Capítulo 1. ¡No me arrebatarán mi libertad!

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Una niña de pelo verde y tez oscura caminaba por el claro de un bosque. Sus ojos eran anaranjados, en su ropa predominaba el blanco, con una chaqueta con capucha y unos pantalones cortos. Llevaba una extraña bolsa roja enrollada con múltiples bolsillos en su interior. que hacía las veces de saco de dormir y mochila de acampada.

Si el mapa que tenía no estaba equivocado, llegaría al siguiente pueblo en unas horas. En total, llevaba seis días viajando, desde la Villa de la Cascada hacia el noroeste. Desde su partida, muchos ninjas la habían buscado. No podían dejar que su Jinchuriki anduviera por ahí suelta sin vigilancia. Para Fū, la vida en esa villa sólo había sudo un infierno. Todos la maltrataban, ignoraban su existencia o la denigraban por su condición "especial". Había sido así desde los cinco años, cuando la eligieron como recipiente para el Nanabi. Sus padres la repudiaron, abandonándola a su suerte y dejándola sola. Aunque legalmente seguía siendo su hija, ellos y el resto de habitantes hacía como que era huérfana. Por ese motivo, vivía sola en una diminuta casa, con el dinero que le pagaba la villa.

En la escuela no le iba mucho mejor. Su maestro hacía todo lo posible para obstaculizar su aprendizaje. Incluso cuando se graduó en la academia e ingresó en un equipo, estaba constantemente vigilada por el ninja de grado superior y no podía ir a ciertas misiones debido a la distancia con su villa. No querían que hubiera ninguna posibilidad de perder al Bijū de 7 colas. Tras un tiempo con esa rutina, se celebraron las pruebas de acceso a Grado medio, y no le dejaron participar.

Tras eso, comenzó a planear su huída. No sería fácil, pero quería salir de esa prisión y ser libre. Tardó mucho tiempo en reunir los materiales que necesitaba para escapar, tales como papeles explosivos, kunais, shurikens... También tuvo en cuenta la fecha exacta de su ida. La haría durante el festival de sellado, donde el pueblo celebraba la "adquisición" del Nanabi hace tantos años atrás. Fū aprovecharía que todos los ninjas estarían más preocupados por la seguridad del festival que por la puerta, y crearía un caos lo suficientemente grande en la otra punta de la villa como para escapar en la confusión.

Llegó el día, y la morena lo preparó todo durante la noche anterior. Los papelesexplosivos estaban colocados, y un simple sello de Liberación bastaría para hacerlos estallar.

Cuando las bombas explotaron, se hizo el caos. Fū las había colocado de forma que no dañaran a nadie, pero que pudieran divisarse los estallidos fácilmente. La morena salió corriendo de su escondite y logró escapar de la Villa de la Cascada.

Su mente vagaba por esos acontecimientos, completamente ignorante de que unos ninjas le seguían la pista, y que un crío y su maestro se encontraban en el próximo pueblo.

El Zorro y el EscarabajoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora