Uno.

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Me despierta la alarma. Las cinco de la mañana. Mi hermano menor ya no estaba durmiendo conmigo, supongo que se lo habrá llevado mi madre a su dormitorio. Suspiro cansada y me levanto, este es el día que más he ansiado en todo lo que llevo de vida. Bueno, en realidad no, no puedo llevar 18 años desde que nací queriendo esto, digamos mejor que desde que tengo uso de razón.

Camino sigilosamente para no levantar todavía a nadie y me dirijo a la habitación de invitados, donde yace Sammy, mi mejor amiga desde que entré en el instituto hace unos 6 años y desde ahora mi compañera de apartamento en la ciudad que más habíamos querido visitar ambas, tumbada en la cama, espatarrada y con la boca abierta.

Río para mis adentros y doy gracias a Dios ya que ella no ronca. Me dispongo a despertarla cuando, de pronto y antes de que la rozase siquiera, abre los ojos de la nada. Me echo para atrás de un brinco e intento respirar calmadamente.

-¡Joder, qué susto tía!- Grito en un susurro para no despertar a nadie. Ella se ríe en silencio y luego se levanta.

-Hoy es nuestro día- Dice y seguidamente se abalanza sobre mi haciendo que yo cayese en picado provocándome un dolor de culo que seguramente me dure todo un mes.

-¿Pero, qué haces? ¡Que tengo fuerza pedo! Tú lo sabes, ignorante- Dije quitándomela de encima y frotándome el trasero como si así se me fuera a ir el dolor.

-¿No estás emocionada?- Pregunta con un brillo en sus ojos.

-Hablas como si la hostia que te acabas de dar contra todos mis huesos no te doliera- Me reí y ella me acompañó.

-Ash, deja de entretenerme que tenemos sólo una hora para prepararno y media hora de taxi.

-Tienes razón, por fín has dicho algo coherente en toda tu vida- Me burlo de ella y me da un golpecito en el hombro.

Dejo que se duche en el baño de al lado y yo lo hago en el mío. Tardo quince minutos, la ducha más corta de mi vida. Salgo con únicamente una toalla en el cuerpo y encuentro a Samantha urgando entre mi armario.

-¿Qué quieres, Sammy?- Pregunto desde la puerta.

-No sé qué ponerme...

-Vamos a un aeropuerto.

-¿Y qué?

-Da igual- Ruedo los ojos-. Coge lo que quieras, total, ahí solo hay como dos prendas que dejo aquí y el conjunto que me voy a poner, todo lo demás está en mi maleta- La miro y sé lo que va a decir-. Y no, no vas a abrir mi maleta- Intuición de mejores amigas puede ser.

Me pongo la enorme sudadera gris que me regaló mi hermano de mayor como recuerdo antes de partir a su viaje a Finlandia, unos leggins negros y mis vans negras favoritas cuando por fín veo que mi querida mejor amiga se da por vencida.

-Aquí no hay nada- Suspira.

-Me sorprende que no seas rubia- Me río de ella.

-¡Oye!- Se hace la ofendida pero pronto se une a mis carcajadas.

Me hago un moño mal hecho porque estoy convencida de que me voy a dormir durante el viaje asíque prefiero no hacerme nada elaborado, a parte de que no pegaría con lo que llevo puesto.

Bajo a la cocina donde está mi madre haciéndonos el desayuno. Cuando me ve bajar anda hacia mi y me abraza.

-¿Tú también te has puesto una alarma?- Río levemente.

-Pensé que te apetecerían unos churros con chocolate- Ignoró mi pregunta y y sonrió.

-Eres la mejor- Volví a abrazarla.

-Es duro ver cómo otro de mis hijos abandona el barco- Susurra una vez se sienta enfrente mía.

-Mamá, no te pongas metafórica, además, dijiste lo mismo cuando se fue Michael.

-Tengo que pensarme otra mejor para cuando se vaya Josh- Dijo rodando los ojos.

-Yo creo que Josh se va a quedar toda la vida contigo- Río.

