The Purge; andy biersack.

5

21 marzo, 2022.
11:30 pm.

Me sentía culpable, traicioné a la chica que confió en mí, pero no era una simple chica. Era una chica inocente, indefensa, guapa. Era el prototipo de chica que cualquier hombre desea. Y yo, la tuve y la dejé ir.

—Imbécil. —Me repetía una y otra vez mientras tomaba mi cabeza entre mis manos.— La dejé ir y ahora la dañarán. —Comencé a llorar, impotencia, tristeza, no lo sé.

Sin pensarlo, sin razonar dos veces partí rumbo al sótano, saqué unas armas y me propuse a ir a buscarla. Sabía dónde estaría, yo me junté con Ashley en el lugar y sabría hacerlo pagar.

22 marzo, 2022.
1:07 am

Volví a despertar en aquella camilla totalmente mareada, con la vista nublada, sin estar consciente al 100%. Miré mi cuerpo y efectivamente seguía conectada a aquella maquina, pero algo me hizo reaccionar. No tenía ropa.
Con suerte tenía una playera enorme puesta, de hombre, no traía ni mis bragas ni mi sujetador. De tan sólo pensar que abusaron de mí comencé a llorar y a culparme por no defenderme, y por no estar consciente.

Al parecer alguien escuchó mis sollozos, porque volvió a entrar el mismo chico de la vez anterior, cerrando la puerta tras él.

—¿Estás más tranquila, Emily?

Negué con mi cabeza, sin siquiera mirarlo, sólo lograba mirar un punto fijo del suelo mientras volvían a llenarse de lágrimas mis ojos.

—¿Qué quieren de mí? —Pregunté sin mirarlo.— ¿Qué hago aquí? ¿Dónde está Andy?

—Ow, ¿aún recuerdas a Andy? —Preguntó con cierta ironía, burlándose y hablandome como si de una bebé se tratara.— Verás, tu querido Andy te dejó sola. Él sólo te ilusionó para traerte con nosotros.

Al escuchar eso sentí una puntada en mi estómago y en mi pecho, no podía, no quería creerlo. Confié en él, y me traicionó. Me salvó de una para meterme en otra. Las lágrimas salían incontrolablemente de mis ojos, mientras me sentía cada segundo más miserable.

—Te comprendo, nena. Sé lo que se siente querer a alguien y que te abandone.

Al escuchar eso quedé extrañada, me recordó a alguien de mi pasado y relami mis labios nerviosa. Acto seguido se sacó su máscara y logré apreciar su rostro.

Ashley Purdy, mi mejor amigo de la infancia y adolescencia. Siempre fue un chico dulce, hasta que cumplió 16 y cambió totalmente. Peleaba con todos, golpeaba a cualquiera, a veces era violento conmigo, y así decidí alejarme de él.

Para acercarse y recuperar mi amistad me obsequió muchas cosas, desde flores hasta chocolates, me confesó que yo le gustaba pero no, no podía acceder. Era un ser lleno de violencia y no me quería involucrar en eso.

—A mí también me recuerdas, ¿o ya me olvidaste? —Me preguntó mientras levantaba una de sus cejas.

Yo sólo lo miré completamente perpleja, no sabía qué decir, tampoco salía ninguna palabra de mi boca, no lograba reaccionar.

—¿Q-qué harás conmigo? —Pregunté con miedo, las lágrimas comenzaban a hacerse presentes.

Él me miró con una sonrisa macabra, no lo reconocía, parecía un lunático.

—Cerraré la etapa liberando el odio de mi alma y purificandola. Prepárate, Emily.

Acto seguido se acercó a mí, me tomó de las mejillas acariciandolas con la yema de sus dedos, y besó mi frente, para después retirarse pegando un gran portazo.

22 marzo, 2022.
1:56 am

Unos largos minutos después entraron dos tipos al lugar de camisa y corbata, más su horrible y estúpida máscara.

Se colocó uno en cada lado de la camilla y comenzaron a sacar los cables, suero, etc. Al ya estar libre, uno de ellos me tomó con fuerza de ambos brazos, sacándome de la camilla sin cuidado alguno, pegando mi espalda a su pecho.

Vi como su compañero se acercó a mí rápidamente, sacó unas pastillas de su bolsillo y al ver que quería que las consumiera comencé a patalear como una loca mientras el otro tipo me seguía afirmando como podía.

Gritaba, pedía ayuda, pataleaba, pero todo eso con un simple puñetazo que logró hacer sangrar mi labio, paró. Caí rendida de rodillas al piso, para después aceptar consumir las pastillas.

—Dios, que dura es ésta mujer. —Escuché decir al que anteriormente me afirmaba para tenerme bajo control.

—Con la droga se le pasará. Si Ashley no estuviera, ya la habría violado y asesinado.

Y eso fue lo último que escuché hasta que sentí como todos los ruidos se distorsionaban, yo me relajaba y mi risa no paraba. Estaba totalmente sometida y dispuesta a hacer cualquier cosa, porque no sentía absolutamente nada.