Puedo recaer como un lápiz en una mesa inclinada sin saber mi destino a conciencia
Soy un tajito de una mañana insoportable oculto en las controversias de una rutina descarada
Y un insulso que planea recobrarme en la felicidad para que el nesciente cobre su entusiasmo y lo derrocha sobre mis crateres de cansancio
Un tremebundo conjunto de razones que bloquean mi parecer a la llegada a aquella gran partida, eso que pocos acérrimos logran llamar "felicidad"
Deseo vivir, deseo morir, no poseo la intimidad o un exagerante temor al rey del óbito
El sabrá tratarme con extravagancia en cuanto a mi comportamiento en mi lugar de descendencia
Hoy elijo ser feliz antes que desdichar una razon, pues no cargaré con maletas de despedidas a otro abril desesperado en el que vierta mis penas en baldíos frios y oscuros habitados por la soledad.
Hoy es el primer día de mi vida.