...Puedes ducharte aquí.— Le dijo él, que se encontraba recargado en el umbral de la puerta, sosteniendo dos toallas.
—Este...Si si, gracias.— Ambar agarró las dos toallas y se metió al baño.
Luego de 10 minutos salió ya cambiada y vio a un Simon sentado en su cama, jugando con su celular.
Simon levantó la mirada, ayer no pudo ver muy bien lo que llevaba, así que no pudo evitar escanearla de arriba a abajo mientras se mordia el labio.—Ven aquí.— Simon palmeo la cama, a su lado, sin romper el contacto visual. Ambar trago saliva, y camino lentamente hacia el morocho.
—Ya me tienes aquí, ¿Qué quieres?.
—Opaaa...— Simon río y Ambar rodo los ojos. —Que mal genio. Solo quiero hacerte una pregunta.
—Pues ya estuvieras.— Ambar lo miro fijo a los ojos.
—¿Por qué retiraste mi mano en el desayuno?.— Simon fruncio el ceño y Ambar rompió el contacto visual, para después juguetear nerviosamente con sus manos.
—Me confundes, y mucho, Simon.— Le respondió ella mirando fijamente el suelo.
—¿Yo?, ¿Confundirte?, ¿Por qué?.
—Porque...Primero me evitas, luego me besas, luego coqueteas con chicas, y vuelves a besarme. Me confundes, siento que...Estas jugando conmigo.— Simon la tomo del mentón, haciendo que lo mirará.
—Creí que había dejado mis intenciones contigo más que claras desde un inició.— Dijo en un sensual susurro que hizo que Ambar se estremeciera.
—¿Qué es lo que quieres?.— Pregunto ella.
—¿En verdad quieres saberlo?.— Se acerco más a ella, aun susurrando.
—Por algo lo pregunté.— Ambar sentía que le faltaba aire, y como no, si no había aire que los separara.
—Ambar Smith, quiero todo y de todo contigo. Quiero que seamos todo hasta donde tu me permitas llegar.— Dijo él mirandola fijamente a los ojos, en ellos, había sinceridad, pero sobre todo amor.
Ambar trago saliva, ella quería lo mismo...¿Cierto?, ¿Em verdad quería esto?.
ESTÁS LEYENDO
¿Qué habría sido si?...
Fiksi Penggemar•La historia que todos conocemos. •Mismos personajes. •Mismas parejas. •¿Mismo...Final?. 《¿Y si mejor inventamos...Un final diferente?...》