La luna que vemos Parte I

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—No puedo creer que nos suspendan. —Luis se quejó con Mateo mientras sus padres conversaban.

—Nos fue bien si lo piensas —murmuró Mateo.

—Dos semanas, al menos no tenemos que venir al psicólogo como Benji.

—Se lo merece, hay algo mal con él, se obsesionó con Ari.

—Que bueno que uno es feo y nunca tendremos una acosadora.

Ambos comenzaron a reír haciendo que sus padres los volteasen a ver molestos, no era el momento ni el lugar para portarse así.

—Será mejor dejar esta conversación para después —susurró Mateo.

La vida para nuestros jóvenes volvía a la normalidad, o al menos se quitaban el problema del acosador de encima, lo único que debían hacer era cumplir con sus respectivos castigos.

***Mateo***

—¿Puedo al menos revisar mis mensajes? —Mateo preguntaba mientras terminaba de acomodar los remos en la tienda de su padre.

—No, no tendrás teléfono durante toda tu suspensión jovencito y no pongas esa cara y sigue trabajando. —El padre de Mateo había agregado al castigo de su hijo el tener que ayudarlo en la tienda y cortarle toda comunicación con sus amigos.

—Si entiendes que fui una de las víctimas ¿No?

—Entiendo que te peleaste, nos ocultaste un problema serio y te lastimaste gravemente, así que deja de quejarte o te juro que no vuelves a ver la luz del sol por lo que queda del año.

—Vale. —Mateo tenía que reconocer que su padre daba miedo cuando se lo proponía.

Sin saber de Ariana, los días de Mateo pasaban lentamente y aburridos ya que lo más que tenía de contacto con el mundo exterior era ver a la gente pasar frente a la tienda y entrar a comprar.

***Ariana***

—Odio estar aquí encerrada. —Ariana se quejaba mientras daba vueltas en su cama.

—Eso lo hubieras pensado antes de hacer todas esas tonterías. —Amanda daba vueltas en la silla para la PC que tenía su hermana.

—¿No deberías estar en la universidad? —preguntó Ariana mientras observaba a su hermana.

—No, hoy hay junta de maestros así que tengo el día libre.

—Y yo castigada, en verdad es triste, se supone que yo fui la víctima en todo esto.

—Pero dejaste que tu novio golpeara a dos chicos, eso está mal hermana.

—Ya déjame en paz, no ayudas en nada —respondió molesta Ariana antes de acostarse boca abajo en su cama.

. . .

Así pasaron los días hasta que la primer semana del castigo pasó y Ariana por fin pudo asistir a la escuela con normalidad. Todas las miradas de los alumnos de 2°B se posaban sobre la joven, a estas alturas ya todo se sabía sobre la breve pelea en la fiesta y sobre todo, la expulsión de Keyla.

—Es bueno verte de nuevo por aquí Ari. —Karen se levantó para poder saludar a su amiga.

—Gracias, pero veo que todos volvieron a odiarme —dijo Ariana al ver la actitud de sus compañeros hacia ella.

—Pues hay opiniones divididas, unos odiaban a Keyla y otros la consideraban su amiga, así que...no te sé decir si te odian o no.

—Yo no tuve la culpa de que la expulsaran, ella hizo todo eso. —Ariana sabía que ella había sido la víctima pero no podía evitar sentirse mal.

—Se lo merecía, era mi amiga pero no se vale lo que te hizo. —La voz de Samanta se escuchó detrás de las chicas.

—Sam, ¿En serio eso piensas? —Ariaba giró para ver a Sam sorprendida por sus palabras.

—En la semana que no viniste nos llamaron a todos para que dijéramos como se comportan en el salón, y ya que no está Keyla aquí, entenderás que la mayoría tenía quejas de ella. —Las palabras de Sam tranquilizaron a Ariana.

—Tú...¿Tuviste quejas sobre ella? —preguntó Karen dirigiéndose a Sam.

—Sí, las tuve. —La seriedad de Sam era muy destacable, sin más avanzó hacia su asiento.

Ariana se sintió un poco aliviada al escuchar a Sam, aunque sintiese raro no ver a Keyla en el salón, sabía que había hecho lo correcto, ahora podía estar más tranquila.

. . .

A la hora de la salida, Mateo llegaba junto a su mamá a la escuela para buscar la tarea pendiente y entregar la que había realizado en casa. A lo lejos Ariana venía caminando y Mateo no pudo evitar sonreír e intentar ir a verla, sin embargo, su madre lo tomó de la mano y lo miró de manera amenazante.

Ariana sólo pasó cerca de él y con discreción lo saludo, ella sabía que su padre la esperaba en la entrada para llevarla al dentista. Avanzó hasta dejar de ver a Mateo y así llegó hasta la camioneta de su papá.

—El chico de camisa amarilla que entró es tu novio ¿No? —preguntó el padre de Ariana.

—Ammm pues... sí —respondió la joven con timidez.

—De todos los chicos en la ciudad tenía que ser él, ¿Te protegió durante el problema del acoso?

—Sí. —El hecho de que su padre tocara ese tema la ponía nerviosa.

—¿Alguna vez te conté que antes de conocer a tu madre yo iba a casarme?

—¡¿Qué?! No puede ser, pero... mamá fue amor a primera vista ¿No? —Ariana estaba muy sorprendida por lo anterior dicho por su padre.

—Sí lo fue, pero antes de ello yo estuve comprometido con una chica, había sido mi novia por mucho tiempo y unos meses antes de la boda...me dejó.

—¿En serio? ¿Cómo se atrevió? ¿Qué clase de mujer le hace eso a su prometido?

—Una mujer enamorada hija, ella encontró al hombre de su vida en alguien más, y cometió lo que en su momento llame "estupidez".

—¿Mamá lo sabe?

—Sí, se lo conté antes de casarnos, debo admitir que tuve miedo que tu madre lo hiciera también.

—¿Por qué me cuentas eso?

—Porque tú hiciste una estupidez por estar enamorada, te quedaste callada, confiaste en tu novio y actuaste junto a él, me duele saber que mi niña siente eso por alguien y más tratándose de ese chico.

—Mateo es buena persona, me quiere y me cuida mucho, no sé porque hablas así de él.

—Porque no quiero que te rompa el corazón como su madre lo hizo conmigo.

Ariana sintió que se iba de espaldas al escuchar esas palabras, que curioso es el destino para que ella y Mateo se hallan enamorado, para que ahora ellos tuvieran su propia historia después de lo ocurrido entre sus padres.

Sin saber que decir, Ariana miraba a su padre y trataba de ver por el espejo retrovisor de la camioneta a Mateo pero era inútil, dejaron la escuela atrás hace mucho. Más que nunca sentía que el destino los había cruzado, que era parte de algo más grande que ellos.

—No quiero que esto te afecte ¿Entendido? Tú y él son cosa muy aparte, sólo recuerda que lo que hacemos por amor a veces pueden parecer locuras.

Ariana volteó a ver a su padre y sonrió, se sentía unida a Mati por el destino y eso era una sensación maravillosa.

Continuará.

A+B=LOVE [Vol.2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora