Capítulo 7

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La mano que me cubría la boca no soltaba mi cabeza, haciéndome imposible girarme para poder ver a mi agresor, que parecía llevarme a un callejón. No, no, no... ¿un callejón? los callejones nunca eran buenos.

Sus manos eran venosas, porque yo no dejaba de intentar quitármelas de encima. Tenían un débil color verdoso, por lo que podía casi ver sus huesos. No llevaba mangas, su piel se pegaba a la mía haciéndome sudar.

Me arrepentí de rebelarme tanto ante su agarre, porque al zafarme en un determinado momento, me golpeé la cabeza contra su codo. Detuve mis intentos de liberarme y me dejé llevar, caminando a su ritmo, sin detenerme.

Mis ojos comenzaron a aguarse cuando llegamos al parque en el que anteriormente había estado con Suga. No podía retirarme de su cuerpo, lo que hacía que me sintiera indefensa e incómoda. No tenía escapatoria.

Mejor guardar fuerzas para cuando me soltase, le pegaría una patada fuerte en la espinilla y a correr. Aunque mi fuerza de mosquito anémico no me llevaría a ningún lado, y menos con esta falda, que impedía mis movimientos.

Menudo día de mierda. Empezó como en un sueño, conocer a BTS... y luego me secuestran. A saber que querrán de mí. ¿Y si era un sasaeng que quería matarme por haberme acercado demasiado a Suga? Escalofríos debilitados por la presión del pecho de mi "acompañante" se hicieron presentes en mis brazos. La cabeza me bombardeaba con pensamientos no muy positivos.

"Hoy es tu último día"

"No volverás a ver más a Suga"

"No comerás más de sus galletas"

"No podrás shippear más Vkook ni comprobar su existencia porque estarás muerta"

Lloré ante esto último... Vkook... merecía la pena luchar por vivir para demostrar que Vkook era real.

Vibré en brazos de mi atacante, para poder ver al menos su cuerpo, y comprobar si mi resistencia era la suficiente como para poder huir hacia un lugar con peatones. A los pocos segundos, conseguí darme la vuelta, pero no liberarme de su abrazo asfixiante. Estábamos demasiado cerca, su nariz casi rozaba la mía. Esos ojos... me cagué en todo

___ : - ¡SUGA! ¡CASI ME MATAS DEL SUSTO! - Mis gritos parecieron no afectarle, ya que siguió tapando mi boca con una mano, y con el otro brazo apretaba mi cintura contra él. Me miró a los ojos, llegando a mi alma. Solo con esa mirada consiguió que le perdonara al instante.

Yoongi : - Ven - Al fin cortó el contacto visual y empezó a andar hacia la entrada al descampado, con las manos en los bolsillos, como si yo fuese a obedecer todas sus órdenes

___ : - No - Negué, arrepintiéndome de haberle perdonado. Casi pensé que moría hace cinco segundos, y ahora resulta que quiere que le siga ¿qué se cree?

Yoongi : - ¿Eres demasiado orgullosa como para seguirme? Te voy a enseñar algo, ven. - Sin siquiera mirar atrás, se paró al dar un par de pasos dentro del parque. Miraba atentamente los diminutos árboles plantados y los dispersos toboganes y columpios.

___ : - Casi me matas de miedo ¿y esperas que quiera seguirte?

Yoongi : - Habrá merecido la pena si me dejas enseñarte lo que quiero que veas. - Ahora si que tenía mi atención. Quería seguirlo, mis piernas empezaron a caminar por su cuenta, aproximándose al chico de las galletas. Mi orgullo se oponía a lo que mi cuerpo hacía, pero era inviable, no quería reaccionar.


¿Todas las noches con Suga iban a ser iguales? No es que tuviera ningún problema, al contrario, me encantaban las noches con Yoongi. Sentados en el banco de la última noche volvimos a mirar el cielo, pensando en nuestras cosas. Supuse que el pensaría en su familia, BTS y en dormir. En cambio, yo pensaba en Cherry, Hama y Olivia. Ninguna me había llamado para preguntarme sobre el tema de mi retraso el último día. 

El chico de las galletasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora