Capitulo 26

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POV ANASTASIA

-bésame en el cuello- dice el hombre que está a mi lado. No puedo reconocer su cara porque estoy como en una nebulosa. Puedo reconocer el vehículo de la excavación pero, no a la persona que está conmigo. Su cuerpo está caliente y cuando mi piel entra en contacto con la suya, hay una chispa que hace que mi vientre se contraiga. Eso no es normal. ¿Cómo algo tan sencillo puede provocar tantas cosas?

-¿Por qué en el cuello?- pregunto y él se ríe.

-la piel del cuello tiene una parte que es muy sensible. Si provocas que mi piel se erice, significa que eres la elegida- dice y frunzo en el ceño.

-¿Crees en esas cosas? Pensé que al ser un hombre vivido en la actualidad, no pensarías de esa manera. Hay cosas que pueden provocar un gran placer- dice y me siento en su regazo. No entiendo que es lo que estoy haciendo pero, me siento con valor para hacerlo. Tengo esta sensación de confiar en la persona que está a mi lado pero, no entiendo cuándo sucedió.

-hay cosas muy sencillas que pueden provocar muchas cosas. Algunas de ellas más grandes que la misma creación de universo- sonrió y beso sus labios. Son grueso y pincelados. Son los labios de un hombre que necesita el cuidado de una mujer.

-eres muy romántico. ¿No te habrás equivocado de persona? Dudo que ese cumplido sea para mí- su mano va a la piel expuesta que queda de mi vestuario. El calor de su mano es sofocante y me dan ganas de quitarme todo lo que tengo. Es raro que sea tan cálido cuando estamos en un auto con una botella de whisky a un lado.

-no soy romántico. Ninguna de mis relaciones anteriores me ha acusado de eso. Solo, creo que estoy siendo honesto con lo que siento. Has estado matándome poco a poco con ese vestuario. La vez que te vi desnuda, bajo la ducha. No me llamaste la atención pero, con esa ropa... ¡Oh Dios mío! Eres afrodita- dice y me sonrojo. Puede que hayamos cometido errores pero, él está cambiando de la misma manera que yo. Tengo que dejar de pelear con él. Aunque supongo que las peleas son algo normal de la vida.

-¿Y qué es lo que eres?- pregunto.

-soy un hombre que quiere lo que se le mete entre ceja y ceja. Y desde que te vi con ese vestuario, no ha habido ningún segundo que te pueda sacar de mi cabeza. Quizás, escondes tu cuerpo para que los hombres no te deseen y es comprensible, ya que trabajas rodeada de hombres. Es como... es como si te protegieras de los demás- dice y besa la piel entre mis pechos.

-es difícil ser mujer cuando tu padre y sus amigos se comportan como hombres de las cavernas. Creo, que tienes razón en que me escondía detrás de ese vestuario pero, ahora que me has visto, ¿Estás seguro que me encuentras atractiva? ¿No será que el alcohol está hablando por ti?- como para apoyar mi punto, bebe unos cuantos tragos contundentes de la botella de whisky. Busco la mía pero no la encuentro. El levanta una ceja y piensa con maldad.

¿Cómo lo es? Porque acaba de poner esa sonrisa diabólica en su cara y esa sonrisa poco usual en él. Bebe una gran bocanada de alcohol y luego toma mi cara y me besa. El sabor del alcohol mesclado con el sabor de sus labios, es una combinación peligrosa.

-¿Mejor?- pregunta y asiento con la cabeza. Hago lo que me pidió y beso su cuello. En el trayecto mis pecho que se ven un poco más grande de lo normal, por el diseño del vestuario, rozan su pecho. Gime y sonrió por mi victoria. Me doy cuenta que también tengo poder sobre él.

-es una combinación nueva para mí. ¿Sabías que antes de ti, solo había besado a un hombre?- digo. Él se acomoda y algo duro y largo presiona la división de mis piernas. Frunzo el ceño pero cuando comprendo de qué se trata, me sonrojo. ¿Tan grande es cuando esta erecto?

Pasado en común: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora