Capítulo 1: Como comenzó todo

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Era un día común, estaba en mi cama tratando de ver mi serie favorita, Gossip girl. Así es señoras y señores, Nate Archibald me vuelve loca aunque ame la personalidad arrogante y sexy de Chuck Bass. Mientras sigo sumergida mientras me como unas galletas siento mi celular vibrar, alzo la vista para encontrarme el nombre de mi mejor amiga en el celular, sonrío y no dudo en contestar.

-Que sucede ediondita- Digo distraída

-A quién le vienes a decir edionda tu- Dice en tono burlón

-Ya, dime que sucede que no puedo concentrarme en ver la serie y hablar contigo- Digo apresuradamente

-Que feo, dejas a tu MEJOR amiga por Chuck Bass, si no la pausas juro matarte- Dice enojada

-Río fuertemente-

-Más te vale que en 20 minutos te cambies de ropa a una deportiva, hables con tu mamá, que ya habló con la mía porque desde hoy comenzamos las clases de boxeo que tanto esperabas- Dice

-Grito-

-Enseriooo?, por dios!!!, voy a morir de infarto (Naaah, solo la emoción), después de un año se te ocurre maldita, aún así feliz voy, me iré a cambiar al tiro así estoy lista para la acción- Digo saltando de la cama

-Más te vale que te apresures, porque apenas llegue a tu casa y no estés lista te llevo en pijama a la clase, no me importa que te vean con tu polera de perrito yoga o tus calzones de corazón porque te advertí-

Finaliza la llamada

Una vez lista, salgo a esperar ansiosa a la Camila. Mientras aprovecho de revisar si llevo todo, el pase escolar, colonia, cepillo de pelo, botella con agua, dinero y... ¿Mi celular?, mierda!!! Se me olvidó. Corro de vuelta hacia mi casa a buscarlo, toco la puerta, mi mamá me abre y voy a la pieza mientras lo encuentro muy acostado en mi cama como si se riera de mi. Mientras vuelvo corriendo hacia la calle mi mejor amiga me llama:

-Dónde estas maldita!- Dice

-Voy cooorriendo, es que se me quedó el celular- Digo agitada mientras intento llegar a la entrada

-Eres la única loca que se le queda el celular en la casa, es lo primero que uno agarra y a ti se te queda- Dice

-Ya llegué, no seas mala, si igual me quieres- Digo mientras la veo sonreír al telefono y finalizar la llamada

Al llegar, la mamá de la Camila nos deja justo en la puerta, al entrar, la puerta es tan pesada que entre la Cami y yo tuvimos que abrirla porque yo me iba hacia atrás por más fuerza que hacía. El lugar es grande, en la entrada se ve una señora muy amable, con una mesa y sonrisa muy amigable, a su lado se encuentra otra mujer encerrada en una habitación, que al parecer es la recepción o secretaria, hay un televisor frente a ella con cámaras que graban las salas, se ven personas conversando, otros entrenado, etc.

Al acercarnos a la señora nos habla muy amablemente

-Hola niñas, ¿Como están?. Su mamá ya me entregó los documentos para que inicien las clases, ¿Están nerviosas?

Camila: Si, bastante, pero estamos listas para lo que venga, ¿Como está ud?

-Bastante bien, muchas gracias. Ahora solamente denme sus nombres y pueden ingresar, a un costado de la primera sala se encuentran los camarines y baños si es que los necesitan, de todas formas al lado del cuadrilátero hay un pasillo que también tiene baños, pero sin ducha. Solamente las dejo entrar a esta clase que es a mayores de 18 por su linda madre que fue bastante amigable. (Tenemos 17). Si una no viene, no podrán ingresar a la clase porque está prohibido. Los profesores son bastante exigentes, el Pablito les va a sacar el jugo, el es al que más le temen, en cambio el Tomasito es un amor, se van a reír bastante, ellos luego se van a presentar y les darán la bienvenida-

Como comenzó todo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora