Adam despertó en la mañana, totalmente decidido. Habia soñado, que si se hundía en el mar, sus piernas cambiarían a cola de pez y finalmente podría ir con Noria a traves de los océanos de todo el mundo y conocer a las focas y delfines. Tenia mucho miedo de los tibruones pero si Noria era amigo de uno, entonces Adam estaba decidido a ser valiente.
Adam era feliz. Queria estar con Noria toda la vida. Y eso suponia mucho tiempo, porque un dia dejaria de crecer. La adultez para los hombre lobos es eterna. Con todo su corazon queria prometer eterno amor a Noria.
El amor es real. El amor dura para siempre. Adam tenia mucho amor para Noria. Queria besarlo a veces, en los labios perlados, pero recapacitaba. Los besos suceden entre adultos. Un dia seria mayor y besaria a Noria todas las veces que quisiera.
Esa tarde, Adam no agarro su bolsita con los lapices de colores y los cuadernos. Si iba a convertirse en sirena, en el océano no lo necesitaría. Alli abajo tendrian todo a su disposición.
- ¿No vas a llevar tu bolsito? - Nana se interpuso entre la playa y su hijo, de repente atraida a la pequeña diferencia. Adam nego con la cabeza y mostró un papelito donde escribió.
"Volveré en seguida"
Corrió sin mirar atras. Si su madre lo atrapaba y nunca podia ir con Noria, iba a llorar hasta el final de los dias. La luna llena estaba una semana de distancia. Cuando Adam llegó a la playa, el agua era rosada. Espumosa y brillante. Como nunca antes lo vio.
Puso un pie dentro y comenzo a caminar.
- Noria, Noria - lo llamo, y el agua subia y subia, perfecta y pareja, llegaba al pecho. Adam crecia alto y todavía hacia pie mientras Noria no aparecia. Por un segundo, tuvo miedo. De las fauces de un tiburon. A traves del agua, no podia distinguir el fondo. Si algo se acercaba, él no tendria oportunidad para defenderse.
Y eso quebro el hechizo. Toda su vida buscando la magia para cuidar a quienes mas amaba y ahora mismo, ese mismo deseo aplicado a él, lo despertaba del letargo.
Pero entonces el agua subio y ya habia perdido su color encantador. La ola se abalanzo salvaje sobre su cuerpito y lo arrastro, hundiendo y sofocando. Adam en la desesperación, manoteo hacia donde pudiera y las manos firmes y delgadas, lo sumergieron, más y más y la voz acribillo su mente.
- Una vida por una vida, un amor por un amor -
Respirar bajo el agua era difícil. Adam sabia nadar pero en el momento, tenia miedo y necesitaba salir arriba, necesitaba huir y morder y gruñir. El lobo de su interior, pequeño y feroz, se movilizo de inmediato, atacando para sobrevivir y entonces, cesó.
Manos más calidas lo sujetaron, llevandolo rapidamente a la superficie y Adam confió y abrio los ojos. La presion en la cabeza desaparecio y la visión del pequeño lobo defendiendose, desapareció.
La paz regreso a su cuerpo, estabilizandolo.
- Lo siento, lo siento, yo solo queria estar contigo - Adam comenzó a disculparse con el niño sirena, sin comprender la totalidad del momento. Alguien estuvo alli y no era Noria. Noria lo advirtio de los peligros de la marea. Por eso ya no se veian en la gruta, porque podia hacer daño.
Adam lo beso. Aferrado al cuerpo, las manitos aferrandose a los hombros de Noria y Adam lo beso. Una, muchas veces. Los besos los dejo sobre la boca y aspiro el aroma salado y fresco de la piel azul y húmeda. Mamá decía que los besos solo deben darse con amor. En ese momento desolador, donde casi moría, solamente pensaba en cuanto queria a Noria.
- Yo solo queria vivir contigo abajo del mar - dijo Adam, sollozaba y el agua mezclaba las lagrimas - Yo solo te quiero a ti - y entonces cuando flotaba en el agua sostenido por Noria, paso las manitos por los ojos mojados y lo miro, con cuidado detalle.
Era Noria. Adam lo reconocio por los ojoa azules y el cabello castaño y la cara, solo que su cuerpo era de un adulto. Ya no era un niño redondito como foca bebé.
Adam no dejo de abrazarlo. Adulto o niño, Noria continuaba siendo su amigo. Lo único que necesitaba en todo el mundo.
Cuando el susto paso, los dos quedaron sobre la seguridad de la orilla, mirando el cielo azul despejado y hablando. Noria confeso la verdad. Él era la bruja dem oceano a quien todos temian y respetaban. Él no era un niño. Espero el rechazo pero la ternura en la aceptacion de Adam, lo hizo ver el lado oculto hasta ese instante.
Adam lo escucho con atencion y lo comprendio. Descubrir que Noria era la bruja del océano hizo todo mas emocionante. El corazon latia rapido y tenia atorado en el pecho sus emociones. Necesitaba expresarse. Era niño pero el lobo en él era viejo y conocia mejor los hechos del corazón.
- Quiero quedarme contigo, en esta playa. Es tu hogar, no quiero volver al bosque - Adam estaba decidido. No sabia como convenceria a sus mamás y él no era un chico caprichoso. No iba a atarse a los pilares exteriores de la casa pero definitivamente, no queria volver a un mundo donde Noria estuviera ausente.
- Quiero que te quedes - confesó, moviendo la aleta oscura sobre la arena fina - Pero -
- ¿Es porque soy pequeño? Todos coinciden en que ser chico de edad te hace incapaz para decidir. Cuando sea grande, siempre lo digo pero ya no quiero esperar - Noria alzo las cejas. Adam era quieto, dulce y comprensivo. Y ahora los ojos azules brillaban en determinacion y la voz suave dejo en evidencia la potencia de su deseo y Noria se regodeaba. Porque Adam lo escogía sin egoismo por encima de todas las cosas. Adam era un pequeño lobo que jamas lo olvidaria y siempre lo querria. Adam queria dejar todo lo conocido para formar un futuro juntos.
-¿Y si cuando creces descubres que yo no soy lo que deseas? ¿Y si te arrepientes? -
- ¿Y si cuando crezco nos casamos y tenemos hijos? - Adam lo desafio, poniendose de pie y los puños cerrados en determinacion.
Noria escupio la saliva y por primera vez en miles de años, quedo callado.