Capítulo 18

56 8 0
                                    


POV Christopher.

Un fuerte dolor en mi sien hace que me despierte. ¡Joder! ¿Por qué me duele tanto? Abro los ojos pero la luz en mi cara hace que vuelva a cerrarlo ¿En dónde carajo estoy?. Abro los ojos lentamente acostumbrándome a la luz, trato de moverme pero tengo el cuerpo adormecido. Muevo mi cabeza a un lado buscando una pista de qué es este lugar pero al ver a mi madre y a mi hermana dormidas en unas sillas y unos tubos en mi brazo derecho hace que reconozca este lugar de inmediato.

Estoy en un jodido hospital.

Odio los hospitales.

¿Qué carajo hago aquí? Hago lo posible por sentarme pero no puedo y eso solo hace frustrarme. Hago dos intentos más pero sencillamente mi cuerpo no quiere obedecer, resoplo ruidosamente pero me arrepiento enseguida al ver que Mía se despierta.

- Oh, ya despertaste. - Dice medio adormilada.

- ¿Qué hago aquí?.

- No recuerdas. - Mía me mira sorprendida. Niego con la cabeza y ella hace una mueca. - Bueno, tenía la esperanza de que me dijeras qué demonios estabas pensando al perseguir a esos ladrones.

- ¿Cuáles ladrones?- Dije confundido. No recuerdo nada.

- Hijo, ¡Oh, mi niño! ¿Estás bien?. - Mi madre se acerca a mí de inmediato y empieza a tocarme en todos lados.

- Sí, mamá. - Ruedo los ojos. Mi mamá siempre siendo exagerada.

- ¡Oh, mi niño! Voy a llamar a la doctora. - Mi madre sale dejándonos a Mía y a mí solos.

- ¿Cuáles ladrones?. - Pregunto

- Los que robaron a Micaela. - Dice obvia.

¿Robaron a la chiquilla?

No recuerdo nada de eso.

- No te acuerdas. - Mía susurra.

- No, ¿Ella está bien?. - Dije preocupado.

Sé que ella puede defenderse pero entonces yo no fuese su guarda espaldas. Mi trabajo es cuidarla, protegerla y que nadie le haga daño. Y mientras ese sea mi trabajo me encargaré de ello.

Nadie le hará daño.

Un ruido me saca de mis pensamientos y miro hacia la puerta esperando a mi madre pero las personas que aparecen por ella me sorprenden.

- ¡Hola, bro!. - Alex me sonríe

- ¿Qué haces aquí?. - Pregunto seco.

- Disculpa por preocuparme por tí, si quieres me voy. - Hizo un ademán hacia la puerta pero al ver mis ojos rodando se ríe. - Bueno, ahora que estás vivo, voy por un café.

- Yo también. - Dice rápidamente dejándome solo con la chiquilla.

La miro por primera vez y no puedo evitar sorprenderme. - ¡Joder, chiquilla, sí que te ves mal!

- No hables tanto... - Dice cruzándose de brazos.

- ¿Qué te pasó? ¿Cómo es eso que te robaron?- La chiquilla parecía sorprendida.

- ¿No te acuerdas de nada?

- No. - Digo dudoso. - ¿Debería?

- ¡No!, digo sí. Osea, podría ser grave que... no te acuerdes de nada. - Trata de corregirse en vano. Algo está pasando aquí.

Entrecierro los ojos y la miro fijamente. - ¿Hay algo de lo cuál debería recordar?

- No. - La chiquilla mira hacia otro lado. - ¿Te duele la cabeza?. - Trata de cambiar de tema.

Games Of DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora