San Fransokyo era totalmente distinto visto desde arriba. El mar brillaba ante las rojizas nubes que el arrebol brindada bondadoso a todas las humanidades con quien sabe qué tipos de compasiones.
Montado sobre un robot enfundado magistralmente en una armadura roja, viajaba Hiro.
Había días como ese, en los que le gustaba olvidarse de todo, de ser héroe, de administrar los proyectos que Krei le proponía e incluso de sí mismo.Muchas veces los dorados rayos de sol le recordaban a las llamaradas que alguna vez abrasaron el cuerpo ahora inerte de su hermano. No sabía exactamente como logró salir de una depresión que debió haber terminado en un accidente por exceso de velocidad.
¡Ah, si! Cierto enmascarado lo había hecho entrar en razón a golpes, de hecho justamente iría a encontrarse con él una vez terminado su paseo.
A pesar de estar descansando no olvidaba que, vestido de héroe debía de actuar como tal y por eso, cuando escuchó un desgarrador grito a unos 50 metros del piso donde pensaba aterrizar apresuró la marcha.
Cuando llegó ahí vió la escena más impactante para él después de lo de Tadashi, corrección, ésto era peor. Jamás había logrado ver los restos de su hermano, así que solo sufrió por la ausencia que le dejó.
Pero ésto, era una atrocidad ¿Quién sería tan despiadado como para apagar la vida de su calaverita?
– M-Miguel Rivera– dijo su amigo desde el suelo, sorprendiendo al mayor– e-ese es m-mi nombre.
– ¡Shhhh!– Lo hizo callar el semi-americano, sentía como las lágrimas comenzaban a picar sus ojos– Hiro, Hiro Hamada.
Las palabras no salían ¿Y cómo podrían? Se habían quedado atoradas en su desgarrado vientre.
– Te llevaré a un hospital– dijo Hamada con desesperación– solo resiste.
El contrario negó con la cabeza suavemente, dando a entender que ya no había tiempo.
Hiro reunió el poco valor que sentía y estrechó con la mas pura delicadeza al mexicano entre sus brazos aún cubiertos por la armadura. El casco había sido abandonado desde que reconoció al moribundo muchacho, por lo que su alborotado cabello resaltaba a la luz decadente, casi tan moribunda como Miguel.
De un momento a otro el arrebol de ese día concluyó, así como en un suspiro entrecortado terminó la vida de lo que pudo ser un gran músico, un posible amante y, su todo.
Por segunda vez en ésta vida Hiro sintió como el alma le era arrebatada brutalmente. Con los ojos inundados y la cabeza nublada, acercó el rostro de su amigo al suyo por primera y última vez.
Besó los labios aún tibios del moreno, sellando así ese cruel momento. Si la muerte era tan comprensiva como el chico alguna vez presumió ¿Le costaría tanto mandarlo de vuelta a este mundo?
Sus ideas ya no eran coherentes, en ese momento solo eran la noche, él, el chico piel morena y un sentimiento de vacío queriéndose tragar la existencia de todos los ahí presentes.
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Hola, soy NightMonsoon y bueno he aquí un drabble elaborado para el Fictober UwU.
La verdad es que no sé si le daré la continuidad debida. (Cofcofexámenescofcof), pero espero que sí.
Hasta pronto (mañana XD) ❤
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Fictober
Fanfiction¡Octubre ya está aquí! Esta historia son una serie de drabbles y one-shots con temática Higuel ❤ Créditos de la portada: @TacokunSenpai Lista usada para el Fictober: @ShokoJade