Capítulo 27 - Solo pido una cita

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N/A: Recuperé mi computadora, Jesús, por fin terminó el retiro espiritual obligatorio y ahí es cuando me doy cuenta que no puedo estar quieta.

Makis Prov:

Me partió el corazón ver a Nati tan pálida cuando llegamos de nuestro primer día de turistas, estaba acurrucada en la cama entre los brazos de Juancho, quizás todo lo que le pasó ese día la sigue torturando y quiero ayudarla, quiero apoyarla y ayudarla a sanar, pero no me deja, ella no hace más que apartarme y eso me está estresando.

Cuando llevábamos poco más de una semana en España ella desapareció, durante todo el día, ninguna sabía dónde estaba, solo apareció bien entrada la noche con una sonrisa de lado a lado en el rostro, pasó a la habitación y se acostó a dormir, Juancho anda igual de misterioso que ella, ese mismo día él también desapareció, solo se van sin dejar ninguna explicación, intenté encontrar algo de información con Juli, pero ella está igual de perdida que el resto de nosotras. Esta situación se alargó por cerca de tres semanas y antes de darnos cuenta ya estábamos por cumplir un mes, entre promos, presentaciones y entrevistas casi no hemos tenido tiempo de conversar y cada vez que lo intento Natalia solo huye de mí.

Hoy por primera vez tendremos unos dos días libres, Juancho dijo que iría a no sé qué parte con Juan y que volverían cuando acabara el descanso, así que decidimos ver una película, ahora si estamos las 5 cinco juntas y para mí mala suerte Natalia se sienta muy lejos de mí, llevamos cerca de 40 minutos de película cuando la veo pararse apurada al baño, es por inercia que mis pies la siguen a la habitación y me siento a esperar que salga, es la única oportunidad que he encontrado para hablar con ella, sale dando un suspiro de alivio, pero cuando me ve da un salto tremendo.

-¿Qué haces acá? – me pregunta mirándome fijamente, su voz es suave, como si temiera llamar la atención, como si alguien estuviera escuchando.

-Vine a ver como estabas – le digo poniéndome de pie, la verdad está muy rara, ninguna sabe que le pasa, pero a todas nos tiene preocupada.

-Estoy bien Makis, como todos los días, no es necesario que me pregunten siempre – me dice ella encaminándose hacia la puerta, la cual termino por cerrar con toda la presión de mi cuerpo, ya me cansé de que me tome por idiota.

-Algo te pasa y es conmigo, con todas puedes hablar menos conmigo, no sé, quizás me culpas por lo que te pasó y yo también lo hago, cada día me arrepiento de no haber sido lo suficientemente valiente como para evitar que te fueras, me come la culpa de saber que tuviste que pasar por eso horrible para darme cuenta de que no podía perderte, de que te sigo amando y me está matando saber que me estás repudiando por lo que te pasó, cuando en realidad lo único que quiero es amarte, es poder sanar todas las heridas que yo misma causé, pero no puedo, no puedo si no me dejas estar cerca de ti – a estas alturas las lágrimas salen profusamente de mis ojos, tengo la mirada perdida en sus zapatos, es lo único que puedo mirar en este momento, siento que ella suspira pesadamente y toma mi rostro entre sus manos y hace que nuestras miradas se encuentren.

-Yo no te culpo ni te odio por lo que me pasó, tú tampoco deberías hacerlo, ninguna de nosotras puso la idea en la cabeza de ese hombre – dice y con delicadeza empieza a secar mis lágrimas.

-Entonces por favor acéptame, déjame ayudarte a sanar, déjame amarte como quiero amarte – le digo con la voz ahogada por los sollozos.

-No puedo Makis, ahora no puedo por favor trata de entender – me dice, en ese instante tengo un arranque de valor y capturo su cintura.

-Solo pido una cita, Natalia quiero una cita – le digo empezando a rozar mis labios contra los de ella, siento que suspira.

-Makis, no me hagas esto – me dice soltando un fuerte jadeo, me apego aún más a ella, vuelvo a sentir que suspira.

¿Cómo te atreves a volver? - (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora