Capítulo único.

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- ¿Y qué hay de esta?

La voz de Minsu se escuchó cerca, tanto que lo paralizó en su lugar.

Una hoja con algunos garabatos fue lo siguiente que noto. Y el firme cuerpo del mayor juntándose en su espalda.

Le recorrió un escalofrío de solo pensar que estaban en una posición tan cómoda e íntima en el estudio de Ollepole.

No se alejó. La costumbre de verse envuelto en la cercanía de su líder en espacios cerrados y reducidos empezaba a ser normal por lo que volvió a centrar su atención en los garabatos que pronto empezaron a ser palabras y frases con más sentido.

-Es una canción.

Su voz sonó extraña. Rezaba en su interior que no fuera rara por incomodidad porque estaba intentando convencerse que no le afectaba para nada estar abrazado a Minsu.

- ¡Claro que es una canción! Quiero que la cantes en el próximo recital.

-No.

Afiló su mirada leyendo la canción de todas formas.

Minsu estaba detrás de él y no podía ver su rostro, pero estaba seguro sonreía ahora mismo. Su líder podía no ser un padre para todos como lo eran los de otros grupos y eso no restaba que pudiera manejarse con cada uno a la perfección.

La canción le gustaba, podía imaginarse cantándola.

Minsu sabía exactamente qué escribir para que le gustara y eso lo asustaba un poco.

-Deja de dar excusas, sé que quieres cantarla.

Sintió un beso suave y superficial en su nuca y se estremeció. Últimamente ese tipo de situaciones eran normales entre los dos cada vez que Minsu quería convencerlo de cantar algo que escribía.

-Esto no es mucho tu estilo.

Cambió de tema, todavía sin despegar su vista de la canción. La estaba releyendo esperando que Minsu dijera algo más.

-Tengo muchos estilos.

-Claro. -Sonrió y se acomodó mejor contra el pecho del mayor dejando caer su peso. Minsu no dejó de abrazarlo mientras lo atrapaba entre sus piernas y quedaban más unidos de lo normal.

-Entonces quiero que la cantes solo para mí.

Un escalofrío diferente al que los besos y abrazos de Minsu generaban lo recorrió entero. Estaba es un tipo diferente de situación ahora. Minsu nunca le susurraba pedidos con su voz tan grave e insinuante. Ese tono de voz que casi nunca escuchó en tantos años de conocerse.

- ¿Vas a grabarla?

Miró los diferentes elementos del estudio pensado en que no quería levantarse de ese cómodo lugar que era Minsu. Le gustaba estar así, podía distraerse con su teléfono y sentirse mejor que si lo hiciera en su cama.

-No si lo haces en mi cuarto.

La respiración se le atoró en la garganta intentando alejarse del otro ante esa frase tan sacada de contexto. Fracasó miserablemente en su huida primero porque no había puesto mucha energía y segundo las manos de Minsu estaban metiéndose en su ropa distrayendo su sentido de supervivencia.

La boca del líder en su cuello fue tal vez lo último que necesitaba para dejarse vencer y girar el rostro de a poco para dejarse besar de esa forma suave y caliente que mezclaba Minsu en sus baladas y en su forma de ser.

- ¿Eso es un sí? -Podía ver el inicio de esa sonrisa traviesa que ponía cuando lograba algo que quería.

-Va a ser un no si sigues hablando.

Doblo la canción y la dejo a un lado antes de ubicarse sobre Minsu en un movimiento rápido y fluido.

Era la costumbre.

Empezaba a ver un patrón ya que siempre que Minsu sacaba el tema de que cantara sus canciones terminaban besándose como ahora.

Prefirió ignorar sus dudas al respecto mientras volvía a hundirse en la boca del mayor buscando callarlo para que dejara de intentar convencerlo.

Fin.

Baladas [#THEGREATCHALLENGE]Where stories live. Discover now