A pesar de lo angustiante que pudo haber sido esa etapa, Saru y yo estábamos felices, pues íbamos a formar una familia, e íbamos a estar juntos...
En esos días solo había imprudencia.
No sabíamos nada a cerca de criar un bebe.
Pero siempre hubo un atisbo de felicidad en mi rostro.
Mi madre no paraba de perseguirme con la cámara, pero lamentablemente esas fotos están en su casa y yo ya no he ido a visitarla en un largo tiempo.
Incluso hay una, en la que me emocioné porque sentía que se movía, ese día estaba Saru, y se acercó incrédulo, pensando que había comido mucho.
En esos días Saruhiko parecía estar molesto o angustiado. Claro yo estaba asustado por el parto, pero el no sé porqué se veía así...
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Fushimi Saruhiko:
En ese entonces, todo era imprudencia, pero al menos era consiente de la gran carga que se nos venía en cima, y en parte se lo debo a Kisa, quien no paraba de repetírmelo cada vez que podía.
"No creas que criar un niño es tan fácil"
"Si es muy problemático, puedes dejarlo en casa...yo contrataré alguien que vea por él"
Eso me irritaba, de ninguna manera ella iba a tocar a ese niño.
De alguna manera al ver a la familia de Yata me sentía aliviado, pero al mismo tiempo angustiado. ¿No será mejor que Misaki se quede con su familia? ¿No estará mejor el bebe en esta casa?.
Kisa había puesto como condición que apenas nazca el bebe nos fuéramos a vivir a la mansión. Pero vivir en ese lugar es...demasiado tétrico.
- ¡Hey Saru!.- Me mira sonriendo.- ¡Ven! ¡El bebe se mueve!-
Estaba sentado en la sala viendo la tele, en casa de los Yata, y Misaki de repente dijo que el bebe se movía. Me levanté algo incrédulo.
No hubo pasado nada de tiempo y sentí un flash.
- Oh, se ven bien juntos.- Dijo la madre de Misaki.- Esto es para mí.-
-¡Mama que vergüenza!.- Dijo Misaki rojo.-
Si también me avergoncé parecíamos abrazarnos.
- Saru...¿lo sentiste?.- Me dijo a pocos centimetros de mi rostro.
- No, aún no...-
El cogió mi mano y la colocó ahi.
Era el bebe moviéndose.
Lo sabía...
Ese bebe no estará bien en aquella casa.
Creo que Misaki notó el cambio en mi rostro.
- ¿En qué has estado pensando?.-
Lo solté y me dirigí al sillón otra vez.
- Tsk... No se a que te refieres.-
- Saru...- Me miró y luego se sentó a mi lado.- Has estado muy serio estos días, no mientas.-
- Vamos a comprar un helado Misaki.- Y así salimos de la casa.
Después de algunas divagaciones le dije que no estaba seguro sí el y el bebe estarían bien en aquella casa...con esa mujer. Era una terrible idea.
A lo que para mi sorpresa el dijo. Mi casa tampoco es una opción. Es muy pequeña.
Y al final concordamos un lugar propio, nuestro primer gran paso para la independencia, claro, nunca pensamos como haríamos con el dinero ni nada, simplemente lo intentaríamos. Además que nuestra mente era tan infantil que aún conversábamos sobre desarrollar armas y sobre lo que existía detrás del mundo. Aunque Misaki era el más infantil, pues a mí me atacaban las dudas sobre lo que necesita realmente un niño para crecer.
¿Tendremos lo necesario para criar ese niño?
Mejor dicho. ¿Tendré lo necesario para ser un padre?.
