Amanecía en las mesetas de Diessa y el pueblo de Nageling estaba recobrando poco a poco su estado original. Los habitantes habían trabajado durante toda la noche para reparar la puerta sur y así evitar futuros ataques de bestias salvajes.El grupo se mantuvo hasta altas horas de la noche conversando sobre la batalla contra el gigante la cual fue muy excitante. Yukii y el Noble continuaban dormidos hasta altas horas de la mañana, mientra los ALFAS desde muy temprano se preparaban para interrogar al Ladrón.
- Bueno Frostrik, espero que hallas recobrado tus energías porque no te desataremos de este poste hasta que nos digas todo lo que sabes - REDR lo miraba de manera amenazante, clavando sus ojos rayados dentro de la mente del incauto.
- OK, OK, esta bien (pinches gatos) les diré lo que sé, ¡Pero eso si! Tienen que prometerme que me liberaran después -
- ¡Ja, Ja! Este que se a creído para intentar darnos ordenes. - Epek se burlaba de su imprudencia, pero REDR se mantenía pensativo sin decir una palabra. - REDR... ¿En serio pretendes liberarlo? -
- Pues si - Contesta el líder del escuadrón, - Si nos dice todo lo que necesitamos saber, ¿Para que lo vamos a conservar? ¿O sera que te ha gustado tu nuevo trabajo de niñera de humanos? - Se reía entre dientes.
Epek permaneció en silencio y permitió que REDR continuara con el interrogatorio, - A ver, ahora si dime, ¿Que hacía tan cerca de la ciudadela, y porque atacabas a este noble? -
- Wey... ¿Es que acaso no me ves? ¡SOY UN LADRÓN! No necesito tener razones para robarle a alguien - Frostrik seguía contestando en un tono completamente despreocupado.
- ¡Ese no es el punto aquí, y lo sabes! Para robarle a cualquier persona no necesitas estar en un lugar tan adentro del territorio enemigo, fácilmente pudiste haber sido capturado por otros charrs y no tendrías la misma suerte que tienes ahora. - REDR no caería en ninguna mentira mas.
- ¿SABES QUE? ¡ESTE TRABAJO NO VALE LA PAGA QUE ME HABÍAN PROMETIDO! - Miraba hacia un lado molesto.
- ¿Alguien te contrato para asaltarlo? -
- Me dijeron que este pinche pendejo viajaba solo hacia la ciudadela negra lleno de joyas, y lo único que encontré fue una carta de la reina Jennah... ¡NO MAMES, UNA PINCHE CARTA! - Frostrik seguía molesto al pensar en todos los problemas que se había metido para nada.
- ¿Una carta de la reina? Así que este noble es en realidad un mensajero real... ¡Muy bien ladrón, danos la carta! - REDR sabia que esa carta debía contener información muy importante, después de todo los humanos y los charrs han estado en guerra por mas de 250 años.
- Pues... Este... ¿Como te lo digo? -
- ¡HABLA RÁPIDO O TE LA ARRANCAREMOS DE TU CUERPO FRIÓ! - Epek le rugía enojado, amenazándolo con su espada .
- ¡YA YA TRANQUILOS! Lo que paso es que... Me la robaron... - Frostrik no se atrevía a mirarlos a la cara de la vergüenza.
- ¿QUE TE HICIERON QUE? - REDR no podía creer lo que escuchaba.
- ¡JA, JA, JA, JA! ¡AHORA SI ME HAS HECHO REÍR! No solo eres un humano inútil, sino también un ladrón inútil ¡Un ladrón inútil que se deja robar! ¡No aguanto! - Epek no dejaba de burlarse, agarrándose la barriga con fuerza en cada carcajada.
- Mira gato pendejo, ellos pudieron conmigo solo porque eran mas. ¡Pero yo se muy bien donde se esconden! y recuperare mi orgullo con intereses claro esta... - Pensaba su venganza malvada.
- Eso no sera lo único que rescataras, si no nos das de vuelta esa carta terminaras perdiendo mucho mas. - REDR señala a Epek con su garra, quien regresa a amenazarlo con su espada. - Así que para evitar que falles de nuevo, nos guiaras hacia ese escondite. - Le mostraba sus grandes colmillos afilados.
- ¡No, no, no! ¡Ustedes solo harán que me descubran y escapen a otro lugar! Lo que haremos sera muy sencillo: Ustedes se quedaran aquí en este pueblo, mientras yo iré por la carta solo. Les prometo que regresare antes del anochecer. - Frostrik intentaba convencer a los charrs con una voz gentil y muy sumisa.
REDR, Rival y Epek voltearon a mirarse entre ellos y soltaron una carcajada tan fuerte que hizo despertar a Yukii y al noble quienes seguían dormidos.
