Muerte

43 6 4
                                    

Hoseok POV

Son las once de la noche cuando doy un trago corto a mi tercera botella de soju con la mirada en dirección a la bahía. Es de noche, está oscuro y solo se percibe el movimiento de las olas a través del sonido que producen estas al chocar contra las rocas allí abajo. Bebo y el líquido pasa por mi garganta igual que pasa el agua por las cañerías de la ciudad, los conductos acuíferos de agua excrementada, agua sucia. Que asco. Me repugna el pensamiento de que toda la mierda que soltamos por el desague vaya a parar a algún rincón del mar, sin embargo comprendo que tiene que haber algún lugar final para esa travesía, un sitio donde el largo recorrido termine.

Suspiro.

Me hallo cubierto por una sencilla camiseta negra manga corta y la brisa costera nocturna me acaricia la piel con una suavidad relajante al punto de desear cerrar los ojos por un rato y dormirme aquí mismo. Sin embargo me puede más el temor a las alturas pues aunque la barandilla a la que me sujeto con ambas manos me llega por encima de la cintura no dejo de ser consciente de la precipitación de aproximadamente diecisiete metros que se abre delante de mí, del otro lado de la valla de madera que me resguarda, protegiéndome de una desgraciada caída hacia el mar que resultaría una muerte segura. Aún es muy pronto para morir, o al menos eso creo, y me limito a mirar el difuso e irreconocible horizonte, por donde se mezclan las limitaciones del cielo y el mar, con los ojos bien abiertos y mis sentidos verdaderamente conscientes de mi presencia aquí, de las voces a mi espalda y la música sonando arriba en la colina en la casa.

—¡Hoseok, ven aquí! —me llama Jiwoo a mis espaldas con una sonrisa fruto tanto de la diversión por la fiesta como de efectos secundarios del alcohol en su sangre. Me acerco a ella, que se halla acompañada de un gran grupo de chicas que identifico como amigas suyas, aunque no sé si las acaba de conocer o ya lo hacía de antes. Estamos en una villa pasando el fin de semana en una casa enorme  a la que ha asistido una conglomeración de gente de nuestra edad de distintas partes de la ciudad. Nos ha invitado Jackson y al parecer su lista de contactos es lo bastante grande para llenar una mansión con más de 60 universitarios en una fiesta de tres días. Aquí resulta imposible no conocer gente nueva y hacer nuevos amigos.

—No bebas mucho, a papá no le gustaría —digo a Jiwoo una vez estoy a su altura, sin embargo no lo digo con verdadera preocupación ya que ella es la hermana mayor y ha demostrado saber cuidarse solita. Jiwoo ríe.

—¿Sabías que Meili también audicionará este año para la academia de Son SungDeuk? —Me dice con una sonrisa pícara, deseando por alguna razón escondida que le pregunte quién es MeiLi, y la complazco porque me puede momentáneamente más la curiosidad por saber cual de todas esas chicas podría ser mi compañera —o adversaria— en las audiciones a la mejor escuela de baile de Seoul.

—¿Quién es Meili? —Pregunto elevando las cejas con sorpresa. Jiwoo la señala. Meili me saluda con la mano y una leve sonrisa. —¿Vas a audicionar para la "D-Moon Workshop"? —pregunto con evidencia, pues ya sé la respuesta.

—No solo audicionaré, sino que seré admitida en la escuela de baile de mejor renombre del país —responde con un gesto de autosuficiencia que en un primer momento me sorprende. Habrá sonado arrogante, pero debo admitir que la chica me ha ganado la simpatía desde el primer segundo. Y según pasan las horas y la madrugada hace acto de presencia en la reunión, más interés me suscita la personalidad de la chica. El efecto del poquito de alcohol en mi sangre me hace olvidar el nombre de la pelinegra por momentos, pero eso no me impide pedirle que me acompañe a buscar algo a la casa. Es una excusa que empleo para alejarnos del grupo, ella lo sabe, yo también, y todas las demás chicas. Meili me ha llamado la atención desde el primer momento y mi interés por ella es obvio, no obstante, noto por la forma amigable en la que me sonríe y la afabilidad de su mirada cuando ríe mis chistes, que ella no siente lo mismo, al menos no al mismo grado de atracción. Aún así acepta mi propuesta.

Miedo a vivir [Jung HoSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora