🎭Petyr Baelish

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Avril Lannister y Petyr Baelish

Meñique nunca había sido alguien importante; había nacido en una casa insignificante y luego había sido pupilo de Hoster Tully. Gracias a eso, siempre sintió un gran desprecio por la sociedad en general, y más al ver que Catelyn Stark (de quién estuvo fuertemente enamorado en su niñez) no podía casarse con él.

Debido a su astucia va prosperado y adquiriendo algunos títulos, propiedades... Pero no es el único inteligente en Desembarco del Rey, Tyrion, Varys y Avril también lo son. Esta última, no se cree para nada la faceta de hombre inofensivo y servicial, pues ella también hace creer a la gente que es así para tenerlos comiendo de su mano. La diferencia es que ella solo es maquiavélica cuando la situación lo requiere.

Así que como imagináis, ambos son enemigos. Los dos están siempre atentos a los movimientos del otro, listos para hacerles caer ante la mínima flaqueza que muestren.
A pesar de la rivalidad, ambos tienen una belleza exótica que no pasa desapercibida para ninguno.

"El caos no es un foso, es una escalera. Muchos intentan subirla y fracasan y nunca podrán hacerlo de nuevo, pues la caída los destroza. Pero otros, si se les deja subir, se aferrarán al reino, o a los dioses, o al amor... espejismos. Solo la escalera es real... el ascenso es todo lo que hay". Eso había oído Avril una vez salir de la boca de Meñique. No podía negar que no era buen negociador y tenía un gran cerebro lleno de planes, pero le parecía una soberana estupidez que su única meta fuera ascender. No creía que eso le fuera a dar la felicidad de forma permanente, ni a él ni a nadie.

-Buenos días, Lady Avril -comentó Meñique con una pequeña reverencia nada más entrar en el campo de visión de la muchacha, quién imitó el gesto con falsa cortesía. ¿Por qué tenían que fingir siempre?

-Igualmente, Lord Baelish.

-Dile a tu hermana Cersei que deseo hablar con ella cuanto antes.

-Claro, como a usted se le antoje -respondió con una sonrisa. Estaba claro que no le diría nada a su hermana, pues se llevaban a rabiar y él mismo lo sabía. Cersei odiaba ver a su amante y hermano con Avril, debido al ser celoso que era. Sin embargo ella no podía darse cuenta de que su hermana no era incestuosa, y que sólo quería a su hermano de forma fraternal. Avril supo eso desde temprana edad, pero nunca se lo reveló a nadie porque no quería causarle problemas a Jaime. Por qué si fuera solo por Cersei... Twyn se habría enterado casi a la par que la rubia.

Meñique asintió, y haciendo otra reverencia, se fue pasando por a lado de Avril, causando que esta sintiera su aroma al pasar. Solo cuando ya lo perdió de vista, se dió el lujo de relajarse.
No tenía ningún amigo (al menos no verdadero), al igual que Baelish. Pero eso no le importaba porque disfrutaba como una enana de la soledad. Además, por la gente idiota que había en Desembarco, tampoco merecía la pena.
Remangandose el incómodo vestido, se fue a la biblioteca a leer un libro.

Para su mala suerte, uno de sus mayores enemigos había tenido la misma idea. Resopló con cara amargada, pero rápidamente la cambio a una neutra cuando el susodicho la visualizó. Le hizo un gesto con la cabeza, e ignorándolo se fue hacia una estantería. Fue tocando todos sus libros con la punta de sus dedos, hasta que paró al ver uno que le llamó la atención. Lo agarró y se sentó en una esquina a leer, queriendo pasar desapercibida.
Pero al parecer los Dioses querían verla sufrir, pues pocos minutos después se vio obligada a levantar la vista al notar como alguien se sentaba al lado suyo.

-¿Qué desea? -preguntó cerrando de forma delicada el libro, a pesar de que lo único que quería hacer era estrellárselo en la cabeza con suma violencia.

-No debería estar siempre tan sola, hay muchos lobos sueltos. ¿No cree, lady Avril?

-Lo único que creo es que el león es más poderoso que el lobo, Lord Baelish. O que unos indefensos "dedos" -murmuró eso último, con sorna. Pero al parecer Meñique logró oírlo, pues su rostro se ensombreció.

-Cuidado con lo que dices, leona, cuidado -susurró acercándose a ella, quitándole todo su espacio personal. Podía sentir el caliente aliento del hombre en sus mejillas y oído.

-Creo que el único que debería tener cautela eres tú -comentó aún en voz baja, pero dejando atrás las formalidades. Y como acto reflejo de tenerle tan cerca, posó sus labios sobre los de él, causando que todas las barreras de Baelish se vinieran a bajo. Esas mismas barreras que tanto le había costado construir. Su rostro le traicionó, revelando sus emociones sin su permiso. Avril sonrió aún sobre sus labios de forma victoriosa. Eso no se lo había esperado, estaba claro.

Se separó de él y volvió a abrir su libro. Pasó unas páginas hasta que logró situarse, ya que ante el impulso se había perdido. Intentó volver a leer, pero tuvo que haber supuesto que Baelish no dejaría las cosas así.
El hombre agarró la cara de la muchacha con sus dos manos, para luego besarla dulce y apasionadamente. Avril se sorprendió al percatarse de que "dulce" y "Petyr" podían ir de la mano.

¿Pero era eso una estrategia? ¿Era para mantener a sus enemigos, en ese caso Avril Lannister, confundidos? ¿Para que no estuviera segura de quién era él o que era lo que quería? ¿Para que sugiera siendo imprevisible? ¿Acaso aquello no tenía ningún verdadero propósito?

No lo sabía, pero por la manera en la que la tocaba y besaba no parecía que lo hiciera por ninguna estrategia maquiavélica. Parecía que sólo quería disfrutar del momento y ya, al igual que Avril.

Game of thrones: one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora