ÚNICO

1.1K 142 41
                                    

De repente lo sintió, aquella sensación tan reconfortante, aquel aroma familiar a pasto seco y el latir de su pecho que le avisaba que había llegado. Si. Por fin estaba en casa, otra vez.

Se plantó frente a aquella puerta, y con algo de duda tocó la misma un par de veces, escuchando unos pasos detrás, avisando que alguien se acercaba.

Él y Jimin habían terminado hace ya bastante tiempo, ¿y que hacía ahí? Pues... Había hablado con él hace corto tiempo, le había explicado y se había disculpado por la última discusión que tuvieron, le dijo que lo amaba y que eso jamás cambiaría. Jimin había aceptado hablar con él de nuevo, se le escuchaba apagado e incluso algo triste.

Jimin le pidió que valla a casa para hablar, y ello llenó de entusiasmo el corazón de YoonGi, porque se había referido a aquella casa como "la de ambos" y eso lo hacía inmensamente feliz.

—¿Quién es? —se oyó al otro lado de la puerta.

— El señor de las pizzas —respondió con tono de burla mientras acomodaba su cabello para atrás.

Un suave sonido le indicó que la puerta se había abierto, y lo vio... Y su corazón se detuvo nuevamente.

Jimin estaba cambiado, demacrado, su rostro estaba tan delgado al igual que su cuerpo, sus ojeras eran evidentes, su pelo estaba opaco y sus manos se veían huesudas. YoonGi se quedó pasmado en la puerta, nunca había sido bueno escondiendo sus emociones, así que lo único que pudo hacer fue llorar. Si. Su rostro se desfiguro y lágrimas comenzaron a caer de sus ojos, la culpa nuevamente lo atacó.

— Jimin —habló apenas en un susurro casi muerto.

— YoonGi —habló suavemente, con una mirada dulce y aquellos ojos que amaba tanto.

Jimin se acercó lentamente al él, sonriendole para reconfortalo, pero YoonGi estaba muriendo por la culpa. Había estado tanto tiempo ausente, desde que... Bueno, esa es otra historia.

— Tú... —con manos temblorosas tomó el rostro de su amado, acariciandolo con excesivo cuidado, y lo que hizo Jimin fue lo que terminó por romperlo, nuevamente.

—Te extrañé —lo abrazó. Y se fundieron en un abrazo demasiado reconfortante para su gusto, YoonGi se aferro a su delgado cuerpo, sintiendo los huesos bajo la palma de su mano —, mucho mucho.

Y Jimin también rompió a llorar, aferrándose a él, como si fuera la última vez que se abrazaban, así fue.

— También te extrañe, mi amor, te extrañe demasiado —lo alzó un poco para abrazarlo mejor, entonces Jimin enredó sus piernas en la cintura del mayor, sosteniéndose aún con la cabeza entre su cuello y hombro. Escondiéndose del mundo y entrando al de YoonGi —. Tú...

— Lo sé —lo cortó de golpe, levantando un poco la mirada para verlo, ver esa mirada lo derritió y su corazón dio un vuelco —, estoy horrible —desvió la mirada, y lo abrazó nuevamente escondiéndose de nuevo.

YoonGi entró a la casa y cerró la puerta con su pie. No dijo nada y simplemente ingresó, llevándolo a la habitación. Pasó por aquel pasadiso que conocía tan bien.

— Estás bien —le dijo al momento de recostarlo en la cama, dándose cuenta que había un par de ropas en la cama, ropas de él aparentemente —. Esa... Mi ropa.

La cara de su amado se sonrojo, mirando a otro lado pero sin dejar de abrazarlo. Soltó un suave suspiro y lo acerco finalmente para mirar su rostro, con aquella mirada avergonzada y labios esponjosos.

— Y-yo... Dormía con tu ropa porque te extrañaba, y-yo me sentía b-bien —sus ojos se cristalizaron.

YoonGi sonrió dulcemente y asintió con el rostro. Se acercó lentamente a él, sintiendo su acelerada respiración chocar con la del menor, y cuando estuvo a punto de besarlo Jimin giró su rostro y volvió a abrazarlo para esconderse nuevamente.

— Debemos hablar sobre lo que pasó —le recordó y él dejó un beso dulce en su cuello —. Porfavor, ambos lo necesitamos.

Se fue separando de él y se terminó por sentarse en la cama, al lado del menor, mirando de reojo sus acciones algo tímidas al verlo.

— Lo lamento —comenzó el mayor con cierto tono de voz apagado, sin mirarlo, y recordó lo roto que se sentía su corazón. Así que lo único que hizo fue soltar un suspiro antes de comenzar a hablar nuevamente —, no debí dejarte ir cuando me lo pediste. Yo intenté hacer mi vida nuevamente, yo intenté olvidarte y no lo logré. Se que es algo egoísta regresar aquí, de rodillas para pedirte disculpas, no pensé en ti al momento de escribirte, simplemente lo hice, quizá tú estabas mejor sin mi. Pero cuando te vi, yo me di cuenta cuanto daño te había echo mi ausencia —al fin se digno a mirarlo.

Jimin mantenía su mirada relajada, viendolo con curiosidad, y volvió a sonreír dulcemente negando con la cabeza, acercándose de nuevo a él para tomar sus mejillas.

— Disculpame, no debí pedirte que me dejaras. Fue horrible para ambos, pero me alegro que te veas bien, sigues siendo apuesto. YoonGi... Mi YoonGi.

— Eres hermoso Jimin, para mi eres lo más hermoso del mundo —tocó sus mejillas pálidas y huesudas —. Todo está bien ahora.

Pero... YoonGi sabía que aquella frase no duraría mucho, los conocía. Volverían a discutir, quizá por su culpa o la de Jimin. Él era muy inestable, era demasiado cambiante, podría decir ello y al otro día quizá esté triste.

— Volveré a Casa —y la mirada de Jimin se iluminó como la mañana sonriendo ampliamente y abrazó a YoonGi con fuerza, escondiéndose nuevamente, dejando suaves besos en sus mejillas —. Pero, Jimin...

— ¿Eh? —se separó de golpe y lo miró con confusión.

— Vamos a ir con un terapeuta, y si es necesario con un psicólogo —tomó su cintura con fuerza, para así evitar que el menor se quitara de encima. Sabía perfectamente como reaccionaba al hablar de esos temas, y no quería dejarlo ir, no de nuevo.

— Pero... Yo estoy bien, ambos lo estamos.

— No te mientas más. Sabemos perfectamente que esto no va a durar, lo sabemos. Así que porfavor dejame llevarte con un especialista, no quiero perderte, no quiero tener que... Verte destrozado, no de nuevo.

Jimin soltó un sonoro suspiro y asintió para hacerle saber que estaba rendido. Entonces el mayor tomó su rostro, lo acuno en sus manos y se fue acercando dulcemente para besar sus labios con suma delicadeza.

— No quiero volver a discutir, hagamoslo por nosotros y los niños.

— Esta bien, yo... y-yo lo intentaré —le sonrió para calmarlo y lo volvió a acostar en la cama, acostandose ahora a su lado mientras lo envolvía con sus brazos y le daba dulces caricias en sus caderas.

YoonGi sabía que Jimin necesitaba ayuda, él también. Pero aún así no pudo evitar sentir que todo esto estaba mal, quizá necesitaba abrazarlo más o necesitaba más que un simple beso.

Si...

Definitivamente YoonGi necesitaba que eso pasara, pero nunca pasó en realidad. Nunca le escribió, nunca regresó a casa, Jimin nunca estuvo al borde de la muerte por su culpa, él no lo necesitaba.

Había pensado en hablar con Jimin días atrás, pero cuando estuvo apunto de hacerlo se enteró que él estaba perfectamente bien. No lo recordaba, no lo hacía.

Jimin lo habia superado.

Y era momento de que YoonGi también lo hiciera.







#SoySoloYoYolo

Después de una Ruptura [Y.M || One Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora