Dia 4

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Este fic corresponde a la #kiriasuweek2018
Día 4: Ordinal Scale.

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La chica de cabello largo~

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—Liz ¿has visto a Asuna?

La muchacha de rostro orlado en diminutas pecas, dejó de jugar al Pacman junto a Keiko sobre la mesa de la cafetería y prestó atención a quien las interrumpía. Puso pausa a la interfaz del Augma, para mirar burlona a Kazuto que esperaba con cierta impaciencia la respuesta.

—Hola a ti también —dijo ganándose una mirada impaciente del chico —¿Qué no está contigo? Dijo que iría a buscarte.

Preocupación empezó a gestarse en las pupilas grises del joven héroe. Por lo que la chica que esperaba silenciosa a que acabara la charla decidió intervenir:

—Asuna-san dijo que iba a encontrarse contigo para almorzar.

—Pues sí, a mí también me mandó un mensaje diciendo eso —tocó el artefacto anexado a su oído. Era de público conocimiento que esa cosa, como él la llamaba, no era de su agrado. Pero su novia insistía en darle uso, pese a todos los contratiempos que le causó, y a él no le quedó más remedio que aceptarlo —Ya hace más de cuarenta y cinco minutos, y no ha aparecido. La estuve esperando en nuestro lugar de siempre.

—¿Te dió un plantón? —la mueca maliciosa de Rika hizo que se ganara un golpe de advertencia de parte de Keiko. Contempló a su amiga con cierta culpa —Antes de ir por ti, Asuna dijo que necesitaba usar el sanitario...

—Ya veo.

—¿Por qué no la llamas por teléfono, Kirito-san?

—Ya lo intenté y no responde —resopló —Hasta traté de contactarla por el chat de este aparatejo, y tampoco... — la preocupación de Kazuto no era fingida; luego de dos años en los que convivió palmo a palmo con esa joven de cabello avellano, acostumbrarse a una nueva realidad donde si no tenía mucha tarea la veía algunos días en la escuela, y luego abundaban los fines de semana donde a veces no se cruzaban, le resultaba un poco extraño no saber de ella. Antes le bastaba solo extender su mano para entender que ella estaba aquí y ahora solo para él.

—Prueba en el sanitario, de seguro se quedó encerrada en algún cubículo u algo así.

—¡Liz-san!

—Je, je, je... ¡Es broma! Qué poco sentido del humor tienen.

—No es gracioso, herrera— le respondió el chico con acento cortante. Aunque la idea de que quizás eso le pasó a su novia empezó a tomar forma en su cabeza, y conociendo a Asuna que era demasiado orgullosa para pedir ayuda...

Se dió la vuelta para buscar el camino que lo llevara rápidamente a los baños, cuando escuchó otra vez la voz jocosa de su amiga.

—Espero que sea esa la razón, y no porque crearon alguna sorpresita que aparecerá en nueve meses ¿verdad?

La manera en que Kazuto detuvo su andar y miró a Rika tuvo tal ímpetu, tal firmeza, que la chica bajó con vergüenza la mirada y sus hombros se encogieron. Haciendo caso omiso a sus palabras, saludó con un gesto vago a ambas chicas y se alejó de la cafetería.

En su mente el recuerdo de dos noches intensas junto a su preciosa novia encendió una pequeña alarma la cual rápidamente disipó. Si ese era el caso, Asuna ya se lo hubiera contado, pues no existían los secretos entre ellos.

La chica de cabello largoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora