MAC.

⤜XXIII. ¿BIENVENIDO O NO TANTO?⟼

¿A qué le tienes miedo?

La pregunta de la enfermera Penny hizo más eco en mi cabeza de lo que debería, como si fuera una pregunta realmente importante. Ella se fue a llevar las pruebas al Área Rafael donde se encontraban las instalaciones de medicina, mientras yo me quitaba la bata de paciente para alistarme e ir a la sala de interrogaciones y seguir con todo.

—¿Dónde estará Oliver en este momento? —pregunte para mí misma.

...Narrativa del Fiscal...

Me encuentro en estos momentos instalado en mi oficina arreglando algunos papeles mientras no dejo de pensar que la niña Vital, Mackenzie, realmente ocurre algo muy extraño con ella, no debería extrañarme ya teniendo un padre como el que tiene y una vida llena de caos, hasta le tengo un poco de lástima.

—Algo no está bien con esa niña... —mi mente viajó a las interrogaciones y la imagen de la niña en su celda y el cómo la encontramos en aquella playa, tan dócil, desorientada, como si fuera un cascarón vacío el cual solo hacía era soltar lágrimas sin ninguna expresión, las grabaciones de las "Camaras de cooperación" y el como sus propias sombras surgían para torturarla y el cómo luego se recuperaba como si nada pudiera contra ella, ni sus pesadillas más oscuras, ni los recuerdos más filosos resurgiendo desde el filo del gas, el cual solo sirve como un estimulo de tortura mental, soltando los demonios mas internos en contra propia...

Le volví a dar play a las grabaciones, viendo la última sesión, la sesión que más me genera intriga. Después de varios gritos, de una pelea contra una de sus sombras, la niña con respiración agitada y desbordante de odio, se le corta la respiración y se queda estática mirando a un punto fijo, después de unos segundos esta se endereza y camina con señales de intriga hacia la nada para luego parar y levantar la mano como si estuviera tocando algo.

—¿Quién eres?

...Narrativa de Mackenzie en la camara de cooperación, última sesión...

La voz de mi padre retumbaba a mi alrededor, dándome órdenes, diciendo y recordandome lo perfecta que debía de ser, como una máquina perfecta, su hermosa y terrible creación, sin errores, sin torcer, sin doblarse, eliminando, matando, matando y matando sin piedad, yo sin poder más solo quería que se callara, que se callara, se callara, callara, callate, callate, callate calllate.... callateee.

al fin lo hizo... Pero con el silencio surgió un ligero pitido en el entorno y con este una nueva presencia tras escena.

—Desde cuando somos tan lloronas...

Al mirarla, todos mis sentidos cayeron, no encuentro las palabras para describir este sentimiento, tal vez...Confusión? ¿rabia? ¿tristeza? ¿decepción?

me erguí, teniéndola ahora como un igual, un espejismo, un reflejo de alguien conocido pero el cual desconozco. Buscando cercanía y reconocimiento, camine hacia ella y tocando nuestras palmas...

—¿Quién eres?

—¿No puedes reconocer a tu propia sombra?

Una ligera llama a nuestro alrededor comenzó a surgir, esta misma iba creciendo a la par de los gritos de terror de mi reflejo, yo muda y una lágrima desafiante bajo por nuestra misma mejilla derecha, mi reflejo se estaba derrumbando ante mis ojos y dijo algo que nunca creí escuchar salir de mis propios labios.

—¡Mamá!... por favor Mamá despierta, no me dejes.... ¡Mamá!...

La sensación de asfixia volvió y me invadió hasta caer desmayada.

...Volviendo a la narrativa del fiscal...

Mire como en la grabación sacaban a la niña que se encontraba en el piso, se desmayó sin más, aun tengo la incógnita de que vio en ese momento, no es normal que pregunten quienes les hablan bajo el efecto del gas, solo ven a gente que ya yace en sus recuerdos, en sus memorias, sus más grandes miedos y traumas. Hasta personas con Alzheimer pueden reconocer quienes les hablan o qué miedo se les está mostrando dentro de la camara.