Parte única.

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"Me enamoré de una chica, odio admitirlo pero, mi corazón se acelera y no se calmara. Me tiene atrapado, quiero lo que ella tiene, esa sonrisa y esa risa de medianoche, que ella está dedicándote ahora."

Renato se encontraba llorando, con el celular en la mano, miraba el móvil una y otra vez, como si le gustara el dolor, como si fuera masoquista. Ahí estaba esa foto, esa foto que subió ella con él, estaban acostados, Gabriel dormía y ella lo miraba con una sonrisa "Así para siempre" era el pie de la foto que escribió. - Para siempre - repitió el pequeño mientras las lágrimas no dejaban de caer sobre su rostro ¿Su dolor también iba a durar para siempre? ¿El amor que sentía por el mayor también duraría para siempre? Estaba tan cansado de este sentimiento porque lo lastimaba, lo hería como mil lanzas que entraban en su pecho sin previo aviso. 

Deseaba tanto ser ella, deseaba tanto tener aunque sea un poco de ella, para así poder enamorar a Gabriel, para así poder tener ese amor que tanto quería, pero que no tenía.

"Quiero probar sus labios porque ellos saben a ti. Quiero ahogarme en una botella de su perfume. Quiero su largo y rubio cabello. Quiero su toque mágico, porque tal vez entonces, tu me querrás también. Me enamoré de una chica."

Fiesta despedida por el final de Simona en vivo. La llevó a ella, entraron juntos, de la mano, los dos estaban hermosos, y el corazón de Renato se rompía cada vez más, si es que era posible.

El rizado se acercó a él, con ella del brazo. - Tato, por fin podes conocer a Anto - le dijo, y el pequeño sólo sonrió, alejándose con la cabeza gacha. Gallicchio lo miró totalmente extrañado, pero se olvidó de eso cuando su novia lo besó, mientras Tato se dio vuelta, para ver esa escena que le rompía el alma. Ella con su largo cabello, colgada del cuello de él, mientras le acariciaba los rizos, ojalá Renato tuviera ese toque mágico para enamorar al chico.


"No logro dormir, no logro tener paz, pensando en ella, bajo las sábanas de tu cama. La manera en que ella está susurrando. La manera en que ella te atrae. Dios sabe que lo he intentado, no puedo sacarla de mi mente."

Daba vueltas en la cama, sin poder conciliar el sueño. Necesitaba saber si el mayor sentía lo mismo. Habían vivido tantas situaciones comprometedoras, situaciones en la que quedaron muy cerca uno del otro, situaciones en la que sus ojos decían mucho más que las palabras.

2:00 am, suena el timbre en la casa de Gabriel. Afuera llovía demasiado. El rizado se levanta de la cama, para abrir la puerta, se queda sorprendido cuando lo ve ahí. - Tato ¿Qué haces acá? - preguntó, cuando vio al pequeño empapado bajo la lluvia. -¿Puedo pasar?- preguntó el con la voz quebrada por el llanto. - Obvio - contestó el mayor, haciéndose a un lado para dejarlo entrar. Le trajo una toalla, y ropa seca - Toma, no quiero que te enfermes - le dijo, ofreciéndole la ropa y sonriéndole "Mierda ¿Cómo no me iba a enamorar?" pensó el menor. - ¿Qúe haces acá a ésta hora? - interrogó el mayor - Gabi...yo tengo que preguntarte algo- el mayor sólo asintió con la cabeza -¿Vos me queres? - habló el pequeño con los ojos llenos de lágrimas - Ey, no llores, obvio que te quiero - fue la respuesta de Gabriel, mientras lo abrazaba y le acariciaba la espalda. El menor se separó - No, yo te pregunto si me queres de verdad, si me queres diferente, porque yo lo hago - . dijo, mientras miraba hacia abajo. El mayor entendió a que se refería, y sí, lo quería diferente, y lo hubiera dicho, pero la voz de Antonella interrumpió la situación. Tato la miró, estaba tapada con una manta, despeinada - ¿Qué hacen acá? - preguntó la chica, todavía adormilada. Y otra vez estaba ahí, ese sentimiento que lo mataba, que lo hacía sentirse horrible, se odiaba por sentirse así. - Yo me voy - dijo el pequeño, con la esperanza de que Gabriel le diga "quedate, te quiero", peo obviamente eso no ocurrió. 

Odiaba amarlo, había intentado con todas sus fuerzas dejar de hacerlo, pero no podía.

"Odio admitirlo, mi corazón se acelera, y no se calmará."

Caminando bajo la lluvia, con el alma hecha pedazos, no dejaba de pensar en él, el corazón le latía a una velocidad muy rápida. Sabía que la situación no cambiaría, así que sólo le quedaba resignarse, porque nunca iba a olvidarlo, ni dejar de amarlo. Mientras el lloraba por su amor no correspondido, él era feliz, con la chica de sus sueños.

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⏰ Last updated: Oct 04, 2018 ⏰

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