- ¡Ja, ja, ja, NO! - REDR nuevamente volvió a mirarlo directamente a los ojos, - Nosotros iremos contigo y tu seras nuestro guía. No te desatare hasta que tenga esa carta en mis garras, y esa es mi decisión final. -
Rival de pronto se acerca a Frostrik algo pensativo, - Hay algo que quisiera saber... ¿Que fue lo que usaste para robarle? -
- ¡Pues mis habilidades claro esta, un ladrón nunca revela sus secretos! - Respondía de forma altanera.
- Yo me refiero a una marca de aguja que encontré en el cuello del noble, ¿Acaso fuiste tú quien se la hizo? - Rival le hablaba de forma relajada para que confesara.
- ¡AH, ESO! Solo fue una pequeña ayuda del gremio de ladrones, ellos me insistieron antes de partir en mi misión que la usara este tranquilizante muy efectivo. Yo use una pequeña dosis para comprobar si funcionaba y en verdad es bueno. - Recordaba a los ladrones del gremio que nunca antes había visto.
Rival rugió sumamente enojado de repente, golpeando con fuerza el poste donde estaba atado el ladrón, - ¡SABES QUE POR TU CULPA ESE HUMANO CASI MUERE! ¡ESO NO ERA TRANQUILIZANTE, ERA VENENO! RRAAAAAWWRRRR ¡TIENES SUERTE DE QUE SOLO PERDIERA LA MEMORIA Y NO SU VIDA! - Él no podía creer que hubieran humanos que matarían a otros solo por codicia.
- Yo... Yo... ¡Yo no lo sabia! Ya me extrañaba tanta amabilidad de parte de ellos y la insistencia de que usara el tranquilizante por completo para que funcionara... - Frostrik estaba impactado por la reacción del charr, había sido engañado por su gremio.
Yukii y el Noble se acercaron al ladrón justo en el momento que discutían, y sin pensarlo mucho Yukii intervino entre los ALFAS y el ladrón.
- ¡Ya dejen de pelear! Yo no creo que este ladrón halla querido herir al Noble a propósito. Mírenlo, esta todo andrajoso y sucio, él solo hace lo que hace para poder comer y sobrevivir. ¿No es así Frostrik? - Yukii voltio su mirada al ladrón con una sonrisa dulce y tierna que lo desconcertaba.
Frostrik por primera vez sintió que alguien en este mundo se preocupara por él, por un huérfano que siempre fue tratado como granuja. Sufría de hambre día tras día y robar era lo único que había aprendido para sobrevivir. Nunca pensó que alguien lo entendería en su interior como lo hizo aquella hermosa muchacha en ese momento. Frostrik no podía contestarle a Yukii, se encontraba todo sonrojado y tembloroso, todos sus planes se borraron de su mente y lo único que podía pensar era en ella.
- Esta bien... lo haré... los llevare hasta el escondite... - Fue lo único que pudo brotar de su boca.
- Vaya, que forma mas extraña de cooperar. Veo que las hembras de tu raza tienen mucho poder de influencia sobre los machos. - REDR meditaba al respecto, - Aunque aun me queda una ultima pregunta que hacerte, ¿Sabes la identidad de este noble? -
- En realidad no conozco su nombre, lo único que sé es que es un allegado muy importante a la reina - Respondió en un tono poco creíble, como si no deseara compartir toda la información.
Antes de que los ALFAS lo presionaran un poco mas, el noble llego a recordar algo, - ¡CIERTO, YO TRABAJO PARA LA REINA JENNAH! Ella me dijo que necesitaba de los Charrs con urgencia, ¡AH, MI CABEZA! No puedo recordar los detalles de mi misión... - Cada vez que intentaba recordar algo, sus dolores de cabeza se intensificaban.
-Bueno ya, no perdamos mas el tiempo aquí y vayamos hacia esa guarida que tanto hablas. Necesitamos recuperar esa carta. ¡Y MAS TE VALE NO INTENTAR NADA RARO DURANTE EL CAMINO! - REDR nuevamente lo miraba fijamente a los ojos, enseñándoles sus colmillos afilados.
El grupo empaco algunas provisiones dentro del pueblo y salieron de Nageling usando al ladrón como guía. No podían confiar mucho en él, pero era la única pista que tenían sobre lo que estaba pasando y solo cooperando podría recuperar su libertad.
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Historias Charr, Guild Wars 2: La Manada Forever.
AdventureConozcan la historia de la Manada Forever, un grupo de aventureros de diferentes razas que terminaron viajando juntos por casualidades del destino. A medida que se van conociendo, descubren que todas sus desdichas tienen un trasfondo en común que am...