Día 8: Primer encuentro

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Personajes: A (Robert Fredericks) & Heroin (OC's)

Heroin le pertenece a Caracol Pocho (creo que se llama así en Wattpad).

Al pobre A lo estaban estresando vivo ese día; encima de que no había podido dormir bien sus jefes no le explicaban bien el trabajo que debía hacer, pues solo le dijeron que tenía que buscar a una chica de pelo azul celeste, ¡como si fuese fácil buscar a alguien así en una estación de tren donde había por lo menos 200 personas de pelo azul! El chico estaba en llamada con uno de sus jefes y se le notaba bastante nervioso y algo enfadado, cosa que era poco común en él.

-¡¡Eso no ayuda!!, ¿No podría darme alguna señal de dónde está? ¿Hacia dónde va o algo? ¡¡En serio, no me estás dando detalles!! ¿¡Pero qué-!?- su jefe le había colgado la llamada; le dijo que se buscase la vida y que como siguiese así lo iba a despedir (que en su trabajo, eso conllevaría a que la iba a palmar).

Suspiró, agobiado. Encima con tanta gente y con el abrigo se estaba asando de calor. Sentía que necesitaba urgentemente ir a un baño o a algún sitio apartado para encerrarse, hacerse bolita y llorar de la ansiedad que le estaba dando.

Por suerte para él, pudo ver un baño a lo lejos y después de muchos empujones consiguió llegar, meterse en uno de los retretes y ahí se puso a llorar en silencio. Sabía que llorar no servía de nada en esos momentos, pero sentía que necesitaba hacerlo y desahogarse.

Estuvo bastante rato ahí dentro, quizás diez o quince minutos, cuando decidió salir de ahí de una vez, mientras se arrepentía de haber perdido el tiempo y no trabajar. Ya era un profesional, al fin y al cabo, quizás no era tan difícil y sólo era por la ansiedad...

Al salir, notó que había mucha menos gente en la estación, ¿realmente habían pasado sólo diez minutos? Bueno, quizás así sería más fácil localizarla.

Sin embargo, el pobre seguía igual de perdido que antes y no quería volver a agobiarse y seguir sin hacer nada.

Mientras pensaba en qué hacer o en que no hacer, vio a lo lejos, esperando a uno de los trenes, a una chica de cabello corto y celeste sentada.

No tenía muchas esperanzas, pero fue a acercarse hacia ella, por si acaso, pero intentando no parecer un acosador. Sin embargo, la chica había desaparecido... o es que A ya veía espejismos, porque se estaba mareando y asando de calor lo que no era ni medio normal.

Pero no era eso: la chica ahora se encontraba delante suya, observándolo con su único ojo. El hombre se sobresaltó sobre manera. Madre mía, tenía que ser ella.

-¡Eh, para ya! ¡Sé que me estabas siguiendo, me hace sentir muy incómoda!

Ale, ya la había cagado; ya se lo iban a cargar. Tragó saliva, más rojo que un tomate por llevar como tres capas de ropa, e intentó excusarse.

-¡V-vaya, me has pillado! P-pero... ando un poco perdido, así que iba siguiendo a todo el mundo hasta encontrar la estación...- y soltó una risa de gilipollas.

La chica lo seguía mirando enfadada.

-¿Qué estación es la que buscas?

-La 8...

-...Está bien, te creo. Estás en la 8. Anda, ya llega el tren.

Efectivamente, el tren llegó, y ambos entraron, un poco apegotonados entre los dos porque habían entrado a la vez y el tren estaba petado. Madre mía, entre que había demasiada gente y estaba junto a una chica a la que acababa de conocer de una manera... extraña, se le olvidó completamente que su jefe le estaba insistiendo en si había encontrado a la chica.

#Fictober2018Where stories live. Discover now