En ese momento, con una bolsa llena de comida en brazos, parecía una hormiga tratando de cargar con un tomate entero. Empecé a reirme sola al imaginarlo y sin darme cuenta solté las llaves de casa, que se precipitaron al suelo.
- Mierda.
Traté de agacharme para cogerlas, pero al hacerlo la bolsa que sostenía echó la mitad de su contenido al suelo, haciendo demasiado ruido siendo cerca de las 10 de la noche. Estaba segura de que los vecinos del bloque iban a denunciarme. Me puse nerviosa ante la idea y empecé a recoger todas las pruebas del crimen del suelo, hasta que vi que casi todos los huevos se habían roto. En una mezcla de desesperación y rabieta de niño pequeño, empecé a maldecir a mi profesor por haberme hecho quedar hasta tarde y a la cajera del supermercado por haberme obligado a coger una sola bolsa mientras me metía prisa porque "vamos a cerrar, muchacha". ¿Muchacha? ¿En serio?
Una voz me sacó de mis pensamientos.
- Por el ruido me he imaginado que serías tú - rió delante de mí desde el umbral de la puerta con los brazos cruzados y el pelo revuelto.
Me levanté del suelo y me limpié las rodillas. Le sonreí forzosamente.
- Hola.
- ¿Cómo ha ido el día, cariño?
Y, con esa frase, después de un día horrible, sentí por primera vez el amor de alguien, de mi novio Connor. Mi labio empezó a temblar y con un hilo de voz dije:
- Mal...
- Oh, mi niña - rió y me abrazó - vamos, entra en casa que yo recojo todo esto.
Asentí pero no me solté de sus brazos hasta unos segundos después.
Entré en nuestro pequeño apartamento, aun sin más muebles que un sofá-cama y una mesa con un par de sillas plegables. En mi - nuestra - defensa diré que hacía solo un mes que nos habíamos mudado.
- ¿Sabes a qué me recuerda esto? - empezó a decir con la bolsa en la mano y cerrando la puerta detrás de él - A la primera vez que te vi. Llevabas una bolsa de ingredientes para la pastelería.
- ¿Aún te acuerdas? ¡Fue hace dos años ya! - reí y lo seguí hasta la cocina.
- Me costará olvidar el primer momento en el que vi tu careto.
- ¡Eh! - me quejé riendo y le ayudé a sacar las cosas de la bolsa de comida - solo se ha salvado un huevo de la caída, ¿lo cocino para ti?
- Mejor pedimos algo - sonrió comprensivo. Me acerqué, le rodeé el cuello con los brazos y le besé, el sonrió y me devolvió el beso.
Abrí la nevera para meter el huevo afortunado, y al cerrarla me quedé mirando los pocos imanes que habíamos comprado como recuerdo de las ciudades que habíamos visitado hacía dos veranos.
Connor, después de un año confuso de instituto me sorprendió en un pueblo perdido por el monte el día de mi cumpleaños y su regalo había sido una furgoneta para ir juntos de viaje. En principio era para cumplir mi sueño de dar la vuelta al mundo, pero no teníamos mucho dinero, así que nos habíamos limitado a unas cuantas ciudades de California. Se añadieron al viaje los amigos de Connor, con sus respectivas novias y coches, para celebrar que ellos ya se habían graduado. Por desgracia, para Connor y para mí ese fue el verano de el penúltimo año de instituto, por lo que tuvimos que soportar otro año más de estudio después de esas fantásticas vacaciones. Durante ese año habíamos empezado a ser pareja oficial, íbamos juntos a todas partes y nuestras familias ya nos conocían bien, así que poco a poco empezamos a hacer planes de futuro juntos:
"- Sabes - me había dicho él una noche en la que estábamos en el sofá de casa de sus padres después de cenar - quiero irme a vivir contigo. "
Al principio me quedé pensativa ante su proposición repentina, pero después de pensarlo y de convencer a mis padres, decidimos mudarnos juntos después de graduarnos.
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CANCELADA The Sweetest [II] (Connor Franta)
Teen FictionSegunda parte de The Sweetest " - Y cuando menos te lo esperes, aparecerá. - ¿Quién? - Tu príncipe. - Pero yo no quiero un príncipe, yo le quiero a él. " PROHIBIDO ADAPTAR O COPIAR ESTA NOVELA SIN EL PERMISO DE LA AUTORA.