1. I’m breaking.
-Creo que deberíamos tomarnos un tiempo –suspiró.
-¡¿Qué dices?! –Mis ojos se comenzaron a aguar –No, estamos bien así, tú me amas yo te amo ¿No? –comencé a llorar.
-Ese es el problema. Creo que ya no siento cosas contigo, ya no es lo mismo que era antes. Lo siento –bufó y dio media vuelta para luego irse en su auto.
-No me dejes, no –Rogué arrodillándome en el césped y llorando –por favor, no, eres el amor de mi vida –susurré –
Sentí unos leves pasos caminando por el cemento que se encontraba del lado de césped.
-¿estás bien? –
-¡Claro, que estoy bien! Llorando en el césped de una estúpida calle dónde un estúpido chico me dejó y seguramente fue por una estúpida chica –dije haciendo gestos con mis manos mientras miraba hacia abajo –Zorra –susurré –
-Tranquila –me tocó con su mano mi hombro.
-No me toques –moví mi hombro para alejarlo de su mano –Espera… ¿te conté todo lo que me sucedió a ti? No te conozco –me paré de golpe.
A veces, cómo no sabes a quien contarle tus problemas recurres a desconocidos, ya que ellos no saben nada de ti y así no pueden entrometerse en tu vida de ninguna forma alguna.
Vi sus ojos almendrados, su pelo oscuro cómo la noche, su tez bronceada, sus facciones bellas y unos labios de color rosa chicle que te incitaban a probar.
-Bien, adiós –comenzó a dar pasos hacia el lado opuesto dónde yo me dirigía.
-Espera –dije y él me miró –disculpa mi humor y mis respuestas, tú sólo intentaste ser amable, gracias. Adiós –Caminé hacia mi casa, lentamente.
-Mamá, ya llegué –grité apoyando las llaves en la mesada de la cocina y quitándome mi chaqueta –
-Ok, hija –gritó desde su cuarto. –
La única contención que tenía en esos momentos era mi madre, siempre fuimos muy unidas, mejores amigas así que me decidí por ir a contarle a mi madre lo que había pasado con mi actual ex novio.
Toqué la puerta pesadamente un par de veces, a lo que mi mamá respondió un ‘’Pasa’’ y yo obedecí.
-Hija, ¿Qué te pasa? –se sentó derecha rápidamente en su cama al verme con los ojos rojos e hinchados.
-Yo… -comencé a hablar pero no pude terminar una oración, ya que me encontraba en las piernas de mi madre llorando cómo si fuera el fin del mundo. – Matt me dejó, me dejó porque ya no me amaba. –le conté con dificultades al hablar –Me dejó, mamá, me dejó y seguramente fue por una perra de por ahí –
-Tranquila, hija. Él no era el indicado. –me abrazó. –Tal vez, algo mucho mejor te espera en un futuro ¿No? –Sonrió –Quién sabe. Igual, nunca me gustó ese chico, tenía apariencia del ‘chico malo’ y eso a mi nunca me gustó y lo sabes –alzó sus cejas –No era el indicado. –Repitió.
-Ok, lo superaré, sé que lo haré –dije intentando parar mi llanto, pero me era imposible. Secaba mis lágrimas una y otra y otra vez pero no podía hacer que pararan de recorrer mi cara, cada vez salían más y más y más –Iré a mi cuarto, adiós, te amo. –mi madre me besó la coronilla de mi cabeza.
-Descansa, olvídalo, supéralo. También te amo. No lo olvides, tú no lo merecías, mereces algo más, alguien que valore y respete a las mujeres –Sonreí y me retiré de su habitación.
Alguien que valore, respete y ame a una mujer de mil formas, es una de las pocas personas que lo valen.
Tal vez, eso necesito, alguien que me valore y me respete.
A penas abrí la puerta de mi cuarto y miré mi cama, recordé el día en el que me había entregado a él, el día en el que él me quitó la virginidad. No me arrepiento, yo lo amaba, en serio lo hacía, no me arrepiento de haberle entregado algo tan preciado mío a alguien que yo en verdad amaba aunque él no me haya amado cómo yo lo hice.
Las lágrimas volvieron a inundar mi rostro, así que opté por acostarme y descansar, mañana sería un nuevo día, una nueva vida, una nueva yo.