Capítulo 2 - Primer día

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Hinata salió de casa dando sorbos a un termo de café. Cuando se había enterado de su horario su padre se presentó al día siguiente con un termo metálico bastante sencillo.

–Hija, te será útil –había dicho.

Ella entraba a clase a las ocho de la mañana, lo cual la obligaba a madrugar más de lo que estaba acostumbrada, y menos aún tener que caminar durante más de diez minutos para llegar a clase. Era consciente de que era muy probable de que, más de un día, se saltase la primera hora, incluso la segunda, tal vez hasta era mejor no ir durante todo un día... No, sí empezaba así terminaría perdiendo todas las clases.

Al menos, tenía su termo. De no ser por él, se dormiría en clase. Podría compararse uno allí en lugar de tener que preparárselo, pero necesitaba cantidades industriales de café de forma diaria. Si quería también salir con sus futuras amigas de la universidad, necesitaba ahorrar todo el dinero que pudiera.

Hinata no era muy fan de salir de fiesta, al menos eso creía. Normalmente, prefería quedarse tranquilamente leyendo en su casa, pero la palabra preferir en ese caso se quedaba grande. No podías llamarlo preferir cuando no tenías otro plan. En el instituto tenía amigos, un chico tímido llamado Shino que pasaba todo el tiempo oculto bajo su bufanda, incluso en verano, y Tenten, aunque a día de hoy seguía dudando si considerarla amiga. Tenten era una chica que tenía un año más que ella y se habían conocido a la salida del instituto.

–Ey, ¿estás esperando a alguien? –preguntó alguien a Hinata. Ella se giró y se topó con una chica castaña de ojos grandes y brillante sonrisa. Tenía el pelo recogido en dos moñetes y el flequillo recto.

–Sí –respondió Hinata con timidez. Que alguien se le acercase era algo completamente nuevo. Desde el primer momento había sido considerado el bicho raro de la escuela. Al menos, a Shino le pasaba lo mismo. Eran muy distintos, pero se llevaban bien.

–¿Te importa si me quedo contigo? –preguntó–. Mi madre dice que hoy se va a retrasar un poco, aunque siempre lo hace.

Hinata asintió y escuchó con atención lo que la chica le contaba, respondiendo escuetamente a sus preguntas. Tras diez minutos, Neji apareció.

–Lo siento, salí más tarde de clase –se disculpó.

–No...

–¡Hola! –interrumpió Tenten, con las mejillas sonrojadas–. Soy Tenten Ama, mucho gusto. ¿Sois hermanos?

–Hola –respondió Neji, con el ceño fruncido–. No, es mi prima.

–Vaya, no me habías dicho que tuvieras un primo tan guapo –dijo sin cortarse.

Hinata boqueó sin saber qué decir. Ahora entendía ese repentino interés en su persona. Pensaba que por fin había hecho una amiga, pero todo se debía a su primo. Neji llevaba toda la semana recogiéndola desde que el pasado martes había llegado a casa llorando, todo porque unas chicas la habían perseguido mientras la insultaban. Hinata había salido corriendo y las había despistado. Lo último que quería era que supieran dónde vivía. Neji no quiso dejarla sola y, como el instituto de Hinata le pillaba de camino, dijo que le esperase, aunque eso significase esperar varios minutos más para llegar a casa. Seguramente, Tenten se había fijado en eso. No había muchas personas que se quedasen esperando a que alguien les recogiese, con lo que era fácil.

–Bueno, nosotros tenemos que irnos –dijo Neji, lanzándole una mirada de advertencia.

Hinata asintió y se despidió de Tenten.

Esperaba estar equivocada con sus suposiciones, pero se llevó una gran decepción al comprobar que en el recreo ella ni siquiera se detuvo a saludarla cuando pasó a su lado. A la salida, nuevamente se acercó a esperar junto a ella, centrándose más en Neji que en ella misma. Su primo era el único tema de conversación disponible entre ellas.

Lo que no nos cuentan del amor (Naruhina AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora