Capítulo 42

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(POV Axel):

—¿Sabes dónde pueda estar Kiara? —luego de unos minutos pensando si debería hacerlo o no, le pregunté.

—¿Por qué debería de saber?

—No lo sé, tal vez porque te fuiste al lado de ella en el viaje... —dije con sarcasmo. Hay algo de este chico que no me gusta para nada.

—Mmm... No creo que la haya visto luego de eso —me miró con curiosidad—. ¿Acaso te gusta Kiara? —no supe qué contestarle. Sentí que un rubor cubrió mis mejillas—. He escuchado mucho rumores sobre ustedes... Axel Blaze y Kiara Storm...

—No es lo que importa ahora...

—Oh, a mí sí me importa... —me alejé de él. Tan sólo unas palabras bastaron para que me cayese mal.

Agarré un balón y lo tiré hacia portería. Mark paró el tiro sin muchas dificultades.

—No, no, no. No puedo creer que este sea el gran Axel Blaze del que todos hablan —Max se acercó, agarró un balón y lo tiró tan fuerte que Mark no pudo pararlo—. Así se hace...

—¿Qué quieres? —le espeté un poco enojado.

—Sólo quiero ayudar —dijo con una sonrisa inocente. Aish... De inocente no tiene nada》

Seguí entrenando, tratando de ignorar al rubio, pero éste era simplemente insoportable. 《Espero que no se quede por mucho tiempo.》

Ya era de noche

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Ya era de noche. Kiara había vuelto y Max no la había dejado sola en ningún instante. Era... era como un parásito.

A pesar de eso, se notaba que algo le pasaba a la pelimorado. Su expresión era distinta, ya no había un cálido fuego, si no que un frío hielo en su mirada.

Me preocupaba más de lo que pensaba. Presentía que algo malo estaba ocurriendo.

Al terminar de cenar, me acerqué a ella. Para mi mala suerte el parásito estaba con ella. 《El apodo le queda de maravilla...》

—¿Qué pasó? —preguntó la chica cuando vio que me acercaba.

—Quería hacerte una pregunta... —miré al chico que tenía al lado—... a solas —ella me miró extrañada, pero, en cambio, el rubio mostró una radiante sonrisa.

—Está bien. ¿No te importa, Max? —él negó y ella se levantó.

La llevé a fuera, específicamente a la playa cerca del albergue, donde la luna y las estrellas brillaban fuertemente en el cielo nocturno.

—¿Qué quieres preguntarme? —al principio tuve la esperanza de volver a ver el fuego danzando en su pupila, pero el hielo aún se mantenía ahí.

—¿Qué ocultas? —solté sin más—. Te has estado comportando de una forma extraña y me preocupas...

—Gracias, pero no es necesario que te preocupes por mí —dijo—, y si tienes más dudas, no me preguntes.

Unidos Jamás Seremos Vencidos - (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora