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El sonido de la lluvia, la sensación del agua empapando suavemente mi rostro y el cómo escurría por mi cabello, amaba todo eso, pero de un momento a otro la lluvia paso a ser una tormenta, corrí hasta la parada del camión para refugiarme y esperar el bus a casa, me apreté al rincón de la parada donde no me callera tanta agua y metí mis manos a los bolsillos, titiritaba de frio gracias a la ropa empapada que se pegaba a mi cuerpo. Al cabo de un rato no había pasado ni un solo camión o taxi « ¿Cómo conseguiría ir a casa con esta lluvia?» En eso escuche que alguien venia, era un chico con un paraguas negro y una bolsa de mandado que corría por la banqueta, le reste importancia y volví a ver a la carretera, de repente sentí que algo golpeo mi tenis, baje la vista y levante la lata que había rodado hasta a mí, la bolsa del chico se había roto regando el contenido, le ayude a recoger las cosas y se las entregue.

—Gracias —Fue lo que me dijo, sonreí y me volví para caminar a la parada, pero una mano en mi hombro me detuvo, me voltee y vi al chico del paraguas—Por la tormenta no van a pasar autobuses, si quieres quédate en mi casa hasta que la tormenta pase y los camiones vuelvan a circular.

Agradecí la propuesta y ayude al chico a cargar sus compras mientras lo seguía a su departamento, al llegar el lugar era pequeño pero acogedor.

—Deja las cosas sobre la mesa y cámbiate —Dijo el chico, al notar que no savia a que se refería continuo— Meteré tu ropa a la secadora, estas escurriendo y te vas a enfermar —Concluyo tendiéndome una sudadera y un pants negros.

Asentí e hice lo que me dijo, después de cambiarme vi al menor preparando lo que parecía café, metí la ropa a la secadora y luego ayude al chico a preparar algo para comer. Al cabo de un rato nos sentamos en el sillón de la pequeña sala a comer y platicar; supe que su nombre era NamJoon, estaba en cuarto semestre de la universidad, amaba la música y que a veces es muy torpe. Cuando mire por la ventana vi que ya había anochecido y la lluvia no había parado, no pude evitar soltar un suspiro.

— ¿Qué pasa Jin hyung?—Pregunto mientras veía en la misma dirección en que yo lo hacía—... si quieres puedes quedarte en el sofá... o en mi cuarto, no tengo problema con eso— Ofreció dándome una cálida sonrisa que dejaba ver sus hoyuelos.

Acepte y dormí en el sofá un tanto sorprendido que un chico que conocí hoy fuera tan amable conmigo.

Después de ese día me había hecho muy cercano a Nam, saliendo de la universidad íbamos a algún lado y al menos 2 días a la semana me quedaba en su casa después de haber jugado videojuegos toda la tarde.
Un día Nam me invito a un bar al que iría con sus amigos de la carrera para festejar su cumpleaños, acepte y el ofreció que después de la fiesta me quedara en su casa ya que quedaba más cerca del local. La noche fue muy animada y divertida, llena de risas y comentarios random de los amigos del menor, al cabo de unas horas note que Nam parecía mareado y se empezaba a quedar dormido, nos despedí de los chicos agradeciendo la invitación y salí casi cargando Nam rumbo a su departamento, al llegar lo lleve hasta su cuarto para dejarlo en la cama, cuando me giré para irme a la sala a dormir sentí como el me jalo haciéndome caer en la cama junto a el para luego abrazarme como un lindo koala.

Le sacudí ligeramente su hombro—Nam, Namjoonie....—No reaccionó —Namjoon, déjame ir para que puedas dormir más cómodo.

El menor gruñó y me apretó un poco más fuerte —No—Dijo sin abrir los ojos—Quiero a hyung aquí —Concluyó con un tono infantil mientras se acomodaba a mi lado.

—Pero no cabemos aquí los 2...—Escuche un leve ronquido « ¿¡Se quedó dormido!?»

Trate de zafarme suavemente, pero cuando casi lo logré Nam se aferró a la camiseta que llevaba, impidiéndome levantarme, empezaba a ser frustrante no poder escapar del menor que estaba prácticamente inconsciente.

—Hyung —Dijo casi como un susurro— Quédate, solo esta vez.

