Si desaparecieras para siempre esta noche, despertaría ingenua incontables mañanas hasta enterarme.
¿Cómo hemos llegado aqui?
¿Cómo has pasado de estar en todos los espacios de mis minutos a no existir en ningún rincón?
Supongo que aquello que empezó sin motivo ha acabado de la misma forma.
Pero me arrastra el peso de tener que preguntarle a mi imaginación dónde estará tu cabeza estos días, si sigues soñando con volverte más ligero y tocar lo inalcanzable o si te acuerdas alguna vez de las letras de mi nombre.
Y siempre acabo con la misma chispa en el pensamiento:
"Ojalá estés bien"
Como si eso fuera a acolchar lo que pincha, cuando lo que de verdad agujerea es saber que por tu mente no se cruza nada que se le parezca.