Día 8

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 El cuarto estaba en silencio. Los pocos sonidos que se oían eran apenas audibles. Un aura de tristeza se alzaba sobre las pocas personas presentes.


 Sin embargo, y de algún modo, aún podía sentirse una especie, una pizca, de alegría. En lo que la pequeña ángel miraba al techo sobre su cabeza, podía distinguir el borroso sonido de llantos.


 Un dolor agudo viajó desde sus caderas a todo el resto de su cuerpo. Cosmea intentó no gruñir, tenía que mantenerse fuerte, por ella y por el demonio a su lado, Daimonji.


 El demonio de cabellos blancos estaba sujetando su mano, más pequeña y delicada, con un fuerte agarre. Se había quitado sus lentes y su bufanda. "Todo estará bien Cosmea... Solo un poco más..." le susurraba suavemente a ella.


  El sonido de llanto era ahora más fuerte. Daimonji se giró hacia la enfermera que sostenía su ahora bebé recién nacido. Él la miró, estupefacto. No se parecía en nada a sus padres, o como cualquier ángel o demonio que él haya visto antes.


 Sintió cómo Cosmea apretaba su mano más fuerte. Ella respiraba pesadamente, soltando soplos pesados. Comenzaba a agitarse, convulsionando casi. Daimonji la sostuvo con fuerza.


 Pánico le recorrió cada centímetro de su cuerpo. "¡Cosmea! ¡Cosmea, aguanta!" Las enfermeras y doctoras corrían de un lado a otro haciendo lo posible para mantener a la paciente estable.


 Hasta que su corazón dejó de latir.


Todo quedó en silencio. Los quejidos del bebé híbrido era lo único que resonaba en la sala de parto improvisada. Daimonji llevó su mano hasta la mejilla de Cosmea, acariciándola suavemente. Su piel comenzaba a perder color.


 "¿Cosmea?... por favor..."


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 El entierro fue devastador para el demonio de cabellos blancos. Sosteniendo a una Higan durmiente, le entregó un último adiós a su a amada ángel. Dejó que la lluvia se llevara sus lágrimas, inconscientemente creyendo que con ellas, se llevaría su tristeza.


 Unos meses luego, cuando finalmente se dignó a visitar el lago dónde solían pasar el tiempo después de tanto tiempo, el rostro de Daimonji se llenó de sorpresa.

 En el lugar dónde siempre solían sentarse a observar el cuerpo de agua frente a ellos, encontró una cama de flores, flores de cosmos y flores de la muerte. 





Día 8: Cempasúchil

[Funamusea] Fictober 2018Where stories live. Discover now