20°Jamia

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FRANK

-¿Nueva York? Mamá, no pueden hacerme esto solamente porque algo en mí ó alguien no les agrada- Dije molesto.

-Claro que podemos, es por tu bien, cariño.

-No, esto es por ustedes, para que crean que la familia Iero es una familia "normal" como tú sueles decir, siempre me apoyaste y estuviste para mí, ¿por qué ahora me haces esto?

-Frank, soy tu madre, es para tu bienestar- Linda se me acerca y me alejo.

-Eras más que mi mamá, eras la mejor amiga que nunca tuve, hagan lo que quieran, si mandarme a Nueva York es su mejor opción para separarme de Gerard está bien, de alguna u otra manera no conseguirán nada.

Salí de casa y caminé sin rumbo alguno, pasaban de las diez de la noche y hacía frío, una gota de agua cayó en mi mejilla, parecía que el destino estaba en mi contra, luego le siguieron más hasta que la lluvia comenzó a empaparme.

Cerré mi sudadera hasta el cuello y me coloqué la capucha, me estaba congelando, ocupaba entrar algún lugar lo más pronto posible.

A lo lejos visualicé un bar y corrí hacía él importándome poco mi mal estado.

Entré y me acerqué directamente a la barra.

-Un vodka, por favor.

-En seguida- Dijo el chico al otro lado de la barra. Me sorprendió su agilidad para preparar la bebida y cuando la terminó la resbaló por la barra hasta que llegó a mi mano- Disfrútelo.

Le sonreí y comencé a beber, hice caras por el sabor de la bebida, Frank este no eres tú, es la primera vez que tomas, así es Thony, no soy yo pero tengo necesidad.

No sé qué me dolía más, si el culo por culpa de Gerard o saber que me iré y no ver a Gerard, de tan sólo pensarlo terminé el vodka de un sólo trago, mi garganta ardió pero pedí una segunda ronda.

-En un momento se la llevan- Dijo el chico que hace un momento me atendió, a pesar de ser un bar de mala muerte el ambiente era bueno, había buena música y por lo que pude ver buenas bebidas.

Una chica con bandeja en mano se posicionó a mi lado y dejó un nuevo vaso de bebida embriagante frente a mí.

-Para usted, un vodka, este corre por mi cuenta- Al no saber tomar ya estaba mareado y no entendí muy bien lo que me había dicho la que creo yo, es una mesera.

-¿Cómo dijo?

-Que este lo pago yo, Frank- Se sabe mi nombre, levanto la vista y me encuentro con una sonriente pelinegra.

-Jamia...

-Hola Frank, ¿qué te trae por acá?- Dijo amigable.

-Más bien, tú qué haces en este sitio, eres mesera, ¿u ofreces algún otro servicio?- El rostro de Jamia pasó a ser de un color carmín- ¿Y bien?

-No, sólo soy mesera, trabajo medio tiempo por las noches, parte de mis mañanas y mis tardes las ocupo en la escuela y esas cosas, no has contestado a mi pregunta, ¿qué haces aquí? Pareces un chico tranquilo.

-Y lo soy, es sólo que ya sabes, problemas y esas cosas.

-¿Puedo ayudar en algo?- Jamia jaló una silla y la puso cerca de mí, muy cerca diría yo, tomó asiento y me miró.

-No, no puedes pero igual te lo agradezco.

-De todas formas cuentas conmigo- La chica rompió la distancia que nos separaba y me abrazó, yo por mi lado me quedé en el mismo sitio.

QUÉ ME HICISTE GERARD WAY (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora