Escena 1

14 0 0
                                    

Ya había tenido relaciones con otras personas pero todas  ya habían perdido su virginidad así que ellas me guiaban y no al revés, pero esta vez era diferente ya que mi actual novia es novata y estoy muy nervioso por qué será mi primera en la que yo soy el que ya tiene experiencia y conocimientos aunque sean casi nulos.
Estaba vestida de manera erótica pero decente, tenía unos pantalones largos y ajustados, unos vaqueros de color negro, eran simples sin nada característico exceptuando que marcaban muy bien su hermoso y atlético cuerpo ya que estaba en un equipo de voleibol femenino, era divertido verla jugar ya que sus grandes pechos rebotaban haciendo que sus movimientos fueran torpes, así que a raíz de eso empezó a usar sujetadores más ajustados para evitar molestias.
Tenía una camisa blanca con una corbata roja, sabe que me encanta esa bella combinación aunque he de admitir que es un poco rara la mezcla y creo que por eso mismo me encanta.
Sus ojos verdes brillantes sus labios pintados de color rojo intenso y sus uñas pintadas de negro eran pequeños toques que aumentaban su belleza externa más de lo que era de por si.
Su pelo era blanco por qué lo tenía teñido, pero era un blanco nieve, brillante.
Ambos estábamos sentados en el sofá de mi casa mirando una película, a la cual no le preste atención por fijarme en sus rostro, llena de pecas muy claritas que se veían si te concentrabas un poco.
Ella acariciaba mi brazo derecho lleno de marcas de un pasado cruel que ella conocía y aunque fuera raro le encantaban esas marcas por eso las solía acariciar con cariño.
Después de un largo rato en donde estaba decidiendo dar el paso y armandome de valor empecé a desabrochar su camisa, ella respondió quitándome el cinturón con disimulo para no estropear el ambiente, entonces ella se apoyó sobre mi hombro y con una dulce respiración como de nervios me cogió la mano izquierda ya que la derecha estaba ocupada quitándole la ropa.
Después de haberle quitado todos los botones deje al descubierto sus enormes y redondos pechos, parecían sacados de un anime por la perfección de los mismos, su sujetador era rojo un rojo sangre con líneas de color blanco por los laterales, cogi su corbata   e hice que su tímido y colorado rostro se acercase a  mi cara y mirándola fijamente le dije: Te quiero mucho que lo sepas.  Y la bese dejando que sus labios pintados de uno de mis colores favoritos estuviera en contacto con los míos, en ese momento metí mi lengua en su boca acariciando dulcemente la suya. Ella dejandose llevar se puso encima mío y quitándome mi camiseta favorita del  the binding of Isaac , dejo al descubierto mi pecho y estómago marcado del tiempo dedicado al ejercicio, acarició con sus uñas mi abdomen, yo mientras, le quitaba la corbata y el resto de su camisa, mis dedos se deslizaron gentilmente hasta llegar al broche de su sujetador y rompiéndolo ( porque nunca he aprendido a quitarlo decentemente) sus pechos aumentaron después de quitarles la prenda que les apretaba, ella cogió con su mano y la puso de sostén para evitar que se callesen del todo ya que para ella siempre su cuerpo a sido muy privado, con la mano izquierda aún sostenida por la suya la solté para quitarle el pelo que se interponían entre sus bellos ojos y mi vista, estaban brillando como si fueran esperadas resplandecientes en la luz que refleja el sol, se puso más colorada de lo que ya estaba, pero sus manos, las dos, fueron a mi cara dejando así caer el sujetador y revelando la belleza de su parte superior con un cuerpo de infarto y el desarrollo de su cuerpo ya voluminoso.
Puse mi mano derecha en uno de sus pechos apretándolo y creandole un leve gemido y con la izquierda cogí su cintura, ella empezó a desabrochar el pantalón y a quitármelo y yo el suyo, su ropa interior era del mismo color del sujetador y con las mismas líneas blancas aunque no me fijé mucho más porque se lo quité muy rápido al igual que ella a mí los calzoncillos. Cogió mi pene y lo introdujo dentro de ella creando varios sonidos tiernos y eróticos, empezó a botar creando un nivel de excitación en el que la respiración era muy fuerte, su cara estaba al lado de mi cuello y su respiración caliente recorría mi cuello haciendo que sienta escalofríos, pero nada era suficiente para que parase ya que por lo general mi cuello es muy sensible, ella gritaba fuerte de dolor y a su vez de placer.
Llegado a un punto creo conveniente el condón ya que no me lo había puesto pero empecé a correrme dentro de ella, que solo podía coger y soltar aire del cansancio al igual que yo, mirándola a los ojos solo podía pensar en el día que la conocí en lo que nos había llevado a esto y en lo maravilloso que había sido el tiempo que había estado con ella incluyendo nuestras discusiones, charlas, besos y todo lo que fuera dedicarle tiempo a ella, lo seguiría haciendo por mucho tiempo.
Después del pequeño descanso la cogí la tire en el sofá y le di la vuelta dejándola en posición para repetir pero por una zona diferente, primero le pregunté, ella aceptó y comencé, ella gritaba y gritaba pero me decía que siguiese y eso hacía, desde ese ángulo solo podía ver su espalda y los lunares que tenía, formaban una estrella de seis puntas, acabe eyaculando dentro de ella otra vez, ella me dijo que continuase pero ya estaba un poco agotado así que le dije que no podía pero ella insistió, así que yo sentado en el sofá empezó a bajase y ponerse de rodillas en frente de mi, con su mano metió mi miembro de su boca  y continuo masturbándome, no sabía que hacer, así que me quedé quieto ya que era la primera vez que recibía este gesto ya que las otras, que solo fueron tres diferentes solo hacíamos lo típico y poco más, en cambio ella no ella lo hizo por cuenta propia y la verdad es que me gustó, sus ojos me miraban de vez en cuando buscando una reacción mía pero yo no expresaba nada así que ella continuo más fuerte, más rápido y otra vez me salió la eyaculación y ella empezó a lamerla con su lengua recorriendo el tronco y llegando a la punta, no sabía el cómo ni el por que, pero me gustó, nos gustó a los dos, después de eso siempre buscábamos el momento para tener relaciones sexuales.
No creo que sea por el motivo del sexo pero la amo.

EscenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora