-Sol, ya, vámonos. -Dijo David haciendo pucheros.
-Sí cariño, dejame despedir y nos vamos.- Le di un dulce beso en los labios.
Salimos de la casa de Lucy. David, tomó mi mano y empezamos a caminar hacia su casa.
-¿Te quedarás conmigo hoy?- Me preguntó y dirigió su mirada hacía mí.
-Sí, este fin de semana es mi turno.- Respondí sonriendo.
David y yo nos turnabamos. Un fin de semana, él, se quedaba en mi casa y al siguiente yo me quedaba en la casa de él.
Cuando llegamos a nuestro destino mi estómago sonaba, no habíamos comido nada desde el almuerzo.
-Tengo hambre.- Dije con una cara graciosa
-Aquí está tu comida favorita.- Agregó el mientras se señalaba.
Me reí.
-Tú, eres el postre, pero ahora pide algo para cenar.- Respondí.
Llego nuestro pedido y mientras él ponía los platos,lo empecé a observar. Esto en mi vida se definía como... paz. Aunque a veces necesitamos guerras. Empecé a recordar como era mi vida, antes de que él llegara. Desde que mi madre lo vio, decidió que sería una buena pareja para mí y tenía razón, David era un gran deportista, era muy aplicado en el instituto, era muy guapo. Podía hacer todo, lo único que no podía hacer era que yo lo amara... Él lo sabía y él tampoco me quería, estábamos juntos, tal vez por costumbre o porque éramos el ejemplo de pareja perfecta. Todos querían ser como David y Sol, porqué nuestra vida no tenía problemas. Aunque cuando estábamos solos, ni siquiera nos besábamos, teníamos un gran afecto el uno por el otro. Dos mejores amigos fingiendo ser novios para ver feliz a la sociedad que los rodea.
Cuando acabamos la cena subí a saludar a la madre de David. Ella, mi madre y yo, etrenabamos juntas en el mismo gimnasio, era un espacio de "chicas".
Salí de la habitación de Helena y bajé a la cocina a buscar helado. Subí triste porque no lo encontré y vi a David. Entramos a su habitación y empezamos a ver una película super aburrida, así que no tardé en quedarme dormida.
Al día siguiente desperté y dejé una nota para él.
"Me voy al entreno, llámame para el almuerzo, Te quiero."
Me vestí y salí de la habitación. Encontré a Violeta, la hija pequeña de Helena y Marcos
-Hola, pequeña, ¿cómo vas?-Pregunté dándole un fuerte abrazo.
-¡Sol! Bien, oye mamá tuvo que salir, dijo que no iría a entrenar hoy.- Respondió, Violeta.
-Oh, está bien, gracias, nos vemos después.- Le di un beso y salí de la casa. Llamé a mi madre y dijo que tampoco podría entrenar hoy. Así que tendría que ir yo sola. Conecté mis audifonos y le di play a Live or die de Noah Cyrus y Lil Xan, era mi canción favorita. Me olvidé del mundo por un segundo hasta que choqué con alguien.
-¡Ay, lo siento!- Exclamé inmediatamente.
-Estoy bien, tranquila.-Respondió una chica alta y muy guapa.
Sonreí avergonzada y seguí con mi camino.
Cuando llegue a mi destino, vi que el entrenador no estaba, así que bajé a la cafetería para esperarlo, entonces volví a toparme con la chica alta y muy guapa.
-¿Otra vez tú?-Dijo ella haciendo una cara graciosa.
-Al parecer me sigues.- Respondí entre risas.
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Lo que siempre quise decirte...
Teen FictionSol y David, eran la pareja perfecta, o así parecía... En una noche inesperada, Carlos, llega a la vida de la chica, tal vez ella sea su salvación pero tal vez él sea su perdición. Cuando deciden juntarse, todo parece ir de maravilla, aunque el pasa...