Capítulo 21

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Abro los ojos algo confundido, todo me da vuelta.

Apretó los dientes con fuerza cuando nuevo la caza y siento un fuerte dolor en la nuca, poco a poco comienzo a recobrar el conocimiento.

<<¿Qué mierda, donde puta estoy?>> ¡El mareo es insoportable al igual que el dolor!

Comienzo a recordarlo todo. La chica, la casa y el golpe en la cabeza.

<<¡¡¡Mierda, mierda, mierda!!!>>

Me asusto al darme cuenta que estoy atado a una silla, forsegeo pero no puedo mover ninguna de mis extremidades... veo mis muñecas y están atadas con una cuerda. Trato de soltar mis piernas pero también las siento amañatadas con el mismo material.

Sólo veo una silla frente a  mí, veo hacia mis costados y estoy completamente solo...

-¡¡¡Ayuda!!!- Grito -¡¡¡Ayuda- Vuelvo a gritar. Pero parece no tener sentido.

Lucho contra las cuerdas pero me hago más daño en vez de soltarme.

-Es inútil- Digo dándome por vendido.

Pero me pongo alerta cuando oigo unos paso bajar por las escaleras y frente a mi aparece la misma muchacha de la fiesta.

Tiene su chaqueta de cuero, sus botas negras, veo sus azules ojos rodeados por ese fino círculo negro, su cabello rubio recogido, pero tenía una pistola en la manos, la sigo con la mirada y se sienta frente a mí, la miro con odio, se sienta con las piernas abierta y los codos apoyados sobre sus rodillas.

-Jugaremos a algo- Dice ajitando el arma con la muñeca haciendo un círculo -juguemos al verdugo y el marica. Yo pregunto y tu respondes, si respondes bien, continuamos jugando, si respondes mal te are responder bien- Ríe- No quiero bromas, sería muy facil para mi arrancarte ese bonito rostro, y nadie quiere eso ¿verdad?

La miro con atención, perplejo, sin parpadear, pero no pienso seguirle el juego.

-Sabia que pensabas que era bonito- digo sarcástico.

Ella se pone de pie con los brazos cruzados. Suspira. Y me da con la culata del la pistola.

El ardor de mis huesos me congela la cara, mi mandíbula comienza a doler y comienzo a sentir un sabor peculiar a hierro en la boca.

-¡Traga tus estupideces!- Dice calmada y vuelve a sentarse.

Guardo silencio... <<Es obvio que ahora debo empezar a pensar mejor antes de hablar, esta muchacha parece no tener sentido del humor>>

-¿Que diablos quieres?- Pregunto tragando un poco de sangre. La veo levantarse y me vuelve a propinar otro golpe.

Esta vez quedo aturdido y escupo sobre el suelo.

-¡Hija de puta!- Exclamo al ver el suelo.

Sólo veo un líquido rojo manchar el seramico color salmón. Siento mi vista nublarse. Apretó los dientes y trato de componenme.

Luego de unos segundos me quedo en completo solencio, no tengo más opción que quedarme callado, seguir su juego y jugar con sus malditas reglas...

-¿Ahora si?- Pregunta, yo sólo asiento con la cabeza.

-¿Que haces en esta ciudad?- Pregunta secamente desde su asiento.

-Trabajo.

-Ah si, ¿en que?

-En el "Frigorífico Ferrami".

-Bien- Dice tranquila, pero veo en sus ojos que no parece conforme con mi respuesta

La venganza de Alex [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora