EL ANHELO DE UNA PEQUEÑA ALQUIMISTA

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Seis meses duro el exhaustivo entrenamiento en Dublith.
Los hermanos Elric habían regresado a su pueblo natal, Resembool. Ayudaron al padre de uno de sus amigos a reconstruir con alquimia el establo que quedó destruído con la última tormenta, que azotó a la aldea.

En la escuela, durante la clase se quedaban dormidos, ante la mirada atónita de sus compañeros.  Las horas que debían ser utilizadas para descansar, las aprovechaban para investigar y encontrar la fórmula perfecta para realizar con éxito la transmutación humana que traería de vuelta a su madre

Los meses y días seguían su curso, la guerra civil había concluido, Edward y Alphonse, quienes ya tenían 11 y 10 años respectivamente,

Al, ya falta poco para traer de vuelta a mamá y verla sonreír

Nissan, ¡eso vienes diciendo desde que volvimos a casa hace meses, después de haber obtenido más conocimiento sobre Alquimia,  todo gracias a nuestra maestra Izumi! — Respondió Alphonse, con los ojos medios cerrados y con seriedad,

Espero que esta vez logres dar con la descripción de la fórmula alquímica  y no nos demoremos, ya que nos veo a ti a mi, reencontrandonos con mamá y Elanie, cuando esta última ya tenga la edad de la abuela Pinako. (Al decir esto, Alphonse y Edward observaron alrededor por sí no se encontraba, la anciana mecánica de Automail, al ver que no había moros en la costa, soltaron un suspiro de alivio al unísono)

Debes tener más cuidado al abrir la boca, Al — Dijo Edward reprendiendo fuertemente a su pequeño hermano, pero después soltó una carcajada al imaginarse por unos instantes ver a Elanie, entrando por esa puerta, con los años pesando sobre su espalda y con dificultad para caminar, con el cabello dorado recogido tal como lo suele tener Pinako Rockbell y con patas de gallo alrededor de sus ojos dorados,

—Umm... U-uhm... Nissan.. ¡Q-que te sucede....P-porque te reíste de esa forma! — Alphonse observaba muy nerviosamente a su hermano mayor, una gota de sudor resbaló por su nuca.

Ah no es nada grave, Al... No quise alarmarte, sólo me imagine lo que dijiste acerca de que veríamos a Elanie cuando ya sea mayor... Eso es todo... (poniendo su mano sobre la cabeza del pequeño Elric, para levantarle el ánimo).

Aquel día, los dos niños no salieron de su casa,
hasta que el  atardecer pintaba el cielo de color rojizo. Edward corre buscando a su hermano pequeño, pues ya había dado con la fórmula alquímica correcta.

Al... Alphonse  ¡Ya está lista!

Llevaron todos los ingredientes que necesitarían para recrear a Trisha Elric al estudio.

Primero colocaron un recipiente en el cual colocaron los elementos que constituyen parte del cuerpo humano de un adulto con su respectivo porcentaje, por ejemplo: agua = 35 litros, Carbón= 20 kilogramos, Fósforo = 800 gramos, Amoniaco = 4 litros, lima = 1.5 kilogramos, sodio = 250 Kilogramos, potasio = 100 gramos, Sulfuro = 80 gramos, Flúor = 7.5 gramos, Hierro = 5 gramos, Silicon = 3 gramos y otros 15 elementos más.

Luego escribieron la fórmula alrededor del círculo de transmutación, que habían trazado en el suelo.

—¿Que será lo primero que le dirás a mamá cuando la veas?— le preguntó Alphonse al su hermano mayor con el rostro lleno de esperanza.

— ¡Vamos a buscar a Elanie!

Estaban felices y a la vez muy ilusionados por ver de nuevo esa sonrisa maternal, que la muerte les arrebato hace 6 años.

 LAS CRÓNICAS DE LOS HERMANOS ELRICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora