#Fictober2018

Día 4: Reencarnación

Personajes: Marlon (principalmente) & Nelson (OC's) 

En la mañana de Navidad de 2014, me había despertado en el salón de mi casa, la cual estaba prácticamente en ruinas. Nada mas levantarme vi que mis abuelos estaban a mi lado, llorando.

-¡Abuela, abuelo! ¡Tranquilos, yo estoy bien!- les grité, para intentar calmarlos.

Pero no me escuchaban. Seguían llorando. Intenté abrazarlos y seguir diciéndoles cosas, pero entonces noté que los atravesaba. No me lo esperaba, y me empecé a asustar.

Miré detrás de mí, y pude ver que mis abuelos le estaban llorando a mi cuerpo calcinado. Al final, llegaron unos policías y los obligaron a irse.

Entonces recordé lo que pasó la noche anterior.

Como estaba enfermo, me quedé en casa. Entonces vinieron unos ladrones e intenté detenerlos, pero... al final quemaron la casa... conmigo adentro.

Y me di cuenta de que yo no estaba bien.

Yo estaba muerto.

Noté entonces que alguien tocaba mi hombro. No me lo esperaba, y lancé un grito. Me giré: el que me había tocado el hombro era... una silueta negra, como una sombra, de enormes ojos amarillos y con una nariz puntiaguda.

-Buenos días.- me saludó.- Supongo que usted es el chico de ahí... - Y entonces señaló mi cadáver chamuscado, mientras se lo llevaban los policías.

Y no contesté. Estaba muy asustado y confuso en esos momentos, ¿quién era esa cosa? ¿Me vería yo igual que él, ahora que estaba... muerto?

-Ah, lo siento... - se disculpó. - Puede que todo esto sea algo incómodo para usted. No se preocupe, me pasó lo mismo cuando me convertí en sombra. Hace ya como 500 años, jeje... P-pero bueno, no he venido para contarle mi vida. Ahora que es una sombra, necesito que venga conmigo. - me ofreció la mano. Yo no hice nada. -¡Vamos, no sea tímido! Juro que soy de confianza.

Al final le di la mano, con resignación. Ambos salimos y caminamos por las calles de mi pueblo. No había ambiente navideño, nadie hablaba de Navidad o de sus regalos. Todos hablaban de mí. De mi muerte.

Ese era el tema principal.

Y mientras caminaba con ese ser, pensaba en que, con mi muerte, ya todo iba a cambiar.

Ya no volvería a estar con mis abuelos, ni con mis amigos, porque ya no me volverían a ver.

Ni ya podría volver a estar con él por lo mismo.

Creo que se me escapó una lágrima al pensar en ello.