Axel.
El sonido de la puerta del local cerrándose con fuerza a nuestras espaldas es el único que puede llegar a escucharse. Esto da la voz de alarma a Ann, ya que no tarda en acercarse a la entrada de una forma muy apresurada y preocupada. Ella se queda quieta en el sitio, mirándonos por unos pocos segundos. Sus ojos están muy abiertos y su respiración se escucha agitada. Se nota que la hemos asustado.
Cuando la pelirroja ve nuestras expresiones faciales, su rostro empalidece. Veo como busca con la mirada algo detrás de nosotros; más bien a alguien. Y en el momento en el que se cerciora de que Fred y Andriu son los que faltan aquí, traga saliva. Puedo notar como su cuerpo se tensa en el sitio y sus extremidades inferiores y superiores comienzan a temblar.
—¿No están aquí? —La quebradiza voz de Kelsey rompe el silencio.
Ann dirige la vista hacia a ella y su expresión se vuelve más asustadiza. A pesar de que Kelsey no le ha dado mucha información al respecto, ella ha captado el mensaje y ha podido adivinar quienes son las personas a las que nos referimos.
—Pensaba que estaban con vosotros —confiesa en un hilo de voz apenas audible.
Aunque con su reacción anterior ya suponía que ellos no estarían aquí, esa respuesta ha conseguido derrumbarme del todo. Siento que, en el pecho, en lugar de un corazón, tengo una bomba de relojería a punto de estallar. Noto los latidos palpitar en mi cabeza y como un extraño dolor me atraviesa las costillas.
De forma inmediata, saco mi teléfono móvil del interior de uno de los bolsillos de mi chaqueta y tecleo lo más rápido posible sobre la pantalla, marcando el número de Fred. En cuanto me lo llevo a la oreja, empiezo a caminar de un lado a otro con lentitud y la mirada de todos los presentes puesta en mí. Les doy la espalda y prosigo con mi paseo. Estoy así durante unos instantes que se me hacen eternos, a la espera de que mi amigo descuelgue la llamada.
Los ojos se me comienzan a aguar, hago todo lo que puedo para evitar que las lágrimas salgan a la luz. Quiero convencerme de que están bien, de que Fred me va a coger el teléfono y me podrá decir que los dos están sanos y a salvo en algún sitio.
Justo cuando escucho que me descuelga la llamada, no pierdo tiempo en hablar.
—Fred, ¿dónde estáis? —inquiero de carrerilla, dejando de andar.
El alma me vuelve al cuerpo cuando esto sucede, aunque aún sigo un poco inquieto. Cuando Jayden y los demás me escuchan, ponen toda su atención en mí, ya que tengo la sensación de que la mirada de estos está pegada en mi nuca.
—Axel tienes que venir a ayudarnos —contesta Fred, jadeante.
La alegría que me había invadido por completo durante unas milésimas de segundo, desaparece de golpe.
—¿Qué ha pasado? —indago en un tono de voz muy bajo.
—Los... los Árticos. Han secuestrado a Andriu. —Coge una bocanada de aire y la suelta de a poco—. He ido tras ellos. La han llevado hasta "Six Flags".
—¿Estás dentro?
—No, me he quedado en la entrada. No sé qué hacer...
—Escúchame, no te muevas de ahí. Ahora vamos a por vosotros —le hago saber, con un nudo en la garganta que me impide hablar con claridad.
—Daros prisa, por favor... —suplica en un susurro—. Alguien se está acercando... mierda, tengo que colgar.
—No, espera —intento frenarle, pero de nada sirve; la llamada finaliza—. ¡Fred!
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Liberación | EN FÍSICO |
AkcjaDespués de haber conseguido dejar el café atrás, Kelsey Davenport tendrá que lidiar con los nuevos problemas que se le han presentado. Ya nada es lo que parece. Nadie es quién dice ser. Y en nada ni nadie podrá confiar como antes. Ella tendrá que lu...