Me di por vencido y volví a acomodarme en la cama junto a Nam — ¿Por qué quieres que me quede?—Pregunté por lo bajo mientras acariciaba su cabello y lo veía dormir.

—Porque te quiero.

—También te quiero, eres mi mejor amigo...

—No te quiero de esa forma... いえ、愛してる... mucho—Concluyó con una leve sonrisa.

« ¿Qué acababa de decir? ¿Desde cuándo él hablaba japonés?». Al día siguiente me desperté antes que Nam, así que fui a preparar el desayuno, pero de pronto sentí a alguien parado a mi lado y solté un grito ahogado mientras daba un brinco.

— ¡No me espantes así idiota!—Dije dándole un golpe en el hombro.

El solo sonrió tiernamente para luego ayudarme a terminar de preparar y empezar a comer, platicamos y le reclame por su borrachera, a lo que solo respondió—Si, lo siento mamá Jin —Le di un zape y reímos, todo iba bien, hasta que recordé las palabras de Nam anoche, en serio quería saber que había dicho el moreno, perdido en mis pensamientos no note cuanto tiempo me quede con la mirada clavada a la nada.

—... hyung—Dijo el menor sacudiendo su mano frente a mis ojos y sacándome de mi ensimismamiento— ¿Estas bien?

Note su preocupación y con una sonrisa ladina le dije que estaba bien, el silencio se prologó un rato hasta que decidí preguntar.

—Nam ¿Hablas japonés?

—Si—Dijo sonriente — ¿Por qué la pregunta?

— ¿Qué significa "ai shiteru"?

—Esa es fácil, es te amo ¿Dónde la escuchaste o qué?—Pregunto mientras daba un trago a su café.

Reí un poco forzado—Es que... ayer, tu dijiste eso antes de caer profundamente dormido —Vi que bajaba su taza y tosía un poco— ¿Estás bien?—El asintió bajando la mirada, a pesar de su piel morena note que se había sonrojado— ¿Qué tienes Nam?

—Hyung ¿Puedo decirte algo y prometes que no te alejarás de mí?—Asentí, él sonaba serio pero había algo raro en su voz, tomó aire y levantó la cara para verme a los ojos —La verdad es que... es que... te quiero pero no como un amigo, como algo más... yo... te amo Jin hyung.

No sabía que decir, nunca se me habían declarado y menos uno de mis amigos—Namjoon... no sé qué decir, no... esto no me lo esperaba... es que—Simplemente no sabía cómo hilar mis palabras, ni yo sabía si lo quería de la misma manera que él a mí.

—No te preocupes hyung, si tú no sientes lo mismo está bien, me conformo con tu amistad — Dijo con una sonrisa triste, no quería herirlo pero las palabras ya no me salían—Si necesitas algo estaré en mi cuarto, gracias por el desayuno.

Después de eso el menor se levantó y se fue, empecé a lavar los platos y recoger la cocina sin dejar de pensar en la declaración del moreno. Después de un rato me dirigí a su cuarto para decirle que ya me iba, antes de tocar la puerta escuché ligeros sollozos, tome un respiro y toque —Nam ¿Puedo pasar?— Escuché pasos y que quitaba el seguro de la puerta. Al entrar lo vi sentado en su cama recargado en la pared con la capucha de la chamarra puesta. — ¿Estas bien? —Dije sentándome en la orilla de su cama, el asintió —Nam, dime la verdad.

—Olvida lo que dije, olvida mi confesión... no quiero perder tu amistad porque te sientas incómodo con...

—No lo haré —Levantó un poco la vista dejándome ver que sus ojo estaban un poco rojos y brillosos —Nam, no sería justo para ti que yo ignorara lo que sientes, no me sentiría bien sabiendo que te lastimo ignorándote de ese modo.—No dijo nada, solamente me abrazo y respondí el gesto mientras le quitaba la capucha y acariciaba su cabello —Ahora no puedo responder a tus sentimientos pero prometo que no me alejare por ello, y que en cuanto esté seguro de lo que siento te lo diré.—Lo apreté un poco más entre mis brazos.

Después de un rato se separó un poco de mí para verme a los ojos —Hyung ¿Puedo tratar de conquistarte?— Asentí con una sonrisa — Entonces no me rendiré hasta ganarme tu corazón —Dijo sonriente para dejar un beso en mi mejilla y volver a abrazarme.

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