-Ojalá- Suspira-. No quiero quedarme sola con el vejestorio de tu padre- Ríe.

-No seas mala- Río también.

Baja Samantha a los pocos minutos con unos jeans ajustados, una sudadera roja -bien, me hizo caso en cuánto a lo de que en Estados Unidos hacía invierno- y sus converse rojas. Le da un beso a mi madre, que para ella era como su tía y se sienta a mi lado a desayunar.

Pasamos el rato charlando con mi madre, mi padre y mi hermano -estos dos últimos bajaron un cuarto de hora después a despedirse- hasta que ya es la hora y el taxi debería estar esperándonos.

-Tened un buen viaje y Ash- me cogió mi madre del brazo-, llámame cuando lleguéis sin falta- Oh no, se puso protectora.

-Está bien, mamá- Sonrío para complacerla.

Reparto besos y abrazos a todos los miembros de mi familia y llegamos al taxi correctamente aparcado en frente de mi jardín. Al vernos llegar, coge nuestras maletas y nos embarcamos en el viaje hasta el aeropuerto de Madrid.

-Sonríe a Instagram- dice en voz alta y me echa una foto en la que seguramente salía de pena ya que no me había puesto el corrector de ojeras.

-Borra eso- suelto quitándole el móvil y dándole a borrar.

-¡Eh!- grita ella pero ya es tarde.

-¡Já!- suelto en señal de victoria.

Suena Right now de One Direction, nuestro grupo favorito y Sammy coge el teléfono.

-Sí mamá... Sí, ya estamos en el taxi, llegando... Chocolate con churros, mamá ¿eso qué importa?- la veo rodar los ojos- ya sé que es la comida más importante del día... claro, ya te llamo- cuelga-. Mi madre es más pesada que la tuya y lo sabes- dijo esta vez dirigiéndose a mí.

-Siempre estoy convencida de que la mía lo es más, pero cuando hablas con ella me hace dudar- río y veo el aeropuerto a lo lejos.

-Hemos llegado, señoritas- río para mis adentros, no sé si porque el conductor nos ha llamado señoritas como en sus tiempos mozos o porque estoy apunto de cumplir mi sueño y eso me hace feliz-Aquí tienen- nos entrega una maleta blanca a Sammy y la rosa a mí, arranca después de haberle pagado y nos deja en frente del enorme aeropuerto, medioboquiabiertas y sin soltar palabra.

-Pues vamos allá- me coge de la mano encaminándonos hacia la entrada y sentándonos en la sala de espera después de haber sacado los billetes.

-Está pasando- digo sin poder creérmelo.

-Creo que nos lo merecíamos después de tantos años queriéndolo ¿no?- me mira contenta- es como cuando fuimos en 2014 al concierto de One Direction, ¿recuerdas cómo de nerviosas estábamos?

-¿Y recuerdas tú lo bien que nos lo pasamos? Fue lo más bonito que me pasó- dije riendo y ella conmigo recordando viejos tiempos.

-Pero ahora estamos en 2016, parece que los numeros pares nos van a dar suerte- vuelve a reír conmigo.

Vuelo de las 6:30, aeropuerto de Barajas a aerpuerto John F. Kennedy, Nueva York, embarcando.

Sonó una voz a traves de los megáfonos. Era el nuestro. Samantha y yo nos levantamos de la mano como antes y en la otra nuestras respectivas maletas para emprender viaje a nuestro destino.

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Hooooooooooooola, esta es mi primera novela en esta cuenta, puesto que tenía otras dos en una cuenta en común con mi mejor amiga (somethingthatyoulove) pero si no os gusta One direction no os aconsejo que visiteis la cuenta hahaha. Y quería dedicar esta novela a Hamilton Nash Grier, el hombre perfecto.

Para no crear dudas, ya lo he puesto en uno de los diálogos, en esta novela vivimos en el 2016.

Buenos, dicho esto, gracias por leer y espero que sigais por muchas capítulos más.

- Amanda.

More Than A Travel (Nash Grier)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora