La vida es algo bastante curioso. Nunca sabemos cómo se tornarán las cosas con el paso del tiempo; podemos tener el día más maravilloso, solo para descubrir que al siguiente día, la desgracia nos persigue; o simplemente, pasar los años sumidos en una rutina bastante monótona. Y eso es algo de lo que el pequeño de actitud explosiva, a sus 8 años, aún no había entendido. Una simple actividad: describir el cómo te veías siendo un adulto. Bakugo Katsuki era un niño que, desde temprana edad, sabía lo que quería, y sus ambiciones no conocían el límite. Un plan de vida conciso y lleno de éxito, que no contemplaba cosas como lo era el amor ni nada parecido. No, hasta que la conoció. Cabello castaño, enormes y expresivos ojos chocolate, mejillas sonrojadas, actitud alegre y algo torpe. No sabía que su corazón podía latir con semejante fuerza, solo por cruzar miradas con alguien. Uraraka Ochako fue el factor con el que nunca había contado, y que terminó por poner de cabeza todos sus planes a futuro. Y no le importó. Todo lo que había soñado, podía irse a la mierda, si ella dejaba de ser parte de su vida. Todo por lo que lucharía, era para poder mantener esa sonrisa y alegría algo boba a su lado. Toda su vida, decidió consagrarla a ella.
Con todo y sus manías, él había decidido pasar el resto de su vida a su lado; velando por la felicidad de la chica. Nadie dio crédito cuando la relación de ellos se hizo de conocimiento público. "¿Cómo una chica tan dulce como Uraraka terminó con un bárbaro como Bakugo?". El rubio solía escuchar cosas similares mientras rondaba los pasillos de la escuela; y la castaña siempre llegaba con un beso o una broma tonta, solo para calmar la ira de su explosivo novio. –Kacchan y Uraraka-san se complementan. Son opuestos, y eso es lo que los hace tan unidos –soltó una vez Midoriya, en plena sala común del dormitorio, mientras los chicos platicaban. Y aunque lo negara, Bakugo estaba consciente de que la castaña podía controlar sus estados de ánimo a su antojo; un simple roce de su mano, bastaba para calmar a la fiera en la que convertía cuando perdía los estribos.
Por eso, nadie se sorprendió cuando llegó el día en que el rubio le propuso matrimonio a Ochako. Para molestia de Katsuki, las bromas sobre "lo mucho que había tardado" no dejaban de caer. Pero lo dejaba pasar, al ver el brillo en los ojos del amor de su vida, cada vez que contemplaba el anillo tan sencillo que había logrado conseguir. En lo que dura un parpadeo, ambos se encontraban viviendo el sueño de los recién casados en su nueva casa. Las peleas nunca brillaron por su ausencia; no tanto porque no se soportaran, simplemente, el carácter de Bakugo permanecería con él hasta su muerte, y Ochako lo amaba tal como era. Y es que ella también tenía su carácter. – ¡Deberías estar haciendo lo que te pedí, en lugar de estar aquí tirado con tus amigos! –todos los fines de semana era lo mismo. Kirishima, Sero y Kaminari, solo miraban divertidos a la pareja, mientras ambos se gritaban por las tareas del hogar. Discusión que no tardaba en bajar de tono. –Te amo, Cara de Ángel –soltaba Bakugo, fingiendo decirlo a regañadientes. Y esas dos palabras, eran suficientes para que la castaña sonriera y los dejara tranquilos, disfrutando de su amistad.
Pero no todo es eterno, los años pasan tan rápido como arena en un reloj. La situación cada vez se complicaba más. Hasta el punto en que terminaron ahorrando por todo. Bakugo solo había conseguido trabajo, limpiando los pisos de un hospital. Nada lujoso, pero al menos lograba darles de comer, ganaba lo suficiente para mantener a su familia, incluso si ello conllevaba a levantarse al amanecer y regresar a casa entrada la noche. Poco le importó que su vida no fuera lo que él había planeado cuando era un niño. No, cuando el amor de su vida le había dado el mejor regalo que nunca había creído tener: un hijo. Un pequeño rayo de felicidad, que no tardó en multiplicarse en otros 5. Si bien, cuando se trataba de Uraraka, Bakugo dejaba de pensar y mandaba a la mierda toda su planeación de vida; no le importaba matarse con tal de darle una buena vida a su familia.
ESTÁS LEYENDO
Memories
RomanceLa vida es algo curioso. Nunca sabes lo que te tiene preparado; y en cualquier instante, puedes encontrarte con alguien que la cambie para siempre. One-shot basada -coffadaptadacoff- en la canción "The Clock was ticking" de Brandon Flowers AU quirkl...