Abro los ojos dándome cuenta de que es tarde, sin mucho ánimo me levantó. Es otro día en el que tengo que soportar a los estudiantes. No es que no me guste enseñar pociones, pero aún así algunos alumnos simplemente no sirven para hacer eso.
Me levantó y miro a mi alrededor, al parecer me quede dormido sin cambiarme de ropa. Voy al cuarto de baño para asearme, me quito mi túnica y abro las llaves del agua, siento como el agua recorre mi cuerpo y lo relaja. Termino de bañarme y me arreglo para ir a desayunar.
Salgo de mi habitación, en las mazmorras no hay muchos alumnos, pero al llegar cerca del comedor varios alumnos de Ravenclaw pasan corriendo, sin tener contemplaciones les quito puntos, deben aprender a ser disciplinados. Llego al comedor y observo que el único asiento que hay libre es al lado de la profesora de astronomía. Por lo que me siento a su lado.
—Buenos días —saludo a todos, escucho que algunos me contestan, pero eso no me interesa. Tomó una rebanada de pan y le unto mermelada.
—Buenos días —escucho que me saluda sonriéndome, yo hago una pequeña inclinación con la cabeza y me dedico a desayunar pues es un día algo pesado y aún no termino de revisar las pociones.
Siento una mirada sobre mí, por lo que sin que nadie se dé cuenta observo a mi alrededor buscando al propietario, para mi sorpresa es Potter... ¿Qué le pasa a ese Gryffindor?, acaso quiere que lo castigue nuevamente.
Levantó mi mirada, haciendo que verde contra negro se encuentren, siempre es un placer retar a Potter, pero para mi sorpresa se vuelve a sonrojar y se levanta para irse... ¿Qué le sucede? Por unos segundos arrugó el entre cejó y sin darle más importancia continuo desayunando.
Debe de estar enojado porque lo deje hasta muy tarde. Trato de olvidar el asunto sobre el Gryffindor, termino mi desayuno y me voy a mi aula. En el camino aunque no quiera sigo pensando en Potter, no es que me importe, pero primero lo encuentro con mi túnica y se sonroja, hoy me mira y vuelve a sonrojarse, en verdad debe de estar mal de la cabeza.
Camino con tranquilidad por las mazmorras, ya que a la mayoría no le gustan por ser frías y por tal motivo no hay muchas personas en el lugar.
Me sorprendo al escuchar voces discutiendo, al parecer alumnos. Camino sin que me escuchen, al dar la vuelta por el pasillo observo como un chico de cabello negro atrapa a alguien contra su cuerpo y la pared.
Yo me quedo en silencio sin hacer nada, observando como el otro se resistía, tratando de alejarse de su atacante.
—¡Aléjate! —Gritaba una voz conocida para mí —¡no me toques!
—Vamos... sé que aún te gusto —susurra el alumno mientras pegaba más su cuerpo con el del otro chico... porque para mi sorpresa eran hombres.
—¡No es verdad!... Tú hiciste que todo lo que sentía se acabará —exclamó el otro que intentaba quitárselo de encima, empujándolo con sus manos.
—Vamos... sólo fue un buen revolcón. Yo te quiero Harry.
Al escuchar ese nombre me sorprendo, ¿a Potter le gustan los hombres? Antes de que pueda reaccionar escucho la respuesta del Gryffindor.
—¡No!... ya no quiero nada contigo —dijo con voz cansada, pero sin dejar de pelear por alejar el otro cuerpo.
—Jaja crees que me importa si quieres —.
Observo como comienza a besar de forma brusca el cuello de Potter. No sabía si detenerlos o no, estaba impresionado por enterarme que al consentido de Albus le gustarán los hombres. En ese momento observo los ojos del Gryffindor y veo la desesperación, pero sobre todo me recordó a ella... a Lily.
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Del odio al amor... sólo hay un paso
FanfictionHarry Potter cursa su sexto año en Howgarts, cansado de todo lo que todas las personas esperan de él, no sabe que el destino le tiene preparado la prueba más difícil de todas, aceptar lo que esta sintiendo por su "odiado" profesor de pociones.