FIESTA DE TÉ AMARGO

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Una fiesta de te es lo normal para esta despiadada mujer, amigos y familiares cercanos acuden a la reunión en el patio de la gran casona ubicada en lo alto del monte café donde las nubes que lo cubren son testigos de las atroces acciones de esta señora, a primera vista es solo una fiesta de te donde el sol era ocultado por las crueles nubes y no se oyen pájaros a la distancia, mientras los invitados de esta opulenta reunión se encuentran en el jardín siendo servidos por el amable Joseph, hay otra gran fiesta haciéndose en los aposentos de la cruel dama de vestido rojo, Gretchen Glark

¡Oh Gustaf!, ¿Por qué eres tan modesto?, Lavanda esta abajo con los invitados'–Dice Gretchen–

Señora Glark se lo imploro, póngase el vestido si ella sube acá su pareja, la señora Crampos no me lo perdonara jamás –Responde con un tono de angustia el señor Gustaf–

Si madame Glark póngase ese vestido y luego hablaremos de esto cuando este mi patrona este aquí, claro después de echar a los invitados –Agrega Joseph–

¡Carajo Joseph! es la séptima vez en este mes que me atrapas con otro hombre, ¡estoy harta!, harta de que no pueda divertirme –Replica Gretchen con un tono de enojo más elevado de lo normal–

La dama Glark baja en ropa interior a echar a los invitados arrojándoles el té de una manera violenta –¡Váyanse de aquí y no vuelvan nunca!– se le oye gritar de furia a lo lejos –Gretchen, Gretchen ¿Dónde estás?– grita Lavanda tratando de preguntarle el porqué de todo este alboroto

Joseph corre hacia Lavanda y tomándole del brazo le susurra al oído –Patrona creo que este es el mejor momento para escapar –Y Lavanda responde– ¡No Joseph, no!, ella me ama, de seguro que ese hombre trato de hacerle algo terrible a mi bomboncito

Gretchen llega con Joseph y le dice con una voz entre dientes –¡Suéltala mayordomo de segunda!– Joseph suelta a lavanda más por obligación que por otra cosa, este fiel mayordomo de camisa blanca, pantalón café y chaleco marrón, está condenado a servirle a esta vil mujer hasta que su patrona de verdad, la señora Lavanda le ordene lo contrario

Ahora si ¡mayordomo! Arregla este desastre para antes de que vuelva y cuando lo haga vas a tener que estar encerrado por doce horas –Dice la cruel dama– Pero Gretchen, eso es mucho tiempo con que ordene todo esto es más que suficiente –Replica Lavanda– Anda Jos luego hablamos de esto –Agrega la tierna dama de vestido aqua llamada Lavanda Crampos–

El pobre Joseph se pone a recoger las sillas de abedul, las mesas de roble, periódicos es uno se lee lo siguiente...

EL PENSADOR

12 de octubre de 1912

Miembros de la iglesia católica desaprueban la unión del mismo sexo entre Lavanda Crampos y Gretchen Glark

"Yo no soy de los que van a la iglesia pero estoy de acuerdo", piensa Joseph, mientras barre las migas de pan del suelo

En la sala de invitados la pareja se encuentra discutiendo...

¡¿Qué diantres hacías con aquel hombre?! , por favor dime que no es lo que Joseph me dice –Exclama Lavanda– El trato de violarme, ¡pero tuvo que venir tú mayordomo ese a decirte otra versión de la historia! –Responde la novia– Pero siempre subes al señor Gustaf a tu recamara, dime ¿Qué tanto hacen? –Se pregunta lavanda mientras bebe una taza de café– ¡Sabes que!, ¡Ya no quiero hablar de este tópico contigo!, es mejor dejarlo así, mejor olvídalo de una vez por todas –Replica Gretchen–

Lavanda sale del cuarto de donde se hallaba teniendo una discusión con su pareja y se dirige con lágrimas en las mejillas hacia el sótano de la gran casa, donde sabe que ahí pude encontrar a alguien que le pueda dar consuelo sin esperar nada a cambio, a lo lejos se le oye gritar a Gretchen – ¡Lav, Lavanda vuelve aquí en este momento!– La pobre dama corre cada vez más rápido tanto que ya no se le escucha gritar, se le tuerce el tobillo por ir a tanta velocidad y se cae, ella grita de dolor entre su llanto, Joseph llega justo a tiempo para acudir a su patrona

¡Señora!, ¡Señora! Deje que la ayude a levantarse –Dice el mayordomo con un tono de angustia, la escena es imborrable para este leal individuo, él está viendo a su amada amiga y patrona con un maquillaje corrido, despeinada y caída en el suelo, para él es imposible que no se le cristalicen los ojos de verla en ese estado, mientras el amigo de esta pobre dama se pone de rodillas para cargarla y llevarla a su sótano ella le dice –Joseph no tienes que– antes de que pueda terminar esta Joseph le responde –Si, si tengo que usted es mi ama y yo soy su leal sirviente, la llevare al sótano ahí tengo una camilla y una pomada para su tobillo– el mayordomo carga a su ama y al cabo de unos segundos llegan

¡No sé qué puso salir mal!, el día era perfecto para que todo saliera bien, pero aún sigo sin saber que paso en realidad, solo sé que no sé qué paso –Dice lavanda mientras se encontraba acostada en una camilla recibiendo una pomada hecha por Joseph–

Joseph en este momento duda si decirle la verdad a su amiga pies él sabe que no le creerá ni ahora ni nunca, él pone el remedio contra el tobillo de su patrona –Esto le va a doler– dice este, después de al fin quitarle el malestar a Lavanda él se dispone a mojar una toalla para que se limpie el maquillaje corrido, lavanda toma la toalla y asiente con la cabeza como gesto de agradecimiento

¿Recuerdas aquella fiesta donde te conocí?, hablamos por horas y después te traje hasta aquí para después echar a todas las criadas que mataron a mi familia –Dice lavanda con un tono nostálgico– Oh! Sí, mi señora ese día lo recuerdo como si hubiera sido ayer –Responde Joseph con una sonrisa dibujada en su rostro–

Nuestro mayordomo escucha unos pasos cada vez son más próximos a la puerta, se oye a alguien bajar las escaleras, la señora Glark trata de abrir la puerta, el estruendo se percibe con una ira incontrolable, Gretchen grita al otro lado –¡Mayordomo hijo de perra!, como te vea haciéndole cosas a mi Lavanda me vas a conocer, así que más te vale abrir la puerta antes de que la derrumbe– Lavanda se encuentra llorando mientras el iracundo momento sucede a sus narices, llora, llora inconsolable la muchacha, no puede hacer nada pero Joseph agarra un cuchillo, da dos pasos hacia la puerta, la abre y trata de apuñalar en el abdomen a la señora Glark pero algo interrumpe al mayordomo –¡BASTA!– grita Lavanda, la escena es desgarradora para la joven, su amada mirando con ojos de furia a Joseph y este último con ojos cristalinos suelta el arma y se dispone a llorar en el suelo le dice a su ama –Como usted desee mi patrona–  

ZARZAMORAWhere stories live. Discover now