Pequeños engaños

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Título: Primer Calor

Palabras: 1646

Lu Han no lo admitiría, realmente no lo haría nunca. Desearía estar muerto antes de confesarlo.

La familia Xi había caído en bancarrota y por supuesto, ellos no podían dejar de vivir con el estatus que los caracterizaba, como también con sus lujos, definitivamente no. ¿Su solución?, era simplemente sencilla, casar a su hijo con un heredero millonario.

Y LuHan solo debía decir que sí a lo que su familia dijera.

— Debes de hacer lo que sea para que nuestra familia siga adelante; ¿Me entiendes, no? — Su madre le habló. Y puede que LuHan al principio estuviera de acuerdo.

Porque, ¿quién estaría dispuesto a dejar de lado toda su vida de lujos?, por supuesto nadie.

No importaba que debía hacer, si debía conquistar algún conde, alguna baronesa, alguien con quién su familia pudiera seguir teniendo un alto estatus.

Dos días después de conocer el plan de sus padres, estaba camino a la casa del Conde Oh. Un señor que había creado su fortuna fuera de toda la generación de los Oh.

Y los ojos le brillaron a LuHan, su familia no tendría que perder su estatus, su familia no tendría que caer en la vergüenza y deshonra. Según las palabras y chismorrería de su madre, la familia Oh venía de un gran linaje, tenían grandes riquezas, como clase. El dinero heredado por sus antepasados y el dinero que el mismo conde Oh ha sabido ganar. Sí, su familia estaba en las mejores manos.

— Nos fascina la idea, Señor Xi, unir nuestro estatus como el renombre de ambas familias, sería un placer. — Comentó el Conde, — Lastimosamente mi hija, quién tiene la misma edad que su hijo, está a vísperas de su casamiento. —

No. nada haría que su familia se vaya al infierno.

— Si me permite — La voz de LuHan se escuchó en el silencio sepulcral e incómodo que se había formado.

El conde asintió.

— Su hija es una joven encantadora, llena de vida, con una educación que hasta yo le tengo envidia —
comenzó su adulación, ganando la atención de ambos señores, como de sus mismos padres — Pero lamento decirle conde Oh, que no estoy interesado en ella.

Y los señores Xi, pensaron que su tumba había sido cavada. ¡LuHan los había matado!

— Entonces, no sé qué hacen presente

— Perdóneme conde Oh, no quiero sonar grosero interrumpiéndole, pero como le he dicho mi interés no se encuentra en su hija — tomo una pausa, respiro hondo y volvió a hablar — mi interés esta posado en su hijo, en el joven SeHun.

No supo en que momento su mentir se volvió tan, dolorosa de sobre llevar.

LuHan realmente pensó que los señores Oh renegarían la petición de su familia, pero no fue así. El conde Oh estaba maravillado con la idea de desposar a su pequeño hijo con el hijo único de los Xi.

LuHan no estaba seguro en que se había metido, en primera instancia, no tenía la mínima idea de cómo era físicamente su prometido, mucho menos conocía algo de él.

Enorme fue su impresión cuando lo conoció, el conde Oh hizo una fiesta para presentar ante la sociedad el futuro matrimonio, ahí lo conoció; De tez blanca como la nieve, unos ojos tan preciosos como atrayentes, un perfil tan increíblemente delineado, parecía haber sido cincelado por los dioses, una figura alta esbelta, que estaba seguro que podría amar delinear esas curvas por puro placer y morbo.

✽。Rincón HanHunWhere stories live. Discover now